El ajo, alimento y medicina
Ant¨ªdoto de hechizos y vampiros, el ajo goza de cualidades antis¨¦pticas excepcionales y favorece la circulaci¨®n sangu¨ªnea
El ajo es una planta de origen asi¨¢tico, utilizada por el hombre como alimento, condimento y medicina desde hace m¨¢s de cuatro mil a?os. La medicina medieval le consideraba un excelente remedio contra la peste, y la farmacopea tradicional utilizada el ajo para elaborar multitud de productos, entre ellos, preparaba un vinagre llamado de los cuatro ladrones, que ten¨ªa facultades antis¨¦pticas, y se compon¨ªa de ajo y mostaza del diablo principalmente; este ung¨¹ento se aplicaba como remedio para combatir los accesos fr¨ªos.Tambi¨¦n la superstici¨®n popular atribuye al ajo poderes excepcionales, como ant¨ªdoto de hechizos, conjuros y sobre todo para protegerse de los vampiros. Durante largo tiempo los rizomas del ajo se usaron de amuleto, al creerse que hac¨ªa vulnerable a quien lo pose¨ªa.
El ajo tiene multitud de usos caseros, muy conocidos es el ajiaceite o alioli, que se prepara mezclando aceite de oliva con zumo de ajos triturados; ingerido en ayunas, s¨®lo o rebajado con agua, se recomienda para aminorar la presi¨®n sangu¨ªnea y estimular el funcionamiento del sistema circulatorio.
Es un fuerte protector de los intestinos. Antiguamente sol¨ªan aplicarse lavativas de ajo para expulsar los gusanos intestinales. Su preparaci¨®n consiste en echar en agua templada, un momento antes de ponerla, una cucharadita de ajiaceite bien compacto. Otro remedio popular, muy utilizado en medicina casera, es el linimento de ajos, que se elabora triturando ajos y agregando la misma proporci¨®n de manteca de cerdo. Este linimento tiene fuertes aplicaciones en la distenci¨®n y dolores musculares.
Esta peque?a planta posee propiedades antibi¨®ticas y bactericidas, siendo un remedio de gran eficacia contra ciertas enfermedades bacterianas, especialmente en las infecciones intestinales, dado que armoniza la flora, destruyendo los par¨¢sitos da?inos y fortaleciendo todo el sistema intestinal.
Meyer ha defendido la utilizaci¨®n del ajo contra las intoxicaciones provenientes del consumo del tabaco, para paliar los efectos del complejo sintom¨¢tico del tabaquismo, en especial los problemas que causa en los vasos sangu¨ªneos, alteraciones de tipo cardiaco y digestivos.
Los ajos tienen un gran poder hipotensor: ayudan a bajar la presi¨®n sangu¨ªnea, por lo que se recomienda en casos de arteriosclerosis e hipertensi¨®n. El problema m¨¢s acusado que se plantea es el olor que se expande por todo el cuerpo, y se refleja en el aliento, sudor y en la orina, al ser los canales naturales de expulsi¨®n del organismo.
Cocidos, desaparece su olor, pero a la vez se pierden sus propiedades, como bien dice el refr¨¢n "Ajo hervido, ajo perdido". La causa de esta p¨¦rdida se debe a que las esencias se evaporan.
Esta planta es fuertemente aperitiva, estimula el apetito y es un poderoso agente de expulsi¨®n de las gases. Una pr¨¢ctica bastante sana es untar pan con ajo y extender encima aceite o tomate; constituye un aperitivo exquisito, aviva el hambre y favorece la digesti¨®n normal.
Ingerido crudo, ya sea en ensalada, s¨®lo o combinado con otros alimentos, impide la formaci¨®n de par¨¢sitos intestinales, a la vez que protege la flora, ejerce una acci¨®n alcalinizante en la sangre, neutralizando la acidez de la misma.
En la cocina espa?ola, el ajo ocupa un primer¨ªsimo lugar, un plato muy popular; y apreciado es el llamado ajoblanco, gazpacho que se hace triturando siete habas y siete almendras con un diente de ajo, a lo que se va a?adiendo aceite gota a gota en bastante cantidad, hasta lograr una masa blanda, despu¨¦s se agrega un litro de agua, paulatinamente, para que se conbine perfectamente, el jugo de un lim¨®n, sal y pimienta. Se echa medio kilo de migas de pan del tama?o de una avellana en una sopera, se tamiza el l¨ªquido y se vierte en la sopera. Puede tomarse fr¨ªo o caliente, seg¨²n los gustos.
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