Apoteosis de 'El Lebijano'
La noche de la presentaci¨®n en Madrid de este espect¨¢culo, el pasado viernes, fue verdaderamente apote¨®sica para Juan Pe?a Lebrijano y cuantos con ¨¦l intervienen. El cantaor, uno de los m¨¢s inquietos artistas del panorama flamenco actual, tiene gancho de sobra para llevar al p¨²blico a su terreno.Reencuentro es una propuesta inusual en el arte flamenco. Partiendo de una referencia absolutamente superficial a la conquista de Espa?a por los ¨¢rabes, el a?o 711, se da por supuesta la influencia decisiva de la m¨²sica norafricana en lo jondo, y aqu¨ª se trata de fundir ambas corrientes en una serie de composiciones musicales que desarrollan, por la parte andalus¨ª, Lebrijano, Enrique de Melchor y la bailaora Carmen Vargas, y por la parte ¨¢rabe, un conjunto musical de T¨¢nger, con el cantor Hassan y la danzarina F¨¢tima. El resultado es sugestivo, aunque se perciben irregularidades, achacables seguramente a un deficiente montaje y escasez de ensayos; en ocasiones asistimos casi a momentos de improvisaci¨®n, lo que, en cambio, aporta un factor de frescura y espontaneidad muy estimable.
Reencuentro
Cante y baile ¨¢rabe-andaluz.Escrito y dirigido por Juan Pe?a 'Lebriiano' y Manolo Fern¨¢ndez Flores. Int¨¦rpretes: Juan Pe?a 'Lebiljano' (cante), Enrique de Melchor (guitarra), Carmen Vargas y F¨¢tima (baile) y profesores del Conservatorio de M¨²sica ?rabe de T¨¢nger. Palacio del Progreso, 8, 9 y 10 de abril.
Personalmente, soy de los que creen que la influencia ¨¢rabe no fue efectivamente tan determinante en el arte flamenco como en tiempos pasados se admit¨ªa; las modernas investigaciones van en esta direcci¨®n. Ver Reencuentro me afirma en esta idea, aunque supongo que la intenci¨®n de sus creadores ser¨ªa muy otra. Cuando los marroqu¨ªes act¨²an independientemente por su cuenta, y los gitanoandaluces por la suya, es claramente constatable que ambas m¨²sicas tienen poco que ver entre s¨ª. Salta a la vista, sobre todo en el baile: la danza de F¨¢tima, que se apoya fundamentalmente en el juego sensual-sexual de vientre, caderas y muslos, nos lleva a una tensi¨®n emocional totalmente ajena a la que puede sugerirnos el baile de Carmen Vargas -?las soleares, qu¨¦ maravilla?-, apenas apuntado, todo sobriedad, puro misticismo, que s¨®lo necesita el juego de cintura para arriba, esos brazos prodigiosos.
En los n¨²meros en que ambas m¨²sicas se funden, el recurso funciona muy eficazmente. El cantor Hassan es un descubrimiento sorprendente, con un tono de voz opacado y grat¨ªsimo, que puede acercarse a los melismas flamencos con absoluta propiedad. Da la r¨¦plica a un Lebrijano en el que nada hay que descubrir, pues desde hace muchos a?os ya es un primer nombre del cante.
La guitarra de Enrique de Melchor, en su l¨ªnea de magisterio habitual, puso el contrapunto de toque genuinamente jondo al conjunto de instrumentos de cuerda y percusi¨®n tangerino.
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