El futuro de Campsa y del monopolio comercial quedar¨¢ definido en la revisi¨®n del Plan Energ¨¦tico Nacional
El futuro de la Compa?¨ªa Arrendataria del Monopolio de Petr¨®leos (Campsa) quedar¨¢ definido dentro de la revisi¨®n en curso del Plan Energ¨¦tico Nacional (PEN), que actualmente prepara una comisi¨®n de cinco sabios del sector junto a las autoridades energ¨¦ticas. Precisamente las discusiones de esta cuesti¨®n, junto a las negociaciones con el sector el¨¦ctrico sobre sus problemas financieros, est¨¢n retrasando apreciablemente estos trabajos, y en medios solventes se considera ahora que el plazo fijado por el Ministerio de Industria y Energ¨ªa para la presentaci¨®n del nuevo PEN, el pr¨®ximo 30 de junio, no podr¨¢ cumplirse.
La decisi¨®n de incluir el futuro de Campsa dentro del PEN ha sido un¨¢nime dentro de la comisi¨®n, que considera que "no es muy coherente reordenar el subsector de hidrocarburos para la pr¨®xima d¨¦cada sin tener en cuenta los cambios que nuestra integraci¨®n en las Comunidades Europeas puede suponer para la empresa gestora del monopolio y para todo el refino". La inclusi¨®n de este tema, sin embargo, est¨¢ complicando enormemente los trabajos del grupo, debido, fundamentalmente, a las diferentes ideas que existen en el sector al respecto.Fuentes solventes se?alan que las ideas del grupo de trabajo, con las que coincide el Ministerio de Industria y Energ¨ªa, son coincidentes respecto a la necesidad de mantener Campsa como empresa. En este sentido, de lo que se trata es de aprovechar la experiencia que esta sociedad, con capital p¨²blico y privado, tiene en la comercializaci¨®n de los productos carburantes, aunque adaptando su situaci¨®n jur¨ªdica a la normativa comunitaria.
Sobre la mejor manera de hacerlo, sin embargo, parecen existir tres teor¨ªas. La primera es la de no hacer nada, en espera de que se concrete la fecha de la integraci¨®n en la CEE y el per¨ªodo de adaptaci¨®n. ?sta est¨¢ totalmente descartada. La segunda tesis propone una reforma profunda del actual sistema de comercializaci¨®n de los productos carburantes, relegando a Campsa al papel de una empresa m¨¢s del sector, en competencia con las dem¨¢s. Y la tercera, con dos variantes y que es la que m¨¢s apoyo tiene, que determina un papel fundamental para Campsa en la compra y venta de los productos petrol¨ªferos.
La doble vertiente de esta tesis ha sido descrita en medios del sector como "soluci¨®n maximalista" y "la menos maximalista". La primera, que cuenta con el apoyo de importantes nombres dentro del sector p¨²blico del refino, parte del principio de conservar esta empresa como la encargada de adquirir los productos a pie de refiner¨ªa y venderlos directamente al p¨²blico. Asimismo, ser¨ªa Campsa, con este u otro nombre, la que pasar¨ªa a ostentar la propiedad de la red primaria de gasoductos, ahora en manos del Patrimonio del Estado y que el Gobierno desea que pase al ¨¢rea del Instituto Nacional de Hidrocarburos. Con esta soluci¨®n, las refiner¨ªas establecer¨ªan su nueva relaci¨®n con la nueva empresa por medio de un contrato privado, bajo el cual tendr¨ªan acceso a la red y a la distribuci¨®n.
La tesis menos maximalista es muy parecida a la soluci¨®n apuntada, seg¨²n el principio de esquema de que se dispone. La apreciable diferencia ser¨ªa la venta al usuario de los productos refinados, venta de la que se encargar¨ªan, seg¨²n esta segunda versi¨®n, las refiner¨ªas, en directa competencia. Al parecer, esta tesis recib¨ªa el apoyo de los privados (es decir, de Cepsa y Petronor), aunque en los ¨²ltimos tiempos la posici¨®n de ¨¦stos no aparece muy clara. De lo que se trata es, reconocen sin recato, de mantener la situaci¨®n de facto dentro de unas nuevas coordenadas jur¨ªdicas, especialmente de cara a la competencia de las multinacionales.
Cuesti¨®n de coste
Fuentes gubernamentales consultadas estiman que, sea cual fuera la soluci¨®n que finalmente quede reflejada en el PEN, el principio que el ministerio trata de preservar es el del coste m¨ªnimo.
En una situaci¨®n de crisis general para el refino en todo el mundo, se estima que ser¨ªa muy gravoso para el sector enfrentarlo a una situaci¨®n nueva en la que muchas empresas no est¨¢n preparadas y nunca podr¨¢n estarlo. Abrir las fronteras para que la sobrecapacidad refinadora europea inunde el territorio espa?ol es el argumento que el sector coloca como base de su defensa.
Por otro lado, los redactores del PEN se encuentran analizando la pretendida sobrecapacidad refinadora del subsector. Las fuentes consultadas apuntan que no es tanto un problema de exceso de instalaciones como de exceso de determinados productos. En este sentido, los miembros de la comisi¨®n est¨¢n estudiando seriamente la posibilidad de reconvertir una o dos de las instalaciones actuales, previsiblemente con una unidad m¨¢s de coking (¨²ltima fase del refino, que extrae a¨²n m¨¢s productos refinados) y quiz¨¢ otro hidrocraking, sistema muy parecido a los actuales FCC en construcci¨®n en la mayor¨ªa de las refiner¨ªas.
Otro factor que ha retrasado el trabajo inicial de la comisi¨®n es el hecho de que se haya planteado la revisi¨®n del PEN desde unos planteamientos completamente distintos a los que se utilizaban en anteriores trabajos. As¨ª, se ha partido de una hip¨®tesis de demanda basada en unas previsiones de crecimiento del producto interior bruto (PIB) en torno al 3,3%, con una elasticidad de la demanda energ¨¦tica en la que se ha incluido la variable de precios y el objetivo final de proceder a un ahorro efectivo de energ¨ªa.
Todos estos nuevos ingredientes han complicado la redacci¨®n de los trabajos iniciales. La meta del ahorro energ¨¦tico forzar¨¢, quiz¨¢, a recortes en instalaciones, especialmente en el programa nuclear, a menos que se establezca un calendario efectivo y razonable en la puesta en marcha de algunas cuya construcci¨®n se encuentra ahora muy retrasada.
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