Las respetuosas
"Perm¨ªteme que te d¨¦ mi opini¨®n, mira, imb¨¦cil, que te den por culo". Uno, como apenas mira la caja, no se hab¨ªa enterado de este primitivo/provenzal que Carlos Tena nos ech¨® la otra noche/d¨ªa. Me parece un muermo moralista. A m¨ª lo que me parece pomo duro es lo de mi adorada Remedios Amaya (ayer le puse aqu¨ª "adorada" a Pilar Mir¨® y sacaron "adoradora", lo cual que luego las feministas me llaman machista: raz¨®n que les sobra). Mi adorada Remedios Amaya, o sea -ay aquella rosa de t¨¦, inmensa, de trapo, que le regal¨¦ en El Corte Ingl¨¦s cuando se iba para M¨²nchen-, escandaliz¨® a la Europa (qu¨¦ es lo que comentar¨¢n las canciller¨ªas, como dir¨ªa Valle-Incl¨¢n) con el "qui¨¦n gobierna mi barca". Pues Miguel Boyer, a ver qui¨¦n va a ser. El que-te-den-por-culo, cheli de los cuarenta/cincuenta, muy utilizado por Camilo, maestro, un suponer, no es sino un estribillo conversacional que aporta la novedad sint¨¢ctica de la supresi¨®n del art¨ªculo: "Es la sintaxis la que est¨¢ loca", Barthes una vez m¨¢s. "Prefiero masturbarme yo sola en n¨² cama / antes que acostarme con quien me hable del ma?ana". Lo dijo don Antonio Machado, con rniramientos de catedr¨¢tico de provincias: "Porque a veces sabe On¨¢n / cosas que ignora Don Juan". Por ejemplo, que la convivencia convencional e indefinida (s¨®lo corregida un poco, ahora, por Paco Ord¨®?ez y su ley de divorcio) es una cosa contra natura. Me lo dice el gran doctor Ortiz V¨¢zquez, uno de los primeros internistas de Espa?a:-La renovaci¨®n de ese oscuro objeto del deseo es muy importante, Umbral. Al rey David, ya centenario, las mozas s¨®lo le calentaban la cama, pero eso ayuda a vivir.
Toma ya. "Me gusta ser una zorra". La confesi¨®n fundamental de este cantable hay que remitirla a la primera o segunda acepci¨®n del Diccionario de Casa La¨ªn: mujer que comercia con su cuerpo o mujer que se entrega desmedidamente a los placeres del mismo.
Dado que el sujeto hablante de esta letrilla prefiere a ?los ejecutivos que te dan la pasta", ya no hay dudas acad¨¦micas. Pero s¨ª la instant¨¢nea de una realidad social que hip¨®critamente se niega. Una vez, mi santa y yo chocamos, en Fleming, con un ejecutivo que sal¨ªa flechado. No quiso papeles del Seguro, sino aforar en el acto los desperfectos. "El caso es que no lleguen papeles oficiales a poder de mi se?ora con la direcci¨®n de Costa Fleming". Otro hogar cat¨®lico y ucedista que se remendaba mediante el puta?eo. Hay miedo a las palabras -incluso en las acratillas-, m¨¢s que a lq,hechos. Qu¨¦ gran testigo nos es el idioma. El idioma nos juzga. De ah¨ª la movida/press por la canci¨®n de Tena. "Quiero meter un pico en la polla / a un cerdo carroza llamado Lou Reed". Todas las carrozas/carroc¨ªsimas somos unos cerdos, pero tampoco en esto encuentro justificaci¨®n a la ruda terapia que propone la cantatriz. Valerie Solanass gr¨ªmpola y gallardete de feministas, andaba por Manhattan con una hoz y una pistola para operar transexualmente (ahora legalizan esas operaciones en Espa?a) a Andy Warbol. O sea, para cort¨¢rselos de ra¨ªz. Todo esto me parece conflictividad sexual/social, revoluci¨®n de la mujer, tan positiva y ovoplex.
El morbo est¨¢ en Remedios Amaya: "Qui¨¦n gobierna mi barca". Una gitana joven con el gobernalle de la sexualidad y la sentimentalidad en manos de muchos conocidos o un solo desconocido. Ha sido demasiado para Euromunich, famosa conjura que al rey moro pone espanto. La cantante de Tena sabe lo que quiere, "ser una zorra" (como algunas derechas/derechas, m¨¢s o menos); lo tiene claro. Remedios Amaya es una mujer deslizada en barca por el r¨ªo de Her¨¢clito. Nadie se ba?a dos veces en el mismo r¨ªo televisivo, y ya se ba?¨® la Massielona. Remedios es mucho m¨¢s disolvente, pero la derecha s¨®lo le ha vacilado un poco. Cristina Marsilheb, tan l¨ªrica, sali¨® en bolas. Lo obsceno no es su cuerpo/poema, sino lo mal que dirige Regueiro. Nuestro patriarcalismo sigue teniendo miedo a las palabras: auditor¨ªa, zorra, socialismo y as¨ª.
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