Los resultados de las elecciones municipales confirman el car¨¢cter plural de la sociedad vasca
El PNV, que recibe 5.000 votos m¨¢s que el 28 de octubre, sigue siendo, con el 30,15% de los sufragios, la primera fuerza electoral de la comunidad aut¨®noma vasca. El PSOE, aun confirmando globalmente la tendencia apuntada en las elecciones generales, se mantiene todav¨ªa a doce puntos de distancia del nacionalismo moderado. HB, por su parte, pierde 1,04 puntos respecto a octubre-82 (40.000 votos) y un 2% respecto a las anteriores elecciones locales. La coalici¨®n de derechas, con el 7,85% no alcanza el 11,5% logrado en las generales, mientras que EE, con el 7,52%, queda unas d¨¦cimas por debajo del 7,9% de octubre.
Tales cifras no guardan necesariamente relaci¨®n con el n¨²mero de concejales obtenidos. As¨ª, el PNV y Euskadiko Ezkerra son los ¨²nicos partidos que obtienen m¨¢s concejales de los que hubieran logrado si se hubieran repetido exactamente, municipio a municipio, los resultados del 28-O. Concretamente, a EE le corresponder¨ªan 114 concejales (ha obtenido 123), y al PNV, 1.198 (ha obtenido 1.260). Por el contrario, el PSOE ha obtenido 352 (frente a 503 posibles), y Herri Batasuna, 376 (frente a 469 de haber repetido las cifras de octubre). La coalici¨®n de AP, por su parte, ha logrado 92, la mitad de los 185 posibles.La distribuci¨®n de los votos, y su eventual influencia a la hora de la designaci¨®n de los alcaldes, resulta particularmente significativa en localidades industriales como Santurce, Ir¨²n, Baracaldo, Basauri o Sestao, en todas las cuales los socialistas han obtenidos m¨¢s votos que el PNV, que ostent¨® las alcald¨ªas respectivas en los ¨²ltimos cuatro a?os. Conserva, sin embargo, la mayor¨ªa el PNV en Eibar, tradicional feudo del PSOE en el pasado, mientras que los socialistas refuerzan su supremac¨ªa en Portugalete, donde logran 14 concejales (frente a 5 del PNV). El PSOE recupera, por tanto, su supremac¨ªa en todos los pueblos de la margen izq¨²lerda de la r¨ªa del Nervi¨®n, as¨ª como en Basauri.
El PNV conserva la primera posici¨®n en las tres capitales, pero mientras que obtiene un concejal m¨¢s que en 1979 en Vitoria y San Sebasti¨¢n, pierde dos en Bilbao. El ascenso socialista es particularmente notable en la capital vizca¨ªna, donde pasa de cuatro a nueve concejales, mientras que Herri Batasuna pierde tres de los seis que ten¨ªa. Euskadiko Ezkerra, por su parte, dobla su anterior representaci¨®n, que era de un solo concejal, y la coalici¨®n de AP logra cuatro puestos. Parecen configurarse en Bilbao, pues, dos bloques principales (PNV por una parte y PSOE, con el probable apoyo de EE, por otra), con dos importantes minor¨ªas (HB y AP), que seguramente no dar¨¢n su voto ni al candidato nacionalista ni al socialista.
Respecto a las Juntas Generales, los resultados han venido a confirmar lo fundado de la resistencia de la oposici¨®n a aceptar la ley electoral propuesta por el PNV y aprobada con sus votos en el Parlamento de Vitoria. El sistema, al primar sustancialmente a las zonas rurales respecto a las urbanas, introduce una desviaci¨®n tal respecto al criterio proporcional, que hace que, en Vizcaya por ejemplo, el PNV haya logrado mayor¨ªa absoluta de esca?os con apenas el 40% de los votos (26 esca?os sobre un total de 51).
Hegemon¨ªa en peligro
Los resultados, por lo dem¨¢s, confirmando la tendencia puesta de manifiesto en las ¨²ltimas elecciones legislativas, han reafirmado el car¨¢eter plural de la sociedad vasca. El PNV ha revalidado su posici¨®n de partido mayoritario, pero, con todo, sus votos suponen menos de la cuarta parte del censo ?de la comunidad aut¨®noma. Seis de cada diez electores efectivos han votado otras opciones dliferentes a la del partido que ostenta en solitario el Gobierno aut¨®nomo, las alcald¨ªas de las tres capitales y, a partir de ahora, no s¨®lo la presidencia de las diputaciones sino los gobiernos provinciales monocolores en que aqu¨¦llas se van a convertir, de acuerdo con la reforma de su funcionamiento institucional introducido por el propio PNV.
Tras el 28 de octubre la oposici¨®n, y principalmente el PSOE y EE, reclamaron del PNV no necesariamente que compartiera la responsabilidad de gobierno en tales instituciones, pero s¨ª que gobernara de manera diferente a como lo ven¨ªa haciendo, teniendo en cuenta esa evidente pluralidad de la sociedad vasca. La respuesta del PNV fue negarse a consensuar no s¨®lo leyes de car¨¢cter institucional, como la citada sobre las diputaciones, sino hasta el himno vasco (con la importancia que en la Euskadi actual tienen expresiones simb¨®licas como. la bandera, la graf¨ªa de las palabras o los himnos). Lo mismo cabe decir del comportamiento de la mayor¨ªa nacionalista en municipios como el de Bilbao. As¨ª las cosas, las elecciones del domingo parecen convertirse en un ensayo general para las auton¨®micas de 1984. Si se repitieran los resultados de ayer, y aun contando con la voluntaria ausencia de HB del Parlamento aut¨®nomo, el PNV dejar¨ªa de disponer de la mayor¨ªa absoluta en la C¨¢mara y tendr¨ªa, para seguir gobernando, que coaligarse con otras fuerzas. Los pactos que se anuden en los pr¨®ximos d¨ªas de cara a la designaci¨®n de los alcaldes constituir¨¢n un avance de las posibilidades reales de alianzas en Euskadi actualmente.
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