El abogado de Milans del Bosch anuncia que recurrira, si es preciso, ante el Tribunal Constitucional
Una frase del Eclesiast¨¦s, el relato del juicio de Orestes en el Olimpo, el juicio y fusilamiento de Diego de Le¨®n en 1841 y un recuerdo l¨ªrico de la campa?a de Extremad¨²ra, durante la guerra civil, y especialmente de la toma del pueblo de Fuenteovejuna -"all¨ª estaba como una paloma herida, con sus casas blanqueadas"- sirvieron de introducci¨®n al informe del letrado Santiago Segura Ferris, que defendi¨® los intereses del capit¨¢n general Jaime Milans del Bosch. Segura Ferris anunci¨® que, si es preciso, recurrir¨¢ ante el Tribunal Constitucional, por entender que el art¨ªculo del C¨®digo de Justicia Militar por el que fue condenado su defendido era anticonstitucional.R¨¢pidamente -"como la punta de una flecha o de una espada"- el letrado repas¨® y explic¨® los catorce motivos de presunto quebrantamiento de forma cometidos en la celebraci¨®n del juicio oral y los otros doce de infracci¨®n de ley contenidos en la sentencia. Para este letrado, el hecho de que no hubieran declarado siete de los testigos propuestos por ¨¦l en el momento del juicio provocaron en su d¨ªa una interpretaci¨®n de los hechos ajena a la realidad. Asegur¨®, en esta l¨ªnea, que el silencio del gobernador militar de Valencia, del secretario del Rey, y del secretario de Milans, Francisco L¨¢zaro Galindo, entre otros, impidi¨® que se conocieran las amenazas de Comisiones Obreras de sacar las masas a la calle, la licitud de las acciones de Valencia, las conversaciones telef¨®nicas mantenidas con el Rey y las ¨®rdenes que fueron acatadas r¨¢pidamente.
Para el abogado defensor todos estos silencios fueron "como un c¨ªrculo de fuego". Asegur¨®, al analizar las supuestas infracciones de ley, que no hab¨ªa habido rebeli¨®n militar, y que todo lo que hab¨ªa realizado Jaime Milans del Bosch lo hizo convencido de que estaba efectuando un servicio al Rey y a la democracia. La actitud del general de divisi¨®n Alfonso Armada as¨ª se lo,hizo creer. Segura Ferris inici¨® de esta manera una sistem¨¢tica acusaci¨®n contra la actitud del general Armada y contra sus manifestaciones en el consejo de guerra, y que han provocado numerosas fricciones y acusaciones entre los dos militares.
Afirm¨® el letrado defensor de Milans que "se hab¨ªa castigado con,la pena m¨¢xima al general Milans, al que se le consideraba jefe de la rebeli¨®n militar, y no es as¨ª, ya que el fiscal le hab¨ªa considerado como una de las cabezas colegiadas de la rebeli¨®n militar, figura que no cabe en el Ej¨¦rcito, ya que siempre manda el de m¨¢s antigua graduaci¨®n". Continu¨® afirmando que el art¨ªculo del C¨®digo de Justicia Militar que se hab¨ªa aplicado para condenar a M¨ªlans del Bosch era anticonstitucional, y anunci¨® que recurrir¨ªa contra este art¨ªculo, si fuera preciso, ante el Tribunal Constitucional.
Las palabras de Segura Ferris -pariente del desaparecido cardenal Segura- se cerraron recordando una larga cita de Milans del Bosch, pronunciada en el campamento militar, durante el consejo de guerra, pidiendo que cayera sobre ¨¦l todo el peso de la Justicia, exculpando a los dem¨¢s procesados y asegurando que si se repitiera la situaci¨®n de febrero de 1981, ¨¦l volver¨ªa a actuar de la misma manera.
El letrado Segura Ferris defendi¨® tambi¨¦n el recurso del coronel Ib¨¢?ez Ingl¨¦s, centr¨¢ndolo en el concepto de obediencia debida y en la inaplicaci¨®n en la que, seg¨²n ¨¦l, incurri¨® la sentencia del Tribunal Militar. Se refiri¨®, casi telegr¨¢ficamente, a los recursos articulados, ennombre de los capitanes Mu?ecas y Dusmet, as¨ª como al del teniente Carricondo, y dio por reproducidos los motivos que articulaba el escrito del recurso de casaci¨®n.
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