La visita de Bucetta a Madrid supone la reanudaci¨®n de las negociaciones globales hispano marroqu¨ªes
El ministro marroqu¨ª de Asuntos Exteriores, Mohamed Bucetta, lleg¨® ayer a Madrid para cumplir lo pactado durante la visita de Felipe Gonz¨¢lez a Marruecos y reanudar las negociaciones globales hispano-marroqu¨ªes, que se encontraban en un pr¨¢ctico punto muerto cuando el presidente del Gobierno viaj¨® a Rabat, el 27 y 28 de marzo pasado. Previamente a su venida a Espa?a, el mi¨¦rcoles pasado, el ministro marroqu¨ª efectu¨® una breve e inesperada escala en Washington.
La visita de Bucetta a Madrid constituye el cuarto encuentro hispano-marroqu¨ª desde la asunci¨®n del poder por los socialistas. El primer encuentro, destinado fundamentalmente a tranquilizar a Marruecos, que hab¨ªa abrigado serias aprensiones tras la victoria electoral socialista, fue llevado a cabo por el ministro de Asuntos Exteriores, Fernando Mor¨¢n, los d¨ªas 23 y 24 de diciembre de 1982.Las primeras negociaciones econ¨®micas globales se llevaron a cabo el 18 y 19 de febrero de 1983, con el viaje a Rabat de los ministros de Transportes y Agricultura, Enrique Bar¨®n y Carlos Romero, respectivamente. La presunta larga cooperaci¨®n entre ambos pa¨ªses part¨ªa de un principio muy simple de proclamar expuesto el 17 de marzo de 1982 por el rey Hassan II al entonces ministro de Agricultura, Jos¨¦ Luis ?lvarez, con casi estas mismas palabras: "Marruecos dispone de riquezas pisc¨ªcolas que interesan a Espa?a. Espa?a posee la tecnolog¨ªa y los medios financieros que interesan a Marruecos para proyectos de desarrollo. Sobre la base de este intercambio, planeemos un acuerdo a 5, 10 o 20 a?os".
En mayo de 1982, Jos¨¦ Luis ?lvarez volvi¨® a Marruecos con una propuesta espa?ola, tal como hab¨ªa solicitado el soberano marroqu¨ª. Los puntos principales de ¨¦sta eran:
1. Cooperaci¨®n t¨¦cnica entre los dos pa¨ªses para evaluar cient¨ªficamente las riquezas pisc¨ªcolas marroqu¨ªes y estimaci¨®n de las existencias, para determinar el tonelaje de capturas que permitir¨ªa una explotaci¨®n racional.
2. Colaboraci¨®n de la infraestructura de acogida de los puertos pesqueros marroqu¨ªes de Tan Tan y Agadir.
3. Cooperaci¨®n en materia de construcci¨®n, partiendo de una evaluaci¨®n cient¨ªfica de las necesidades de Marruecos para constituir su propia flota de pesca, y de Espa?a, para modernizar la suya.
4. Creaci¨®n de una escuela de pesca para marroqu¨ªes.
5. Cooperaci¨®n para la comercializaci¨®n del pescado de ambos pa¨ªses en Marruecos, en Espa?a y ante terceros mercados.
6. Financiaci¨®n de estos proyectos.
Marruecos, obviamente, solicit¨® mayores contrapartidas, y una delegaci¨®n marroqu¨ª viaj¨® a Madrid con este objetivo. Paralelamente a esta negociaci¨®n, estuvo en Marruecos, en abril de 1982, el entonces ministro de Sanidad, Manuel N¨²?ez P¨¦rez, a quien los marroqu¨ªes propusieron que Espa?a cooperara en el desarrollo de la infraestructura sanitaria del norte de Marruecos, y el 7 y 8 de junio, el entonces ministro de Transportes, Luis G¨¢mir, entreg¨® a Marruecos los expedientes de todos los estudios cient¨ªficos llevados a cabo sobre la posibilidad de construir un enlace fijo sobre el estrecho de Gibraltar, en el que tanto empe?o tiene el propio rey Hassan II.
Cooperaci¨®n futura
Sobre esta base, que inclu¨ªa adem¨¢s otras numerosas facetas de cooperaci¨®n espa?ola con Marruecos, estaba prevista la cooperaci¨®n futura. Las negociaciones fueron interrumpidas a petici¨®n de Marruecos desde que el Gobierno de Calvo Sotelo anunci¨® elecciones anticipadas.La visita en fehrero de Enrique Bar¨®n y Carlos Romero antes mencionada sirvi¨® para volver a abrir los expedientes de aquellas negociaciones interrumpidas. En ellas, los marroqu¨ªes distinguieron cuatro ¨¢reas fundamentales en las cuales quer¨ªan la cooperaci¨®n espa?ola.
En primer lugar, cooperaci¨®n cultural y expansi¨®n de la lengua espa?ola en Marruecos. A este respecto, un convenio de cooperaci¨®n cultural, firmado entre Espa?a y Marruecos en 1981 y ratificado por el Gobierno espa?ol, aguarda desde entonces a que el rey Hassan II coloque su sello real sobre el documento para que ¨¦ste pueda entrar en vigor.
El segundo aspecto suscitado por los marroqu¨ªes, relativamente novedoso, era el social, o, como dijo el ministro marroqu¨ª Taieb Bencheij, "la penosa situaci¨®n de los 26.000 obreros marroqu¨ªes residentes en Espa?a", que, seg¨²n ha demostrado el censo marroqu¨ª de 1982 son 35.000 y que, seg¨²n estimaciones espa?olas, pasan de los 60.000, la mayor parte de ellos entrados en Espa?a clandestinamente.
En tercer lugar, se les solicit¨® financiaci¨®n y cooperaci¨®n t¨¦cnica para el sector tur¨ªstico rnarroqu¨ª y el desv¨ªo a Marruecos de una parte del turismo extranjero que acude a la Costa del Sol espa?ola.
La bomba final fue la, petici¨®n marroqu¨ª de que Espa?a redujese en un 70% el esfuerzo pesquero de entonces, basado en un c¨¢lculo unilateral marroqu¨ª, cuando el acuerdo de principio preve¨ªa una estimaci¨®n com¨²n cientifica para que toda disminuci¨®n, si fuese necesaria, del volumen de captura fuese racional y justa. "Nuestra filosof¨ªa en estas negociaciones globales de cooperaci¨®n con Espa?a", dir¨ªa el ministro Bencheij a Bar¨®n y Romero, "es que Marruecos aporta sus riquezas pisc¨ªcolas y Espa?a su tecnolog¨ªa y sus finanzas, teniendo en cuenta que es necesario reducir el esfuerzo pesquero para que no perezcan nuestros recursos".
Los ministros espa?oles, con poco tacto y aparentemente sin saber exactamente si el Gobierno anterior se hab¨ªa comprometido a reducciones de cuant¨ªa o si exist¨ªa una promesa formal de permitir el tr¨¢nsito de los c¨ªtricos marroqu¨ªes, se marcharon de Rabat dejando a sus interlocutores en la duda de si hab¨ªan aceptado o no estas propuestas.
Al cabo de unas semanas, su respuesta escrita a Marruecos fue que Espa?a se aten¨ªa para negociar al prerrequisito de que Marruecos mantuviese el estado actual en cuanto al esfuerzo pesquero espa?ol. Como resultado de ello, la visita que tres ministros marroqu¨ªes deb¨ªan haber realizado a Madrid fue suspendida por Marruecos. En esas lamentables condiciones de impreparaci¨®n e inseguridad, el presidente del Gobierno, Felipe Gonz¨¢lez, mantuvo su visita a Marruecos para los d¨ªas 27 y 28 de marzo.
Como resultados concretos, los dos Gobiernos acordaron llevar a cabo por separado documentos con sus respectivas reivindicaciones, solicitados por Felipe Gonz¨¢lez para, seg¨²n dijo con un optimismo a toda prueba, darle soluci¨®n puntual a cada problema. Asimismo logr¨® que Bucetta admitiese viajar a Espa?a para explorar en profundidad la posibilidad de reanudar la negociaci¨®n global.
En lo que a pesca concierne, sin embargo, el entorno en que van a desarrollarse estas negociaciones de Madrid a partir de hoy ha empeorado considerablemente.
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