Otto Morales: "La amnist¨ªa y la reforma en Colombia permiten cambiar la lucha armada en lucha democr¨¢tica"
Otto Morales es un abogado bogotano, liberal de toda la vida, al que un presidente conservador ha encomendado que presida la Comisi¨®n de Paz. La militancia en distintos partidos no ha impedido a este hombre, famoso por sus carcajadas apocal¨ªpticas, compartir sin ninguna reserva los planes de Belisario Betancur para pacificar Colombia. Su misi¨®n le lleva lo mismo a entrevistarse con los l¨ªderes de la guerrilla que a estudiar planes de rehabilitaci¨®n para las zonas de combate.
Pregunta. ?Cu¨¢l es, en realidad, el cometido de esta misi¨®n?Respuesta. A nosotros se nos encarg¨® establecer contacto con las fuerzas combatientes. El di¨¢logo estaba roto desde hace tiempo, y por medio de esta gesti¨®n directa se trataba de lograr que la ley de amnist¨ªa tuviera una aplicaci¨®n inmediata.
P. Tengo entendido que la comisi¨®n carece de facultades negociadoras.
R. Es cierto.
P. ?Qu¨¦ sentido tiene entonces este di¨¢logo con la guerrilla?
R. Ha habido mucha confusi¨®n sobre la forma en que se aplica la amnist¨ªa. En nuestras conversaciones con las fuerzas combatientes estamos aclarando los puntos oscuros. Por ejemplo, hay quien piensa que para acogerse a la ley es necesario presentarse a alguna autoridad, y eso es falso. La amnist¨ªa tiene car¨¢cter universal e inmediato. Esto mismo impide saber con exactitud a cu¨¢ntos ha beneficiado, porque s¨®lo unos pocos, que necesitaban los documentos de identidad o cosas as¨ª, se han presentado. Pero otros muchos pueden estar ya haciendo una vida normal, y todos los presos del M-19 han salido a la calle.
P. La ley de amnist¨ªa tuvo una novedad importante sobre otras del pasado, y es que no se limit¨® a un perd¨®n jur¨ªdico, sino que puso en marcha mecanismos paralelos para desarrollar las zonas m¨¢s deprimidas del pa¨ªs y para facilitar la reinserci¨®n social de los guerrilleros.
R. ?se es uno de los temas que estamos discutiendo ahora con los combatientes: en qu¨¦ condiciones se van a incorporar a la vida civil. Se est¨¢n buscando tierras para quienes deseen quedarse en el campo. Se han habilitado cr¨¦ditos rurales a bajo inter¨¦s. A otros ser¨¢ necesario buscarles un espacio en la Universidad. En este caso, nuestra misi¨®n consiste en conocer y presentar las necesidades. Para implantar las soluciones han sido nombrados tres altos comisionados: el general Gerardo Ayerbe, el doctor Alfredo Carvajal y monse?or Serna, obispo del Caqueta, que act¨²an en coordinaci¨®n con los distintos ministerios. Se ha elaborado ya un inventario de necesidades para 128 municipios. Las necesidades globales del plan se estiman en unos 100.000 millonos de pesos (cerca de 200.000 millones de pesetas), que se financiar¨¢n con cr¨¦ditos externos y aportaciones de los propios vecinos.
P. Pero todo este plan no ha impedido, al menos hasta ahora, que siga habiendo secuestros y muertes violentas.
R. Hay mucha confusi¨®n en las informaciones. De pronto, en Colombia no hay delitos comunes y todo lo que pasa se le asigna a alguna sigla, aunque no haya ninguna base firme.
P. Hace unos d¨ªas, la Prensa publicaba una relaci¨®n de m¨¢s de 50 personas que, seg¨²n el Ministerio de Justicia, estaban secuestradas La mitad, en poder de bandas de traficantes de drogas, y la otra mitad, en el de grupos guerrilleros.
R. Yo no podr¨ªa hacer una discriminaci¨®n de ese tipo, a pesar de estar en contacto con esa gente. Lo ¨²nico que puedo decirle es que las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC) hicieron una declaraci¨®n p¨²blica en la que renunciaban a la extorsi¨®n y al secuestro, invitando a sus grupos a liberar a las personas que tuvieran secuestradas. ?sa es una declaraci¨®n que el pa¨ªs esperaba desde hace 30 a?os. La respuesta de los peri¨®dicos hizo p¨²blica una lista de personas que supuestamente estar¨ªan en poder de las FARC. S¨®lo que al final dec¨ªan que muchos de ellos ya estaban en libertad. Pero la mayor¨ªa no ley¨® ose p¨¢rrafo, y su conclusi¨®n fue que la amnist¨ªa hab¨ªa fracasado, que esto no tiene arreglo. Lo que han dicho las FARC es que no volver¨¢n a secuestrar, y eso es lo importante.
P. Pero el M-19 no ha seguido este camino.
R. Es verdad que no ha hecho una declaraci¨®n en este sentido, pero gente que ha estado con ellos recientemente, y que merece toda mi confianza, me asegura que no tiene un solo secuestrado. (S¨®lo dos d¨ªas despu¨¦s de esta entrevista, el M-19 anunciaba p¨²blicamente su vuelta a la lucha armada, rechazando la amnist¨ªa. La declaraci¨®n estaba firmada, entre otros, por ?lvaro Fayad y Carlos Toledo Plata, dos dirigentes que salieron de la c¨¢rcel en virtud de la ley de amnist¨ªa, promulgada el 19 de noviembre.)
P. ?Cu¨¢l ha sido la actitud del Ej¨¦rcito en este tema?
R. Ha sido una actitud positiva. El general Landaz¨¢bal, como ministro de Defensa, intervino en los debates legislativos para defender la iniciativa. Toda la colaboraci¨®n que he pedido para la Comisi¨®n de Paz me ha sido concedida sin regateos.
P. La guerrilla ha exigido que se pusiera t¨¦rmino a la ocupaci¨®n militar de las zonas conflictivas, a lo que el Ej¨¦rcito se ha negado.
R. Antes de que estableci¨¦ramos nuestro primer contacto dijeron, efectivamente, que no aceptar¨ªan la amnist¨ªa mientras el Ej¨¦rcito no se retirase. Yo les expliqu¨¦ que sobre esa base no se pod¨ªa avanzar. No se puede pedir a un ej¨¦rcito que abandone una zona del pa¨ªs. Lo importante ahora es que no se dispare. Ni de un lado ni de otro. Creo que han ido entendiendo esta posici¨®n, y en conversaciones posteriores ya no han vuelto a plantear el tema en los t¨¦rminos iniciales.
P. Junto con la amnist¨ªa, Betancur ha anunciado una reforma pol¨ªtica que ha sido una de las reivindicaciones permanentes del M-19, por citar un ejemplo. ?Qu¨¦ acogida ha tenido este proyecto?
R. Es lo que m¨¢s ha contribuido al proceso de entendimiento. Que por primera vez se plantee una financiaci¨®n estatal de los partidos y un control riguroso de las aportaciones privadas para impedir que unos grupos econ¨®micos controlen la vida pol¨ªtica colombiana es lo que m¨¢s les ha interesado. Muchos de ellos son conscientes de que no tienen nada que hacer en un sistema democr¨¢tico, que no van a ser senadores ni diputados; pero la existencia de una vida democr¨¢tica abierta ha estado presente en muchas de sus proclamas. La amnist¨ªa y la reforma pol¨ªtica les permiten cambiar una lucha revolucionaria armada por una lucha revolucionaria democr¨¢tica.
P. Usted, que es liberal, ?c¨®mo es que se meti¨® en este compromiso con un presidente conservador?
R. Porque creo en el proceso de pacificaci¨®n de Betancur, porque creo que es el camino para que el pa¨ªs se acostumbre al pluralismo pol¨ªtico.
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