El conflicto de la banca: razones y sinrazones
La patronal bancaria ha abordado la revisi¨®n de este convenio con la concepci¨®n premeditada de resolver en ¨¦l varios objetivos, cuya consecuci¨®n exig¨ªa infringir una derrota a los sindicatos del sector, imponiendo toda una serie de aspectos lesivos a los trabajadores bancarios. Para ello ha seguido toda una estrategia encaminada al desgaste sindical, a la espera de obtener poca o ninguna resistencia.Coherente con las posiciones p¨²blicas que mantuvo durante la negociaci¨®n del Acuerdo Interconfederal, para situar la banda sala rial en un list¨®n m¨¢s bajo del final mente pactado, y, m¨¢s recientemente, con las declaraciones he chas por el se?or Termes demandando un plan de estabilizaci¨®n para el pa¨ªs, resuelve exigir un sacrificio salarial a los bancarios, lesionando su poder adquisitivo. De esta manera, AEB demostrar¨ªa en la pr¨¢ctica las tesis que mantiene en el seno de la CEOE y qui¨¦n sabe si, llegando m¨¢s lejos romper¨ªa la actual din¨¢mica de concertaci¨®n social.
De otra parte, minando la resistencia que pudiera darse, intenta r¨ªa introducir elementos vitales para los banqueros, dentro de su concepci¨®n de la reconversi¨®n del sector: movilidad geogr¨¢fica y fun cional, adem¨¢s de la jornada partida. El llevarlo a cabo en esta revisi¨®n del convenio, o en el siguiente, depender¨ªa de la capacidad de resistencia, que intu¨ªan ser¨ªa poca
Bas¨¢ndose, por tanto, en razonamientos t¨¦cnicos, no demostrados por indemostrables, hicieron una oferta salarial del 9,5%, e, incumpliendo su propio compromi so, nada ofertaron en materia de jornada y reclasificaci¨®n de categor¨ªas, sosteniendo esta posici¨®n por espacio de m¨¢s de mes y medio.
Los beneficios de la banca
La crisis, que tambi¨¦n ha incidido en el negocio bancario, no ha detenido, sin embargo, los beneficios de la banca, que a?o tras a?o sigue batiendo sus propias marcas, a pesar de las crecientes pro visiones para morosos, dificultades para elevar los tipos de inter¨¦s del activo o reducir los del pasivo, etc¨¦tera. No en vano un reciente informe de una multinacional americana situaba ala banca es pa?ola en el segundo lugar del ranking mundial en cuanto a rentabilidad sobre los activos.Ampararse, como ha hecho la AEB, en la crisis de una serie de bancos del sector, generalmente por mala gesti¨®n, no deja de ser sorprendente. M¨¢xime cuando to dos ellos han sido reflotados con fondos p¨²blicos mayor¨ªtariamente, para pasar despu¨¦s y a un coste irrisorio a engrosar los grandes grupos bancarios del pa¨ªs. O cuando no, el Banco de Espa?a ha apoyado econ¨®micamente una fusi¨®n para salvar de la crisis a uno de los bancos fusionados (V¨¦ase el caso Hispano-Urquijo).
Siendo estos ¨²ltimos algunos de los datos fundamentales, que confieren poca consistencia a su posici¨®n, no son los ¨²nicos. Los banqueros se han equivocado en esta ocasi¨®n. Han provocado una de las reacciones m¨¢s grandes de la historia del movin¨²ento obrero del sector. No se puede destapar la caja de los truenos y esperar que luego ni siquiera llueva.
A pesar de que el sindicalismo en el sector tiene todav¨ªa poca implantaci¨®n, s¨ª tiene, por el contrario, gran influencia, habi¨¦ndose conseguido, a trav¨¦s de un amplio proceso de participaci¨®n, que los bancarios hayan tomado debida conciencia de la situaci¨®n y sus repercusiones.
Se ha emprendido as¨ª una lucha, bastante impopular para el exterior por el car¨¢cter de servicio p¨²blico de la banca y por el arraigo que tienen todav¨ªa ciertos t¨®picos entre la gente. T¨®picos que han llevado al propio Felipe Gonz¨¢lez a ciertas declaraciones, despu¨¦s matizadas, de contenido desafortunado. Ni la jornada de los trabajadores del sector, que. es de 42 horas semanales, ni el sueldo de la categoria media de la banca, que son 56.000 pesetas por 15,75 pagas, justifican esas creencias.
La lucha ha sido tremendamente desigual, no s¨®lo por librarse contra la patronal m¨¢s fuerte del pa¨ªs; tambi¨¦n por ser la que cuenta con unas condiciones m¨¢s favorables probablemente. La huelga en la banca, ¨²ltimo recurso que han utilizado los trabajadores, no paraliza la producci¨®n de ningun bien tangible, como en otros sectores laborales. Pero, adem¨¢s, los banqueros utilizan abundantes m¨¦todos coactivos para impedir que los trabajadores la secunden. No conformes con ello, utilizan medios inconstitucionales, como la imposici¨®n unilateral de. servicios m¨ªnimos. Y tambi¨¦n reciben ayudas externas: los colegios notariales les declaran inh¨¢biles a efectos de protesto los d¨ªas de huelga, la Tesorer¨ªa General de la Seguridad Social les prorroga el plazo para efectuar las liquidaciones de los seguros sociales, etc¨¦tera.
Todos estos aspectos, junto con las provocaciones, han creado un clima de tensi¨®n que ha derivado a veces en situaciones no deseables, que tambi¨¦n han sabido aprovechar, magnific¨¢ndolas para desprestigiar a los bancarios.
La mediaci¨®n
Los trabajadores, a pesar de todo ello, han continuado adelante en una batalla cuyo coste econ¨®mico ya pod¨ªa suponerles econ¨®micamente m¨¢s de lo que estaba en juego. Y ello se ha debido a dos razones fundamentalmente: la dignidad y el valor de las restantes reivindicaciones, sobre todo la reducci¨®n de jornada a 40 horas, que queremos aplicar en los s¨¢bados del verano. Y tambi¨¦n en rechazo de las pretensiones patronales, que supondrian no pocos sacrificios a los trabajadores.De todo ello se desprende el valor que tiene y el rearme moral que ha supuesto el avance conseguido, que ha conllevado la desconvocatoria de la huelga. Avance que contiene, adem¨¢s, una salvaguardia anteriormente inaceptada por la patronal: la mediaci¨®n.
No obstante, los bancarios permanecen expectantes ante la nueva situaci¨®n. La revisi¨®n de este convenio no est¨¢ ultimada y van a seguir pujando por un buen resultado. De que contin¨²e adelante y hasta el final el amplio proceso de participaci¨®n conseguido depender¨¢n sus resultados. Para ello, un mecanismo de consulta, antes de cualquier firma, ser¨¢ el correcto remate de una experiencia sindical de considerable valor.
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