Por una pol¨ªtica de solidaridad
El Primero de Mayo, adem¨¢s de constituir fecha importante en la historia del movimiento obrero y momento de exaltaci¨®n de la solidaridad internacional de los trabajadores, brinda la oportunidad de reflexionar sobre la situaci¨®n de los asalariados, pasar revista a lo actuado en pol¨ªtica sindical y analizar el futuro espa?ol inmediato. El autor de este art¨ªculo resalta la repercusi¨®n de los triunfos electorales del PSOE y de UGT, para advertir que deben ser redoblados los esfuerzos contra la crisis, con una doble articulaci¨®n: cumplir el programa socialista y profundizar en la pol¨ªtica de solidaridad.
Es indudable que en el ¨²ltimo a?o se han producido acontecimientos importantes para el conjunto de los trabajadores. La persistencia de la crisis econ¨®mica y el recrudecimiento de sus efectos sobre el empleo y el bienestar de importantes capas de la sociedad espa?ola contin¨²an presidiendo nuestras reflexiones y condicionando la acci¨®n sindical.El triunfo del PSOE en las elecciones generales, que permiti¨® a los socialistas constituir un Gobierno con amplio respaldo social y parlamentario, significa, entre otras muchas cosas, la consolidaci¨®n definitiva de nuestro sistema de libertades, de la democracia y del pluralismo, por el que tanto hemos luchado los trabajadores. En este per¨ªodo de gesti¨®n, el nuevo Gobierno hubo de hacer frente a la negativa herencia de las pol¨ªticas de derecha y, simult¨¢neamente, sentar las bases para cumplir con su programa electoral. Desde la Uni¨®n General de Trabajadores hemos ido se?alando puntualmente nuestra valoraci¨®n de los actos de Gobierno, que, desde el sentido de responsabilidad que informa nuestra acci¨®n, ha sido unas veces cr¨ªtica y otras de apoyo a las medidas concretas. Pero en esta oportunidad quiero destacar la aprobaci¨®n por el Congreso de los Diputados del proyecto de ley socialista de reducci¨®n del tiempo de trabajo (jornada semanal m¨¢xima de 40 horas, vacaciones m¨ªnimas de 30 d¨ªas), que recoge una reivindicaci¨®n permanente de UGT y pretende mejorar la distribuci¨®n del empleo disponible y las condiciones de vida de los trabajadores.
El triunfo de UGT en las elecciones sindicales nos coloca como la primera central sindical de nuestro pa¨ªs, y traduce la ratificaci¨®n del apoyo que presta la mayor¨ªa de los trabajadores a nuestra concepci¨®n sindical y la comprensi¨®n por esa mayor¨ªa de las limitaciones que el entramado institucional pone a la acci¨®n de los sindicatos.
Los tres elementos anteriores han influido a la hora de ratificar nuestra estrategia de acci¨®n solidaria frente a la crisis. El Acuerdo Interconfederal (AI) para 1983 enmarca la negociaci¨®n colectiva sectorial y de empresa para quienes tienen empleo y convenio, y sus consecuencias a nivel macroecon¨®mico posibilitan una pol¨ªtica que asuma la situaci¨®n de los colectivos cuyas condiciones de vida dependen de las decisiones del Gobierno. Nuestra respuesta se concreta entonces en dos frentes coordinados: a) negociaci¨®n colectiva para los que tienen empleo y convenio, dentro del marco pactado a nivel interconfederal; b) reivindicaci¨®n del cumplimiento del programa electoral socialista como instrumento capaz de satisfacer las demandas de colectivos excluidos del AI (funcionarios p¨²blicos, desempleados, pensionistas) y definir pol¨ªticas socialmente progresivas (de reindustrializaci¨®n, de fomento del empleo) que recojan las propuestas de UGT.
El futuro inmediato
Sabemos que no es f¨¢cil salir de la crisis, atender a los desocupados con prestaciones adecuadas y, simult¨¢neamente, generar los empleos necesarios. Pero lejos de instalarnos pasivamente en la crisis, es preciso redoblar los esfuerzos del conjunto social para superarla, y estos esfuerzos deben articularse a partir de dos ideas centrales:
1. Cumplimiento del programa socialista. Es preciso impulsar, desde la acci¨®n de los trabajadores sindicalmente organizados, el cumplimiento de un programa que contiene elementos suficientes para racionalizar el esfuerzo y repartir equitativamente las cargas. El Gobierno debe avanzar en la planificaci¨®n democr¨¢tica de la econom¨ªa, con la plena participaci¨®n de los actores sociales, que requiere la consolidaci¨®n definitiva de las organizaciones representativas de los intereses de los trabajadores. Debemos recordar en este Primero de Mayo que importantes medidas de apoyatura sindical contenidas en el programa e impulsadas por UGT est¨¢n a¨²n pendientes de concreci¨®n: desde la devoluci¨®n del patrimonio sindical hist¨®rico y la soluci¨®n al problema del patrimonio sindical acumulado hasta la presentaci¨®n de los proyectos de ley que desarrollen la Constituci¨®n en materia de acci¨®n sindical colectiva dentro y fuera de las empresas.
2. Profundizaci¨®n de la pol¨ªtica de solidaridad. Mantenemos nuestra confianza en una pol¨ªtica de solidaridad como condici¨®n para salir de la crisis y modernizar el aparato productivo. Pero no es posible entender que esa solidaridad se agota en actitudes que se esperan o exigen de los trabajadores; tambi¨¦n los dem¨¢s sectores sociales y el propio aparato del Estado deben asumir su cuota de esfuerzo. No es posible pedir nuevos sacrificios a los trabajadores sin concretar medidas de justicia impositiva que terminen con las modalidades de fraude y racionalicen la presi¨®n fiscal. No es posible modernizar el aparato productivo o atenuar rigideces sin abrir amplios cauces de informaci¨®n y negociaci¨®n de las pol¨ªticas concretas con los representantes de los trabajadores, venciendo las reservas mentales o ideol¨®gicas que ciertos sectores mantienen acerca de este proceso de participaci¨®n.
Del lado de los trabajadores, es preciso vencer las tentaciones corporativas, que conducen a que cada sector maximice sus demandas sin tener en cuenta las necesidades de las clases trabajadoras en su conjunto. En Europa hace alg¨²n tiempo ya que los sindicatos han dejado de ser gendarmes de los puestos de trabajo o de los niveles salariales individuales, para actuar a nivel global y colectivo. Los rebrotes neocorporativos que est¨¢n surgiendo en los ¨²ltimos meses (algunos de ellos de clara intencionalidad pol¨ªtica) deben alertar a los trabajadores, a sus organizaciones sindicales democr¨¢ticas y al propio Gobierno. El neocorporativismo es la ant¨ªtesis de la pol¨ªtica de solidaridad y conduce a peligrosas fracturas del conjunto social.
Terminar¨ªa se?alando que el cambio ya ha comenzado, que sigue siendo posible y necesario, y que en la concreci¨®n de las metas que la mayor¨ªa del pa¨ªs eligi¨® el 28 de octubre nos corresponde un importante papel a los trabajadores, y que desde UGT continuaremos en esta lucha permanente por consolidar la justicia, la paz y el progreso social.
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