Analia Gad¨¦ interpreta el drama de la poetisa americana Emily Dickinson bajo la direcci¨®n de Miguel Narros
Anal¨ªa Gad¨¦, nacida en C¨®rdoba (Argentina) hace 51 a?os, est¨¢ totalmente satisfecha de poder estrenar esta pieza dram¨¢tica en Madrid y precisamente en el mismo teatro en el que debut¨® en 1956. Un poco asustada ante la imprevisible reacci¨®n del p¨²blico hacia el primer mon¨®logo que interpreta en su carrera (pese al preestreno en Murcia y Alicante), dice estar enamorada de su personaje.
Emily Dickinson naci¨® en 1830 en Ainherst, una aldea de Connecticut, en Nueva Inglaterra. A los 32 a?os decidi¨® enclaustrarse en su casa y ya no abandonar¨ªa su encierro hasta su muerte, en 1886. No consigui¨® publicar nada en toda su vida. Su primera selecci¨®n de poemas fue editada cuatro a?os despu¨¦s de su muerte, aunque su obra no ser¨ªa reconocida hasta despu¨¦s de la segunda guerra mundial, y entonces se la compar¨® a Rimbaud, Mallarm¨¦ o Blake. Su valoraci¨®n y reconocimiento posterior ha sido superior, quiz¨¢, a Poe o Whitman.
Siempre vestida de blanco
La pieza teatral que hoy se estrena ha sido realizada a partir de sus poemas y de las numerosas cartas que escribi¨®. Durante los a?os de su voluntario encierro, de los que ella siempre se mostr¨® satisfecha, fue una mujer dedicada a su casa, que ocupaba su tiempo en hacer pasteles que enviaba a sus vecinos, a reflexionar, a escribir y a amar. Siempre vestida de blanco (color que para Lorca significaba lo inexistente), esta mujer se enamor¨® dos veces en su vida, sin que en ninguna ocasi¨®n fuera correspondida: de su primer editor y de un pastor presbiteriano del que s¨®lo conoc¨ªa la voz. El primero le dijo que no le gustaba su m¨¦trica y el segundo la rechaz¨®.Anal¨ªa Gad¨¦, a quien antes se la ha visto casi siempre en papeles de se?ora estupenda en innumerables pel¨ªculas y comedias, est¨¢ fascinada con este personaje que ahora interpreta, Emily, y con esta obra, que ella misma produce y de la que adquiri¨® los derechos de representaci¨®n nada m¨¢s verla en Buenos Aires. "Seg¨²n he ido investigando en la vida de Emily Dickinson me he ido enamorando m¨¢s y m¨¢s del personaje. Fue un ser t¨ªmido y extra?o, que despu¨¦s de decidir conscientemente su encierro se dedic¨® fundamentalmente a escribir y cocinar. Enviaba notas muy divertidas a sus vecinos. Normalmente no dejaba que la vieran la cara porque se cre¨ªa fea, y cuando en alguna ocasi¨®n tuvo que entrevistarse con alguien (recibi¨® a Juan Ram¨®n Jim¨¦nez), les recib¨ªa cubri¨¦ndose al cara con flores".
"Me atrae mucho de ella su vitalidad", prosigue, entusiasmada, Anal¨ªa, "y me divierte la forma en que consegu¨ªa escandalizar a las gentes de Amherst, a las que enviaba notitas con textos que les hac¨ªan llegar al convencimiento de que estaba totalmente chiflada".
Anal¨ªa Gad¨¦ destaca una importante vertiente feminista en Emily Dickinson, porque en plena ¨¦poca rom¨¢ntica fue capaz de romper con el romanticismo y hacer una poes¨ªa nada dulzona "En la d¨¦cada de los sesenta, las feministas americanas la promocionaron much¨ªsimo y manten¨ªan que sus poemas de amor no iban, en realidad, dirigidos al pastor o al editor, sino a la mujer".
Para la actriz, el duro esfuerzo realizado para poder representa el mon¨®logo le satisface profesional y personalmente, "porque he descubierto unos textos bell¨ªsimos y a una mujer excepcional".
El director, Miguel Narros, se muestra en la misma l¨ªnea de optimismo que Anal¨ªa Gad¨¦. Tras mes y medio de ensayo, y ala vista de los resultados, afirma que el mundo reducido y maravilloso de Emily Dickinson, a la que considera una poetisa genial, puede despertar un inter¨¦s mayoritar¨ªo entre el p¨²blico.
Cuenta que cuando Anal¨ªa Gad¨¦ le propuso la direcci¨®n de la obra, dio muchas largas, hasta que finalmente acept¨® hacerse cargo del trabajo. Sus mayores reparos estribaban precisamente en la estructura de la obra: el mon¨®logo. Luego vio que la vitalidad del personaje facilitaba su inicial aridez estructural.
"Ha sido un trabajo doblemente interesante", explica Narros, "porque, por una parte, me fascina el tema de la obra y el desaf¨ªo de trabajar con un mon¨®logo. Adem¨¢s, me ha gustdo mucho la labor que he hecho con Anal¨ªa Gad¨¦. Es una mujer que durante mucho tiempo ha tenido una imagen art¨ªstica diferente a la que muestra con esta representaci¨®n; en realidad, es una persona interesada en todo tipo de manifestaciones vitales, muy inteligente y preparada para hacer todo tipo de cosas".
La escenograf¨ªa de Andrea d'Odorico consiste en dar una imagen totalmente blanca del mundo en el que voluntariamente se encerr¨® la escritora. Solamente sus objetos personales destacan, en un inmaculado enmarque en el que Anal¨ªa-Emily pasea, corre, r¨ªe, llora y reflexiona sobre su voluntario alejamiento del mundo.
Babelia
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