El mundo subterr¨¢neo del grupo 'punki' Las Vulpes
Se sientan en las banquetas del peque?o bar con la misma displicencia con que lo har¨ªa Lauren Bacall con la sabia derrota de las hero¨ªnas de Chandler o Dashiel Ham met. El fracaso existe desde siempre, pero antes se lo trabajaba uno con los a?os, era una conquista personal. Ahora, en cambio, te lo dan hecho, naces hijo del fracaso de la historia.-Estoy hasta las tetas de periodistas -protesta Mamen desde el ¨²ltimo rinc¨®n de la barra. Hay que buscar siempre los rincones, inventar un cachito de confortabilidad, un cobijo pasajero. Para los rockeros desasosegados, para los punkis itinerantes, el hogar es uno mismo, se lleva encima. El hogar es cualquier rinc¨®n donde uno pueda congregarse con los de tu propia especie.
-Mira, t¨ªa, mi rollo ha estado siempre en la calle -dice Manien-. Hace un a?o anduve con un t¨ªo, y antes con otra gente, y ahora estoy en Vulpes, y he estado entrando y saliendo de casa todo el tiempo. Ser punki es estar en la calle, es una sensaci¨®n muy fuerte, es algo ca?ero, entiendes, hay que vivirlo a tope, sentirlo a tope. Y, sin embargo, sobrevivir.
?C¨®mo se las arreglar¨¢n para tener tan mala cara siendo tan j¨®venes? Con 18, 19, 21 a?os, Vulpes pimpollos y sin embargo p¨¢lidas, ojicansadas, nocturnales. Debe ser el peso de la supervivencia, pero tambi¨¦n influye el maquillaje, los labios de carm¨ªn sangrante, la gomina que les deja crestas de pollo mojado, la ropa negra, y toda la fanfarria sadoca claveteada que se abraza a sus cuellos, a sus tobillos, a las mu?ecas, que se trepa a las solapas o al cintur¨®n. Y esa manera de apalancarse en el mostrador de formica roja, ese gesto de "hoy-ha-estado-mal-pero-ma?ana-seguro-que-es-peor".
-Para m¨ª, el ¨²nico punki de verdad ha sido Johnny Rotten -dice Lupe-. Ser punki de verdad es ser inconformista a tope, antisocial a tope, saber que esto es una mierda y estar comprometido.
-Es que esto es una revoluci¨®n social -se enardece Mamen (casi dir¨ªa se emociona, si no fuera porque en esta cultura urbana, en este nacer de vuelta, las ilusiones est¨¢n proscritas y la regla es el descreimiento)-. Lo ¨²nico que nos falta es pegar cuatro tiros a unos cuantos hijos de puta.
Les gustan las expresiones truculentas. Como Las Vulpes, como Mamen, como Loles, como Bego?a y como Lupe, hay miles y miles de j¨®venes cejialzados y furiosos, adolescentes crecidos del hormig¨®n y el paro. M¨¢s que agresores son transgresores: fosfatinan la norma con su pesimismo, molestan con sus disfraces rotos, y ejercen una violencia que es puramente verbal, una respuesta a la violencia del entorno.
Acaban de entrar unos colegas en el bar, y una reci¨¦n llegada, el pelo como un cepillo, saluda exuberantemente a Las Vulpes.
-Eh, y qu¨¦, ?el rollo va, como dicen los peri¨®dicos? -pregunta.
-El rollo va de que no se van a comer una rosca con la querella -contesta Mamen.
-Y vosotras passando de pagar multa, claro -compinchea la pelocepillo.
-Uf, si todav¨ªa tiene que salir el juicio... -corta Lupe- Y si s . ale, ya ver¨¢s, va a ir mogoll¨®n de gente, vamos a fletar un autob¨²s y nos vamos a presentar all¨ª todos con una camiseta que diga: "Me gusta ser una zorra...". Es que es un rollo demencial.
As¨ª va la cosa, absurda, porque la actuaci¨®n fue el d¨ªa 16 de abril, y no pas¨® nada, no hubo una sola protesta ni una sola carta en un peri¨®dico. Hasta que el Abc sac¨® el editorial, 10 d¨ªas despu¨¦s. Y ahora todos dicen haber visto el programa y no lo ha visto nadie, total, si a esa hora s¨®lo hab¨ªa un 3% de audiencia.
-Si se hubiera visto, si la letra hubiera molestado de verdad, en esos 10 d¨ªas habr¨ªa protestado alguien.
El esc¨¢ndalo de Ans¨®n
Pero qu¨¦ va, hasta que no sali¨® el Abc trompeteando nadie hab¨ªa abierto el pico. Y cuando lo abrieron se equivocaron, dec¨ªan que el programa se hab¨ªa emitido el 23 de abril, y fue una semana antes, para que te f¨ªes de ellos. O sea, que mucho esc¨¢ndalo, s¨ª, pero el esc¨¢ndalo lo han montado los peri¨®dicos, que si hay que procesar a alguien es a Ans¨®n, que es quien ha mon tado la bronca, quien ha metido el estremecimiento en los esp¨ªritus biempensa¨²tes. "Pero si est¨¢ clar¨ªsimo, est¨¢ clar¨ªsimo que es una campa?a pol¨ªtica".
-Oye, t¨², que nos bajamos esta noche a Madrid, que nos vamos a grabar un disco...
-?Qu¨¦? ?Que vais a grabar? -se mosquea la pelocepillo-. Esta t¨ªa es una julai, pues no se va a grabar y no me dice nada...
-Que no lo he sabido hasta hoy, que me he enterado ahora mismo...
Ya pensaban antes bajar a grabar una maqueta del Me gusta ser una zorra, pero ¨¦l foll¨®n ha metido m¨¢s prisas a la cosa. Porque desde que estall¨® la bomba, el de la casa de discos (un sello independiente) no hace m¨¢s que decir que hay que sacar el single a la calle. Desde que estall¨® la bomba ha sido el no parar, un par de casas discogr¨¢ficas han querido contratarlas y todo el d¨ªa est¨¢n dando la tabarra los periodistas.
-Estoy de la Prensa hasta las tetas -insiste Mamen- Yo, otro mosqueo como el del viernes no lo paso. Nos hicieron tantas entrevistas que yo ya ten¨ªa ganas de llorar. Yo no he montado el esc¨¢ndalo, no tengo nada que decir, que me dejen tranquila, yo soy una persona muy tranquila y s¨®lo quiero que me dejen en paz.
Se queja y se queja Mamen, trepada a su taburete, esp¨ªdica total, sus rodillas hechas una pura trepidaci¨®n aut¨®noma. Y venga a trasegar caf¨¦s, uno tras otro. Los punkis, los rockeros, los hijos del cemento y de la calle quieren estar tranquilos, s¨ª, sobre todo tranquilos, pero ese es un objetivo de dif¨ªcil conquista. Bego?a tuerce el gesto, agobiada y suspicaz. Lleva una cabellera galvanizada, toda tiesa, azabache en las ra¨ªces y amarillo. ma¨ªz en las puntas. Su padre trabaja en un banco y ella vive con su novio.
-Yo mont¨¦ Vulpes hace tres a?os -dice Loles- Pero las t¨ªas entraban y sal¨ªan, la composici¨®n del grupo cambiaba mucho. Ha sido ahora, hace siete meses, cuando hemos empezado en serio. Ensayamos todos los d¨ªas, intentamos aprender bien los instrumentos. Hemos empezado a actuar hace dos meses, por ahora con equipo alquilado, pero queremos comprarnos un equipo propio pronto.
Loles tiene 18 a?os, y es, junto con su hermana Lupe, la compositora de la mayor¨ªa de las canciones del grupo, que, en realidad, son s¨®lo 13. Un repertorio corto de grupo joven. Son canciones contra la Iglesia, contra los pol¨ªticos, contra la Inquisici¨®n, contra todo. Loles compuso Me gusta ser una zorra cuando ten¨ªa 15 a?os. Ya por entonces estaba harta de ir por la calle y que la gente se metiera con ella; es eso de caminar a tu aire y que los t¨ªos se acerquen y te digan "zorra, puta" y dem¨¢s bramidos susurrantes. Y todo porque eres t¨ªa y porque vas vestida de un modo distinto. As¨ª es que escribieron la letra pensando en eso, o sea, si t¨² me dices que soy una zorra s¨®lo porque soy distinta a ti, porque no quieres comprenderme, entonces yo gritar¨¦ que me gusta ser una zorra.
-Es una canci¨®n ir¨®nica total -remata Lupe.
?Y el final? Bueno, el final ese del pico en la polla de Lou Reed pensaron en quitarlo, porque no pega con el resto. Fue una broma, una tonter¨ªa. Por entonces hab¨ªa venido Reed a Madrid y Lupe tuvo que pint¨¢rselas de todos los colores para poder reunir dinero para verle: se tuvo que desplazar haciendo dedo, en fin, una movida. Y luego el Lou Reed cogi¨® y cant¨® s¨®lo siete canciones, el muy guarro, y encima el t¨ªo hab¨ªa dicho en una ocasi¨®n que a Johnny Rotten hab¨ªa que meterle un pico en la polla, a Johnny Rotten, nada menos, a quien tanto admira Lupe. As¨ª es que ella se calent¨® y terminaron la canci¨®n con esa estrofa, "quiero meter un pico en la polla a un cerdo carroza llamado Lou Reed", por chorizo. Una tonter¨ªa, vamos.
Es la hora del almuerzo y en la casa de Loles y Lupe est¨¢ la mitad de la familia, porque son nueve hermanos, los tres mayores casados, pero todos los dem¨¢s viviendo con los padres. Es un barrio obrero, de modestos pisos sindicales, un cuarto piso sin ascensor, con escalera estrecha y el muro del descansillo erizado de cemento sucio. Loles y Lupe querr¨ªan independizarse, poseer su propio piso, pero no pueden hacerlo, por falta de dinero. Como Mamen. Mamen es tambi¨¦n hija de un obrero, y, a sus 19 ajetreados a?os, ha estado entrando y saliendo de la casa de sus padres, con los que, adem¨¢s, no se lleva nada bien. "Pero lo m¨¢s que he vivido fuera de casa son seis meses, porque luego est¨¢ la cosa de la pasta, y tienes que vol ver. Ahora vivo con ellos,, en B ara caldo, y no me dan ni una pela, cla ro, pero me dan el papeo, que ya es suficiente". Hace a?os, cuando Mamen se tifi¨® el pelo de color na ranja furioso, su padre, que nunca la hab¨ªa pegado, la agarr¨® por el cuello y le meti¨® la cabeza debajo del grifo:
-Si no te quitas ese pelo te vas de casa -dijo.
Y Mamen agarr¨® el petate y se larg¨® a San Sebasti¨¢n. "Me ligaron, claro, me detuvieron porque era menor, pero si no, lo mismo no vuelvo m¨¢s".
Lupe y Loles, en cambio, lo tie nen f¨¢cil con su familia. Su padre, Bernardo, es un t¨ªo legal, que se esfuerza en respetar y en entender Es un sindicalista de toda la vida, antes de USO, ahora de UGT. Y la madre, Yelena, pertenece a la Asamblea de Mujeres de Vizcaya: "Toda la vida me la he pasado luchando". Los nueve hermanos han salido mel¨®manos, y la primera guitarra el¨¦ctrica que entr¨® en la casa la compr¨® el padre, all¨¢ por 1964, como regalo para el hijo mayor, que entonces formaba parte de un conjunto llamado Los j¨®venes rebeldes. La familia de Loles y Lupe es una pi?a unida, estable, bien engrasada. "Hay que apoyar a los j¨®venes, no hay que aminconarlos", dice la madre, que es a¨²n joven, marchos¨ªsima.
-Cuando la manifestaci¨®n por la legalizaci¨®n del porro -cuenta Loles-, mi madre baj¨® y se fum¨¦ un porro delante de los guardias. Y luego, cuando subi¨® a casa, dec¨ªa que quit¨¢ramos la ropa tendida, que se iba a mojar, y no estaba lloviendo...
-Es que era la primera vez que fumaba en mi vida -explica Yelena- Pero lo hice para protestar...
Registros policiales
Para seguir comprendiendo a los hijos, para comprometerse tambi¨¦n con su lucha. Lupe y Loles y los dem¨¢s hermanos conocen los registros policiales a media noche, cuando les levantaban a todos de la cama y les miraban hasta las carteras escolares, cuando su padre estaba en la clandestinidad contra el franquismo, cuando le. metieron en la c¨¢rcel por organizar huelgas. Y luego, los encierros. La madre llegaba a casa y dec¨ªa, "esta noche no vendr¨¦ a dormir. :porque nos vamos a encerrar en una iglesia".
-M¨¢s de una vez he dormido yo en un confesonario, de peque?a, acompa?ando a mi madre a un encierro -dice Loles.
De chicas, eran las hijas de un rojo, "te miraban como si fueras hija de un ladr¨®n". Las madres de sus compa?eras de la escuela prohib¨ªan a sus hijas que hablaran con ellas, y muchas chicas las insultaban, de modo que hab¨ªa que pegarse. Lupe, que es la bater¨ªa del grupo y est¨¢ cachas, ganaba siempre a todas "menos a una". Adem¨¢s, est¨¢ el hecho de vivir en Bilbao, el hecho de vivir en el Pa¨ªs Vasco, que es muy fuerte. Todo el d¨ªa soportando cacheos de la polic¨ªa, cacheos porque s¨ª, por la simple pinta, sobre todo antes. "La ¨²l
tima vez que me detuvieron", dice Lupe "fue porque nos pasamos un sem¨¢foro en rojo con el coche, y los polic¨ªas nos vacilaron bien, nos pusieron la zancadilla y luego nos obligaron a pedirles disculpas por haberles pisado...".
Loles saca un expediente de fotocopias sobre el esc¨¢ndalo, y relee un art¨ªculo de Jaime Capmany sobre ellas: "Eso, ?le viene de familia?", dice el art¨ªculo, "?se trata de una vocaci¨®n heredada, furcia la madre, furcia la hija, furcia la manta que las cobija?", y se indigna, y todos se duelen, porque, comentan, eso de insultar a la madre, eso de meterse con la familia, no est¨¢ nada bien. Y es que la familia es intocable, es una instituci¨®n entra?ada para Loles y Lupe. "Yo", dice Bernardo, el padre, barbudo y afable, "creo que podr¨ªamos querellarnos contra ese art¨ªculo, pero no tengo dinero para abogados, porque, ya ves, los hijos est¨¢n en el paro y s¨®lo vivimos de mi sueldo, y aunque no soy de los que dicen que los obreros cobran sueldos de miseria, porque eso es mentira, ser¨ªa demagogia, pues de todas maneras somos siete personas, y eso no da para mucho". Bernardo apoya y comprende a sus hijas "aunque a mi edad, claro, pues me choca lo que dicen, pero es que hay que entender por qu¨¦ lo dicen".
-Adem¨¢s -a?ade-, tanto esc¨¢ndalo por eso, por una canci¨®n que refleja la realidad. Y, mientras tanto, ah¨ª anda el caso Almir¨®n, por ejemplo, el guardaespaldas de Fraga, y los jueces no dicen ni hacen nada.
Tiene Bernardo ese estricto y puritano sentido ¨¦tico de los viejos sindicalistas: "Yo ya les he dicho que no nieguen jam¨¢s que han compuesto la letra, porque todos debemos hacernos responsables de nuestros actos. Pero si las llevan a la c¨¢rcel tendr¨¢n que llevarnos a todos, porque todos vamos a decir que hemos compuesto la canci¨®n, toda la familia".
Suena el tel¨¦fono.
Descuelga Lupe: es una periodista de Barcelona. Loles, mientras tanto, se apuntala el pelo con gomina, antes de salir a la calle. "Todo est¨¢ muy corrompido", comenta Loles, "todo est¨¢ podrido, yo me veo aqu¨ª, metida en esta mierda, y veo que por mucho que yo haga no voy a poder cambiar el mundo, lo s¨¦, as¨ª es que lo ¨²nico que intento es vivir a mi manera, si me dejan, vivir lo mejor posible, divertirme. Ya no hay futuro para nadie, esto va de mal en peor. Acabaremos en una guerra, con una bomba. Y esto es lo que no entienden nuestros padres. Ellos han estado luchando toda la vida, han estado metidos toda la vida en la pol¨ªtica, y ?qu¨¦ han conseguido? Yo creo que no han conseguido nada, no han solucionado nada".
(Lupe, al tel¨¦fono, respondiendo a la periodista: "Dej¨¦ de estudiar en primero de BUP ... ?C¨®mo? Joder, ya he estudiado bastante, o sea, no quiero ser ministro... Y mi hermana Loles ha hecho el bachillerato superior y ahora est¨¢ estudiando Relaciones P¨²blicas, y Mamen tambi¨¦n ha terminado el bachillerato y ha hecho un a?o en Bellas Artes... O sea, que no somos unas incultas...".)
Loles y Lupe votaron en las ¨²ltimas elecciones, por primera y quiz¨¢ ¨²ltima vez. Votaron al PSOE, porque no quer¨ªan que ganara la derecha. Mamen y Bego?a no, no votaron; piensan que eso no conduce a nada. Pero se consideran de izquierdas, "ideol¨®gicamente de izquierdas, no pol¨ªticamente, porque la pol¨ªtica es una mierda". Aunque siempre sea menos malo un Felipe que un Fraga. A ella, a los punkis, adem¨¢s, les llueven palos desde las derechas y desde las izquierdas. Hace unos meses, unos abertzales les pegaron en un bar, a ellas y al resto de la basca, porque pensaron que eran fachas, s¨®lo porquelban vestidos as¨ª, estrafalarios, con claveteados y cruces gamadas, "cuando los s¨ªmbolos nazis los, llevamos para matar el s¨ªmbolo, precisamente, por provocaci¨®n; no somos nazis sino todo lo contrario".
-A m¨ª me gusta la gente que lucha por sus ideas, pero no soporto a la gente que tiene comido el coco, a los fan¨¢ticos de derechas o de izquierdas, ¨¦sos son iguales, la misma mierda -dice Mamen.
Tambi¨¦n hay gente que va de punki y que se lo montan fatal: "Muchos se creen que ser punki es ponerse cadenas e ir rompiendo botellas, y no es eso, la violencia del punki es contra s¨ª mismo, pero el ir dando botellazos por ah¨ª y joliviando a la gente es una macarrada y un mal rollo", dice Loles. "Hay unos cuantos que se lo montan muy mal, y luego lo que pasa es que la gente se cree que todos somos iguales, como el otro d¨ªa, en O?ate, en un concierto que todos ¨¦ramos grupos punkis". Y Loles se acaricia la clav¨ªcula, que la tiene descuajaringada porque le atinaron un botellazo en pleno hueso, "fue un rollo muy malo, y eso que nosotras fuimos las que salimos mejor libradas, porque un t¨ªo de otro grupo sali¨® con un navajazo en la tripa, eso no es punk ni es ser nada, eso es ser un macarra, un rollo mal¨ªsimo".
(Lupe, respondiendo a la entrevista por tel¨¦fono: "La vida es una mierda y - quien diga lo contrario debe ser hijo de un multimillonario. Los j¨®venes sin trabajo, los padres en el paro... Hay mogollones as¨ª. Nuestras letras hablan de toda esta vida, no son letras de punki divertido, sino comprometidas, com-pro-me-ti-das...".)
Buscarse la vida
Y as¨ª andan, intentando buscarse la vida, cosa dif¨ªcil. Como mucho, trabajos eventuales: telefonista, vendedora en una tienda, repartidora de folletos en los parabrisas de los coches. Pero se sobrevive.
-Todo es un asco, y por eso yo me junto con mi gente y hago m¨²sica, que es lo m¨¢s divertido, y ni me caso, ni tengo hijos; a tomar por culo todo -dice Mamen.
-Yo, s¨ª. Yo quiero tener hijos -contesta Loles-. Para que sea como yo, porque mi hijo ser¨¢ aut¨¦ntico, ser¨¢ un rockero.
-Pues yo, no.
Insiste Mamen, la pierna hecha un zumbido trepidante, refugiada en su rinc¨®n del bar, con los suyos, con su grupo de n¨¢ufragos del asfalto, desbordando lutos. Tranquilidad, tranquilidad para vivir, es lo que quieren, es lo dificil. Tranquilidad para reunirse en la disco y recontarse, para reconocerse en el reflejo de las chapas y saber que no se est¨¢ solo, para pasear, y o¨ªr m¨²sica o hacerla, y escribir, y leer. Porque Lupe escribe todo el d¨ªa, cartas personales o su diario. Porque Loles devora los libros, de P¨¦rez Gald¨®s a Bukowski, Bukowski sobre todo. Porque Mamen se qued¨® colgada a los 15 a?os de Lovecraft y ahora est¨¢ entusiasmada con Apollinaire y sus 11.000 vergas: "Eso es lo que ahora me gusta, los libros con morbo".
-Mira, vivo como vivo porque es una forma de pensar, es una ideolog¨ªa antitodo, es comprometerse con las cosas, es darlo todo por todo -dice Mamen.
Se les nota la juventud en su manera de hablar de el todo, como si la totalidad fuera posible. Se les nota la juventud en lo apasionadamente que se entregan a la derrota, en la colosal inocencia de su malignidad. En estos tiempos, la desolaci¨®n es la ¨²nica heroicidad posible. Y ellas (ellos, estos miles de punkis, esta marea de encaje negro) todav¨ªa creen que existen antili¨¦roes.
Babelia
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