El v¨ªa crucis bancario de pensionistas y comerciantes
Las grandes empresas esquivaron la huelga con un servicio a domicilio
Veinte millones de ciudadanos, en mayor o menor medida, se vieron afectados por la semiparalizaci¨®n de la banca privada, desde el 29 de abril al 5 de mayo, como consecuencia de la huelga protagonizada por los trabajadores del sector. El anuncio de la huelga con antelaci¨®n a su inicio, el adelanto en el pago de n¨®minas en la mayor parte de las empresas y la declaraci¨®n de los d¨ªas de conflicto como fechas inh¨¢biles para la negociaci¨®n de letras aminoraron los efectos del cierre bancario para la mayor parte de la clientela y evitaron incalculables perjuicios de ¨ªndole econ¨®mica y de amplia proyecci¨®n social. No obstante, amplios colectivos de la sociedad, fundamentalmente pensionistas y peque?os comerciantes, han padecido serios trastornos en sus econom¨ªas, que en alg¨²n caso les han llevado a situaciones individuales no exentas de dramatismo.
El dos de mayo, como cualquier otro primer d¨ªa h¨¢bil de mes, cientos de miles de ancianos y jubilados acudieron a las distintas sucursales bancarias de barrio para cobrar sus pensiones. Minutos antes de la apertura de las oficinas, al tiempo o incluso antes que los piquetes, decenas de ancianos, en disciplinadas colas, custodiaban unas puertas que en muchos casos no llegaron a abrirse.Las precarias condiciones econ¨®micas de muchas de estas personas, que apenas pueden llegar a final de mes con pensiones de 14.000 o 15.000 pesetas, la falta de informaci¨®n que caracteriza este colectivo, y los lazos de amistad y de relaci¨®n social que establecen entre ellos (son muchos los que han convertido en cita social esta comparecencia mensual ante las ventanillas de las oficinas de cr¨¦dito), explican su presencia en las oficinas bancarias desafiando consciente o inconscientemente posibles incidentes con los huelguistas.
En muchos casos estos ancianos pudieron pasar, ante la ausencia de piquetes o la vista gorda de sus componentes, a las ventanillas y cobraron sus pensiones sin mayores problemas. En alg¨²n caso, sin embargo, se produjeron enfrentamientos verbales de gran violencia entre algunas de estas personas y los huelguistas. En una sucursal bancaria de la zona madrile?a de Ventas, la llegada de un piquete provoc¨® el cierre de la oficina, encontr¨¢ndose varios clientes en el interior, y uno de ellos -un anciano- padeci¨® una grave crisis nerviosa, que oblig¨® al director de la oficina a evacuarlo casi clandestinamente, por una puerta trasera, ante el temor de que su histeria tuviera consecuencias graves para su salud.
Da?os al peque?o comercio
Muchos ancianos, por otra parte, han tenido que recurrir a familiares o vecinos para que les prestasen dinero hasta que la normalidad volviera a los bancos y pudiesen cobrar sus pensiones.El peque?o comercio tambi¨¦n se ha visto afectado por el conflicto. En una sucursal bancaria de la calle de Fuencarral, de Madrid, los peque?os comerciantes de la zona ingresan diariamente la recaudaci¨®n, en unas bolsas al efecto, en el cajero autom¨¢tico de la entidad, tras el cierre de sus establecimientos. En los d¨ªas de huelga, seg¨²n el director de esta oficina, los ingresos realizados por este procedimiento han sido la mitad de los habituales. Las ventas de estos establecimientos comerciales se han reducido sensiblemente estos d¨ªas de huelga bancaria.
En otras oficinas de otros barrios, por ejemplo en Ventas, no ha funcionado el citado cajero autom¨¢tico, lo que ha provocado problemas de tesorer¨ªa en distintos establecimientos, como tiendas de electrodom¨¦sticos, bingos y almacenes de alimentaci¨®n. Algunas de estas entidades han incumplido los l¨ªmites de dinero depositado que les exigen las compa?¨ªas de seguros.
Las transferencias bancarias han funcionado, en muchos casos, gracias a los medios t¨¦cnicos de teleproceso de que hoy disponen la mayor¨ªa de las entidades, aunque en algunos casos tambi¨¦n aqu¨ª se han producido trastornos a los usuarios. La mayor liberalidad de las sucursales para autorizar y tramitar estas y otras operaciones peque?as habituales, siguiendo las directrices que hab¨ªan dado los siete grandes bancos a sus oficinas, contribuy¨® a paliar estos perjuicios, "aunque en alg¨²n caso nos va a costar dinero este menor rigor", seg¨²n un alto responsable de una de las mayores entidades de cr¨¦dito.
Peque?os trastornos han sufrido tambi¨¦n algunos clientes que ten¨ªan depositadas acciones en sucursales bancarias y que no han podido ver tramitadas sus ¨®rdenes de compra y venta en el mercado bols¨ªstico. Algunas firmas han tenido, asimismo, que afrontar determinados pagos sin poder disponer por la huelga de abonos previstos para saldar esos compromisos
Servicio domiciliario
Las grandes empresas pr¨¢cticamente no han sufrido las consecuencias de la huelga, ya que han adelantado el pago de sus n¨®minas y han previsto con tiempo, en los d¨ªas previos al cierre de la banca, sus operaciones. Cuando ¨¦stas resultaron imposibles de adelantar o aplazar, los bancos han facilitado a estos grandes clientes un improvisado servicio a domicilio que les ha permitido sortear piquetes y operar con entera normalidad.Las mayores consecuencias econ¨®micas de la huelga se hubieran derivado del ingente movimiento de letras y efectos comerciales, pero la inactividad de las c¨¢maras de compensaci¨®n y la declaraci¨®n como fechas inh¨¢biles de los d¨ªas de paro han reducido al m¨ªnimo este problema. No obstante, el ciudadano medio que deb¨ªa afrontar la letra de un autom¨®vil o de unos grandes almacenes, y que fue requerido por las firmas vendedoras a que cumpliera su compromiso, pas¨® momentos de tensi¨®n al desconocer que hab¨ªan sido declarados inh¨¢biles dichos d¨ªas. Varios miles de millones en letras que no se han descontado, han permanecido sin producir intereses en oficinas bancarias. No obstante, estas entidades tambi¨¦n se han visto favorecidas por determinados dep¨®sitos que han permanecido m¨¢s tiempo del que hubiera sido habitual en sus oficinas.
Disminuci¨®n de las operaciones
En cuanto al nivel de actividad de las oficinas bancarias durante la huelga, varias sucursales consultadas han manifestado que sus movimientos cayeron de un 60% a un 80% sobre sus cifras habituales en fechas similares de mes, y de un 50% a un 40% en su volumen global de operaciones (la diferencia se explica en que los grandes clientes, que son los que mayor dinero mueven, no se han visto pr¨¢cticamente afectados).Los perjuicios del cierre de la banca, seg¨²n un alto directivo de una de las entidades mayores del pa¨ªs, han sido m¨¢s de car¨¢cter social que econ¨®mico. "Aunque se ha producido un retraso en el flujo de pagos y cobros que todav¨ªa no se ha valorado". Las cajas de ahorro se han beneficiado en peque?a medida de la inactividad de la banca, en cuanto que han recibido operaciones suplementarias, pero tambi¨¦n se han visto perjudicadas dado que muchas de las transacciones las realizan con la banca.
A los responsables de la gran banca, m¨¢s all¨¢ de los perjuicios econ¨®micos, les preocupa el posible deterioro de imagen ante el usuario de sus servicios como consecuencia de esta semana de conflicto laboral y semiparalizaci¨®n.
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