La atenci¨®n a la cultura y a los marginados, base de la gesti¨®n socialista en los ayuntamientos de Murcia
ISABEL LLORENS En el Ayuntamiento de Murcia, regido por el socialista Jos¨¦ Mar¨ªa Aroca, un hombre profundamente ¨¦tico que ahora se retira con la mayor¨ªa de su equipo, la gesti¨®n ha estado limitada por la normativa vigente. "La honradez ha sido la norma. Aunque uno de los grandes problemas ha sido la falta de una nueva ley de r¨¦gimen local", declara, en relaci¨®n con la participaci¨®n ciudadana en la administraci¨®n de un macromunicipio que integra a m¨¢s de 50 n¨²cleos de poblaci¨®n.
El alcalde, reconoce que no se ha resuelto la descentralizaci¨®n burocr¨¢tica, aunque el esfuerzo ha estado encaminado a dotar de los mismos servicios que tiene la ciudad a las pedan¨ªas. "Hemos iniciado un servicio de recogida de basuras que cubre a todos los pueblos. Antes, m¨¢s de 100.000 personas carec¨ªan de este servicio, ya que habitan fuera del casco urbano de la ciudad".
Los ingresos de la Corporaci¨®n por impuestos, tasas y contribuciones se han duplicado en relaci¨®n con las cifras que hab¨ªa al comienzo de la gesti¨®n socialista. De poco m¨¢s de 1.000 millones se ha llegado a recaudar 3.181 millones de pesetas, "aunque no hemos aumentado las tasas todo el margen que dejaba la ley", dice Aroca. El cap¨ªtulo de actividades culturales, atenci¨®n a la asistencia social y educaci¨®n ha sido donde la gesti¨®n municipal en Murcia se ha volcado m¨¢s.
Finalmente, el municipio tiene pendiente por resolver la construcci¨®n de una buena red de abastecimiento de agua potable y la construcci¨®n de nuevas depuradoras. "La falta de cooperaci¨®n de la Administraci¨®n central ha sido definitiva para que la situaci¨®n a¨²n est¨¦ as¨ª".
El otro gran tema es el de la ordenaci¨®n urbana. El ayuntamiento murciano ha emprendido un plan cuatrienal para la creaci¨®n de suelo urbanizable, protegido de la especulaci¨®n. Los resultados de esta pol¨ªtica comenzar¨¢n a dar sus frutos a partir de ahora. Sin embargo, la especulaci¨®n del suelo es un problema todav¨ªa candente en este municipio.
La recalificaci¨®n como suelo urbanizable del solar en que est¨¢ situado el estadio del Real Murcia, solicitada por la directiva del club de f¨²tbol a esta Corporaci¨®n, compromete toda una filosof¨ªa social respecto a la planificaci¨®n urban¨ªstica.
Ning¨²n grupo pol¨ªtico se ha pronunciado en contra de una solicitud que chantajea a la autoridad mediante la movilizaci¨®n de las masas y un sentimiento regionalista mal entendido -"Hay que dar a Murcia el estadio nuevo que se merece"-. Los socialistas y otros grupos consideran, sin embargo, que generar una plusval¨ªa de m¨¢s de 400 millones es algo inaceptable por una simple cuesti¨®n de principios.
Caravaca, mimada por la Administraci¨®n
La juventud en la calle, a base de conciertos de m¨²sica cl¨¢sica y popular, la promoci¨®n de viajes y la edici¨®n de un disco con los ganadores de un concurso pop municipal destacan junto con la "rentabilidad social y cultural" que ha supuesto la municipalizaci¨®n del teatro Romea.
Contrasta la realidad de Murcia con la del municipio de Caravaca, de poco m¨¢s de 20.000 habitantes, cabeza de una comarca interior muy deprimida, donde el paro supone m¨¢s del 18% de la poblaci¨®n activa. El ayuntamiento, regido por el centrista Pedro Garc¨ªa Esteller, ha sido, sin embargo, el gran mimado de la Administraci¨®n central y ha conseguido arrancar grandes decisiones del consejo regional y la diputaci¨®n provincial -hoy extinguida-, que estaban regidos por socialistas. El alcalde repite ahora como independiente, avalado por una buena gesti¨®n en un pueblo muy necesitado. La electrificaci¨®n de las pedan¨ªas, as¨ª como la dotaci¨®n de las mismas de agua corriente, es el mayor logro, ya que de paso se ha empleado durante dos a?os a alrededor de 80 hombres procedentes de paro agr¨ªcola.
Sin aumentar los impuestos -"20 duros ha subido la recogida de basura", comenta el alcalde- han conseguido traer el dinero de fuera. La construcci¨®n de un hospital comarcal y la creaci¨®n de un Conservatorio Superior de M¨²sica y de una Escuela de Artes y Oficios, adem¨¢s de la restauraci¨®n del teatro Tulla, son los logros m¨¢s sobresalientes en el campo sanitario y cultural.
Todo esto contrasta, por ejemplo, con la gesti¨®n de otro municipio, el de Fortuna, donde el alcalde ha sido el ¨²nico comunista que ha mandado en un ayuntamiento murciano. Jos¨¦ Luis Mart¨ªnez S¨¢nchez reconoce que le han torpedeado una larga temporada desde sectores locales de la derecha, que tradicionalmente hab¨ªa mandado en el pueblo.
Adem¨¢s, el municipio, con la constante de la emigraci¨®n desde principios de siglo, carece de posibilidades econ¨®micas con sus 6.000 habitantes; la mayor¨ªa, jornaleros temporales, que se emplean clandestinamente en el cosido de zapatos, alimentando as¨ª la econom¨ªa subterr¨¢nea de ese sector de la provincia vecina. As¨ª que Mart¨ªnez, que repite como independiente, pero en la lista del PCE, se da por contento con la atenci¨®n, desde la pobreza, que ha dedicado a las pedan¨ªas, donde ha llevado la electricidad, as¨ª como el asfaltado de muchos barrios clandestinos que hab¨ªan crecido alrededor del pueblo.
Cartagena, momentos de 'opereta'
El municipio y gesti¨®n llevada a cabo por los socialistas de Cartagena ponen el tercer contraste en el an¨¢lisis. La obligada alianza con los concejales cantonales (siete puestos), primero, y con los representantes de UCD (ocho), despu¨¦s, am¨¦n de la alianza con los representantes del PCE, ha determinado la actividad municipal, que ha pasado por verdaderos momentos de opereta.
Enrique Escudero, el alcalde que se ha mantenido hasta el final a pesar de las mociones de censura aprobadas por sus oponentes, seg¨²n las circunstancias, se va a casa ahora. El alcalde cartagenero ha llevado a t¨¦rmino, no obstante, asuntos bien singulares, quiz¨¢ empujado por actitudes locales de esas caracter¨ªsticas.
As¨ª, no podr¨¢ llevar a feliz t¨¦rmino una gesti¨®n que puede suponer un cambio radical para la ciudad: la recuperaci¨®n del cuartel o parque de Artiller¨ªa para los civiles. Las negociaciones -primero, secretas- que inici¨® Escudero tienen por objetivo sacar del casco urbano gran parte de las instalaciones militares.
La descentralizaci¨®n de parte de los presupuestos municipales es otro de los puntales de su gesti¨®n. Es la an¨¦cdota que ilustra, al menos, una intenci¨®n. A cada habitante de Cartagena le corresponden 300 pesetas para invertir en peque?as necesidades de sus barrios. Administran las asociaciones de vecinos de un municipio que, como el de Murcia, tiene como principal problema la extensi¨®n de su t¨¦rmino municipal y las numerosas poblaciones que se ve obligado a atender.
Una oficina municipal volante es otra decisi¨®n que ha aliviado de tr¨¢mites burocr¨¢ticos a m¨¢s de un cartagenero que habite a 30 kil¨®metros de la ciudad. Claro que tambi¨¦n se ha ensayado a ser empresarios; al respecto, Escudero decidi¨® invertir, junto con el consejo regional, en la formaci¨®n de una cooperativa de trabajadores para salvar la industria de Hilaturas del Sureste.
El urbanismo no ha sido su fuerte. Al menos no se ha observado coherencia cuando se han sancionado numerosas obras ilegales, miles, que posteriormente reciben el visto bueno. Ejemplo de ello es el camping de caravanas. La especulaci¨®n del suelo ha impedido dotar a Cartagena de una zona de expansi¨®n urban¨ªstica, as¨ª como de un pol¨ªgono industrial.
Mientras tanto, la contaminaci¨®n, que proviene de importantes industrias nacionales que emplean productos altamente t¨®xicos, ha disminuido gracias, en parte, al control estricto de las emisiones por parte de la Corporaci¨®n, que con pocos medios ha jugado la baza de salvar la ciudad de unos niveles de emisi¨®n de sulfurosos que han ocasionado una enfermedad local reconocida m¨¦dicamente como provocadora de asma cr¨®nico, as¨ª como de insuficiencia respiratoria.
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