? Constructor o destructor?
Algunos constructores de edificios, en el fondo, no tienen m¨¢s c¨®digo que el del mero beneficio econ¨®mico. La belleza de las casas, su luz interior, lo que piensan los inquilinos... no es su problema. Su vida es calcular, al final de cada a?o, cuantos millones de pesetas han ganado.Si se les deja trasladar esa filosof¨ªa a otros terrenos, ocurre lo que en el Barcelona. Por eso, en estos momentos, el problema de imagen m¨¢s grave que tiene Catalu?a es que en el resto de Espa?a puedan creer que los catalanes somos como N¨²?ez. Eso determina que, a pesar de no existir ninguna alternativa organizada, no es aventurado decir que la mayor¨ªa de los catalanes deseamos -f¨²tbol incluido y f¨²tbol aparte- que dimita de una vez. Hay cansancio por su manera de exhibir el dinero, por sus decisiones precipitadas, por las privaciones televisivas que ha promovido, por su incesante b¨²squeda de cabezas de turco, por su vulgaridad personal.... Cualquiera antes que ¨¦l. Y est¨¢ claro que quienes han viajado en su barca no constituyen alternativa: N¨²?ez debe llevarse consigo a los vicepresidentes Gaspart y Casaus. Yo no puedo demostrar que hayan empujado al presidente hacia la irracionalidad para desplazarle y quedarse con el puesto, pero ellos manchar¨ªan de nu?ismo hasta cualquier gesti¨®n interina. Es una trinidad sin misterio: son tres personas pero un s¨®lo dislate.
La sensibilidad moral del constructor de edificios quiz¨¢ nunca captar¨¢ la raz¨®n de su fracaso. Pero lo que tiene ahora el Bar?a no es un problema deportivo, como otras veces. Es un problema est¨¦tico.
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