Ch¨¢varri se muestra profundamente contento de la historia cinematogr¨¢fica de 'Bearn'
Anoche estren¨® su pel¨ªcula en Barcelona y hoy la presenta en Madrid
Tiene 40 a?os 31 es un Piscis socarr¨®n, que disfruta con la maledicencia de altura -el chisme como arte, que dice ¨¦l- y que tiene una extraordinaria facilidad para adaptarse a las circunstancias. Bearn, que el 8 de abril se estren¨® en Mallorca, anoche se estren¨® en Barcelona y hoy se proyectar¨¢ por primera vez en Madrid, es su ¨²ltima pel¨ªcula. Y est¨¢, Jaime Ch¨¢varri, profundamente contento de la historia, enormemente relajado a pesar de que los estrenos no son su momento favorito.
Ch¨¢varri siempre me ha parecido un hombre t¨ªmido, un hombre encerrado en s¨ª mismo, que s¨®lo se desencadena ante la gente de confianza. Tiene preocupaciones, miedos y nervios, cosa que le ocurre antes de cualquier estreno, pero el hecho de que se trate de una pel¨ªcula de gran presupuesto -para lo que se hace en nuestro pa¨ªs- no le conmueve especialmente. "Lo que me preocupa es que la pel¨ªcula me gusta mucho, me gustaba la novela y hacerla me ha encantado, pero la responsabilidad de su costo no me ha afectado. Porque Bearn tiene lo que tiene que tener, lo que necesitaba, sin agobiarme tampoco con su excesivo presupuesto".Le digo que hay directores que aseguran sentirse mucho m¨¢s libres con presupuestos reducidos: "Te sientes libre", rebate. "Cuando tienes lo que necesitas, un coche de caballos, un caballo o ning¨²n caballo. Ni m¨¢s ni menos".
Cuando Ch¨¢varri entr¨® en la pel¨ªcula, el gui¨®n ya estaba hecho por Lola Salvador, y despu¨¦s de eso s¨®lo hubo una adecuaci¨®n entre ambos. "Es muy dif¨ªcil improvisar en una pel¨ªcula, sobre todo cuando es tan literaria". "Pero en su pel¨ªcula El desencanto usted improvis¨® mucho". "No, yo no, improvisaban ellos, los Panero. Yo quer¨ªa hacer una cosa que no sab¨ªa cu¨¢l era, y lo que sali¨® me gust¨® much¨ªsimo".
Le digo que eso est¨¢ bien, porque el cine me parece cada vez m¨¢s encorsetado. "A m¨ª, tambi¨¦n".
Jaime Ch¨¢varri vive frente al teatro Real de Madrid. Adora la ¨®pera. Me cuenta que acaba de ver, en Par¨ªs, la Traviata, de Franco Zeffirelli. "Y est¨¢ a punto de carg¨¢rsela. Es tan cursi, con amorcillos en primer plano y todo eso. As¨ª y todo, est¨¢ bien. Y la Stratos canta fabulosamente".
Ch¨¢varri me parece mucho m¨¢s suelto, m¨¢s feliz, ahora, que algunos a?os atr¨¢s, en sus comienzos. "Menos t¨ªmido", le digo. "Bueno, lo de la timidez es un poco extra?o, porque las personas m¨¢s lanzadas somos los grandes t¨ªmidos. Con el tiempo, la timidez se vence, y, en mi caso, era ser t¨ªmido o utilizar la timidez para hacer lo que me diera la gana. Que es lo que he venido haciendo sistem¨¢ticamente. Y, cuando consigues hacerlo, puedes prescindir del lado de timidez que es pose".
Director-dictador
Ser director de cine debe ser una forma de vencerla. "S¨ª, y, adem¨¢s, para m¨ª tambi¨¦n es una manera de hacer todo lo relacionado con el poder, que es algo que a m¨ª me repugna, lo detesto, y que, en cambio, haciendo cine, lo puedo utilizar sin mala conciencia. A m¨ª, relacionarme con el poder, aunque sea indirectamente, me parece insoportable. En cambio, mandar sobre cincuenta personas me gusta, y debe ser porque todos, en el fondo, visceralmente, participamos de esa er¨®tica del poder".Dice que un director de cine tiene que ser un dictador, a pesar de que es cierto que una pel¨ªcula es una labor de equipo. "Y sobre todo una pel¨ªcula como Bearn, en donde uno no puede estar pendiente de los trajes, del maquillaje, del decorado. El equipo cuenta mucho".
Y est¨¢n tambi¨¦n los actores. "Yo no tengo ning¨²n sistema, trabajo con ellos seg¨²n sea cada uno, no tengo normas fijas. Lo que s¨ª hago es apuntarme a todos los cursillos para actores que puedo, no porque me interese por m¨ª mismo, sino por mi forma de relacionarme con ellos. Me da un lenguaje com¨²n con los actores, sobre todo con los actores j¨®venes. De repente, hay actores... Bueno, a Fernando Rey no le cuentes de motivaciones. El, o entiende al personaje o no lo entiende, y si lo entiende lo hace divinamente. Como es m¨¢s listo que dios... Pero con actores m¨¢s j¨®venes o con gente que trabaja de otra manera, va muy bien tener un lenguaje que ellos entienden o que, si tienen poca experiencia, creen que es el ¨²nico que existe". Y dice que adora a los actores, que lo que m¨¢s le gusta es trabajar con ellos y sacarles lo que parece que nadie les puede sacar.
Algo m¨¢s referido a Bearn, y es la dificultad de rodar con trajes de ¨¦poca. "Siempre he pensado", le digo, "que vestir de una determinada manera tiene que cambiar por fuerza el comportamiento f¨ªsico de las personas". "Eso es verdad", contesta. "Te encuentras con que los actores, bueno, en este caso las actrices, Angela Molina y Amparo Soler Leal, tienen que llevar cors¨¦, cosa que no han hecho en su vida. Y descubren que ya no se pueden sentar como siempre. Porque la mujer se ha acostumbrado a sentarse de una determinada forma, con los pantalones y las faldas anchas y tal. Entonces s¨®lo se pod¨ªan sentar de una forma determinada. Entonces resulta que, en aquella ¨¦poca, todas se sentaban igual, como en El gatopardo. Y no porque fuesen muy ser¨ªas, sino por el cors¨¦. Y los peinados: hay movimientos que no pod¨ªan hacer. Y luego lo que llevaban: una sombrilla, un abanico, un chal... Te dices, ?c¨®mo andaban as¨ª? Y es que no andaban".
Por eso en Bearn ninguna mujer se baja de los carruajes. Tardaban por lo menos diez minutos en hacerlo. "Vi El gatopardo en v¨ªdeo. Y Visconti tampoco lo resolvi¨®: simplemente no las sac¨®. Yo hago lo mismo".
Est¨¢ muy contento Ch¨¢varri. Muy lleno de proyectos. Dentro de nada va a rodar un especial para Televisi¨®n Espa?ola con Joan Manuel Serrat, y a continuaci¨®n rodar¨¢ Las bicicletas son para el verano, que ya lo tiene todo pedido al Ayuntamiento para que le dejen Madrid desierto y sin farolas modernas. "Voy a potenciar las relaciones intimistas en Las bicicletas..., m¨¢s que la guerra". Como siempre, por otra parte.
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