'El bosque del lobo', cr¨®nica de la represi¨®n
Cuando en 1969 Pedro Olea se plante¨® la adaptaci¨®n cinematogr¨¢fica de la novela de Carlos Mart¨ªnez Barbeito El bosque de Ancines, tuvo que arriesgarse como productor propio. Hasta ese momento, la industria s¨®lo le hab¨ªa ofrecido dos guiones menores, D¨ªas de viejo color y Juan y Junior en un mundo diferente, muy lejanos a las preocupaciones que hab¨ªa mostrado en sus experiencias de la Escuela Oficial de Cinematograf¨ªa. En ellas, un cierto mundo fant¨¢stico, cercano al g¨¦nero de terror, hab¨ªan definido su est¨¦tica.El bosque del lobo las recre¨®, aport¨¢ndole una visi¨®n ¨¢cida, amarga, que hac¨ªa referencia a esa Espa?a eterna que persigue a quienes no respetan la ortodoxia. El buhonero Benito Freire, que atraviesa los poblados gallegos transportando mercanc¨ªas y noticias, era s¨®lo una pobre v¨ªctima de alguna enfermedad entonces ignorada, que sin que ¨¦l supiera por qu¨¦, le obligaba, crispadamente, a asesinar. Los defensores de la justicia no tienen m¨¢s perspectiva que la de su propia represi¨®n: en el buhonero encuentran a un lobo, a un criminal, y no a un enfermo.
El bosque del lobo se emite hoy a las 22
30 por la primera cadena.
Jos¨¦ Luis L¨®pez V¨¢zquez es quien dio cuerpo en la pel¨ªcula a tan fascinante personaje. Con la ¨²nica excepci¨®n de Peppermint frapp¨¦, de Carlos Saura, el actor no hab¨ªa interpretado un personaje protagonista de tal envergadura: sus trabajos cotidianos se concretaban en comedias de costumbres, m¨¢s horrendas que interesantes. El riesgo de permitirle un trabajo tan distinto como el que exig¨ªa El bosque del lobo fue cumplido por el actor con tal rigor que mereci¨® el premio de interpretaci¨®n del festival de Chicago de aquel a?o, y colabor¨®, sin duda, al premio especial que consigui¨® El bosque del lobo en el festival de Valladolid de 1970. Amparo Soler Leal y Nuria Torray le secundaron con acierto.
El ¨¦xito de esta primera pel¨ªcula de Olea condicion¨® su carrera futura. Volvi¨® a adaptar textos literarios para La casa sin fronteras, Tormento y Flor de Oto?o (de la que mejor¨® su texto original); se vi¨® aupado por ellos para escribir los guiones originales de Pim, pum, fuego, No es bueno que el hombre est¨¦ solo y La corea: una filmograf¨ªa marcada por un eficaz criterio en la puesta en escena, que no ha tenido en los ¨²ltimos a?os el apoyo que parecer¨ªa normal en una industria como la del cine espa?ol. Olea prepara ahora otra pel¨ªcula, Aquellarre, en condiciones similares a las que tuvo que improvisar cuando organiz¨® la pel¨ªcula que hoy emite televisi¨®n.
Cuando el almirante Carrero Blanco vision¨® El bosque del lobo en sesi¨®n privada, intent¨® prohibirla. No en vano, se hab¨ªa interrumpido la en aquel momento la exhibici¨®n de Canciones para despu¨¦s de una guerra, de Patino, gracias a la denuncia de un redactor de El Alc¨¢zar: fueron tiempos negros. El vicepresidente del Gobierno dijo, al parecer, que no era tolerable mezclar la superstici¨®n con ideas religiosas.
Hoy, en cambio, Pedro Olea considera que su pel¨ªcula tiene momentos ingenuos, centrados fundamentalmente en su primera parte: "No he realizado ninguna pel¨ªcula redonda aunque, espor¨¢dicamente, tengan aciertos".
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