Hans Matthoeffer, 'el diputado, por Barcelona'
El ex ministro alem¨¢n se ha afiliado al PSOE de Gran Canaria
Hans Matthoeffer, diputado socialdem¨®crata alem¨¢n y ex ministro, de Hacienda de la Rep¨²blica Federal de Alemania, se afili¨® la pasada semana como militante de base en la Agrupaci¨®n Socialista de San Bartolom¨¦ de Tirajana, en Gran Canaria. El inter¨¦s de Matthoeffer por Espa?a, pa¨ªs que visita regularmente desde 1953, le hizo acreedor desde hace tiempo en el Bundestag al mote de el diputado por Barcelona. Ahora, el ex ministro ha tenido que desmentir el rumor de que piensa retirarse de la pol¨ªtica para militar solamente en las filas del PSOE.
Matthoeffer visit¨® Canarias por primera vez en 1974, y, desde entonces, pasa todos los a?os sus vacaciones en el sur de Gran Canaria porque, seg¨²n ¨¦l, "no hay mejor clima que ¨¦ste en todo el mundo". El amigo Hans, como lo conoc¨ªan todos los militantes socialistas de la isla, comenz¨® reuni¨¦ndose durante los tiempos de clandestinidad con dirigentes de la UGT y del PSOE en un peque?o sal¨®n parroquial de San Bartolom¨¦. "Nunca tuve problemas con la polic¨ªa espa?ola", dice, "ni tampoco me dieron ning¨²n tipo de consejos para que dejara de reunirme con socialistas canarios. Siempre hice las cosas con mucha prudencia, para evitar que los compa?eros de aqu¨ª tuvieran problemas con las autoridades".Tambi¨¦n en estos tiempos de clandestinidad inici¨® una relaci¨®n de amistad con Jer¨®nimo Saavedra, en la actualidad presidente del Gobierno aut¨®nomo canario, a quien ya conoc¨ªa de Madrid. Con ¨¦l comparti¨® en un viejo cine de la ciudad de Telde el primer mitin socialista, a principios de 1977, pocos d¨ªas antes de que el PSOE fuera legalizado como partido pol¨ªtico. Eran los tiempos en que el amigo ministro ayudaba econ¨®micamente para comprar una multicopista o alquilar un local. En este sentido, fue uno de los impulsores de la creaci¨®n de la Casa del Pueblo de Las Palmas.
Un alem¨¢n con acento canario
Matthoeffer, que habla castellano con acento canario, es adem¨¢s un personaje curioso. Dicen que es un fajador, de los que pelean, y no s¨®lo en sentido figurado. En 1980, durante un mitin electoral del SPD, un grupo de reventadores le interrump¨ªan constantemente y uno se acerc¨® amenazadoramente al podio. El ministro Matthoeffer le derrib¨® de un directo y le puso fuera de combate. Adem¨¢s del ajedrez, hab¨ªa practicado el boxeo.El ex ministro es un hombre que las devuelve todas, y as¨ª lo demostr¨® hace un a?o durante un programa de televisi¨®n en vivo, cuando uno de los hombres legendarios de 1968, el animador de una de las comunas berlinesas, Fritz Teufel, le lanz¨® un chorro de tinta con una pistola de agua. Matthoeffer dud¨® unos segundos y luego arroj¨® sobre Teufel el contenido del vaso de vino que ten¨ªa delante. Matthoeffer dijo luego que ¨¦l proced¨ªa de una familia obrera y en su barrio no se aguantaban esas provocaciones sin responder.
Siempre que se. habl¨® de las ayudas de la socialdemocracia alemana al PSOE surg¨ªa el nombre de Matthoeffer en conexi¨®n con el misterioso oro del Rin y maletas llenas de marcos. Un d¨ªa, a comienzos de 1977, durante una comida con periodistas en Bonn, le preguntaron a Matthoeffer cu¨¢nto le costar¨ªa al SPD alem¨¢n la campa?a electoral del PSOE. Matthoeffer replic¨®: "?sa es una pregunta indecente". Siguieron unos segundos de tenso silencio, y Matthoeffer a?adi¨®: "...Pero costar¨¢ m¨¢s de lo que el PSOE est¨¢ dispuesto a confesar". Su estilo directo y su formaci¨®n econ¨®mica hicieron de Matthoeffer uno de los favoritos del entonces canciller Helmut Schmidt. Siempre se habl¨® de Matthoeffer como de uno de los m¨¢s firmes candidatos a su sucesi¨®n. El coraz¨®n, lo mismo que a Schmidt, le jug¨® una mala pasada, y el diputado por Barcelona tuvo que disminuir su ritmo de trabajo. Schmidt no quiso renunciar a su presencia en el Gabinete y, aunque dej¨® el Ministerio de Hacienda, pas¨® a ocupar la cartera de Correros y -Telecomunicaciones.
El amigo Hans, hoy s¨®lo diputado de un partido que sufri¨® un serio rev¨¦s en las ¨²ltimas elecciones alemanas, se aloja siempre en la urbanizaci¨®n tur¨ªstica del sur de la isla de Gran Canaria, y en todos sus viajes viene acompa?ado de su esposa y secretaria, Frau.
Antes ten¨ªa una visible escolta policial, pero ahora transita como un turista cualquiera, que pasa largas horas tendido en una hamaca en la playa del Ingl¨¦s, lugar donde ha adquirido un peque?o apartamento para pasar la mayor parte del a?o en la isla. "Quiero participar en la pol¨ªtica local", dice para terminar, "pues en la medida que vaya a vivir aqu¨ª me afectar¨¢ mucho m¨¢s".
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