El duque de Alba asegura que no estar¨¢ "de oyente" en la Academia de Bellas Artes
Jes¨²s Aguirre, duque de Alba, recib¨ªa en la ma?ana de ayer en su casa sevillana, el palacio de Due?as, numerosas llamadas telef¨®nicas. Eran felicitaciones por su elecci¨®n para ocupar uno de los 45 sillones de la Real Academia de Bellas Artes. "Mi primer papel ser¨¢ el de se?or que empieza a conocer y escuchar, pero no ir¨¦ s¨®lo de oyente". La elecci¨®n le ha colocado ante dos obligaciones: la de preparar su discurso sobre el palacio de Liria, que espera leer en febrero, y la de aportar, desde el sill¨®n, iniciativas que justifiquen su presencia en ¨¦l."Acabo de ser elegido y no quiero caer en el error grotesco de tanto pol¨ªtico que se conduce como si el acceso a un cargo llevara consigo una cosa as¨ª como una gracia de estado, que permite conocer, de la noche al d¨ªa, todo lo referente a un departamento ministerial. No me pida que diagnostique lo que la Academia necesita, porque yo puedo conocer el entorno en que trabaja, pero necesitar¨ªa tambi¨¦n conocerla por dentro. Mi primera preocupaci¨®n debe ser escuchar a los acad¨¦micos y trabajar con ellos".
Jes¨²s Aguirre se muestra prudente a la hora de valorar su posible papel en la Academia, pero no puede evitar que ¨¦ste se relacione con el que ha desarrollado al frente de la Casa de Alba. Un papel de inequ¨ªvoca vocaci¨®n de difundir la cultura, de hacer que corra, de convertirla en "un bien comunicativo", seg¨²n ¨¦l mismo expresa. Las exposiciones de Salamanca y la Casa de Alba o Men¨¦ndez Pelayo y la Casa de Alba, la cesi¨®n a la Diputaci¨®n de Sevilla de documentos colombinos, o la microfilmaci¨®n de otros importantes documentos con entrega posterior a la Diputaci¨®n de Salamanca son claros ejemplos de esa decidida vocaci¨®n. Ese hacer sentir que la cultura no es algo para estar encerrado, sino para moverse y enriquecer aquello que recorre, podr¨ªa ser su aportaci¨®n a la Academia. Pero tambi¨¦n se resiste a aceptar tal cosa.
Renovaci¨®n
"La idea de que estas instituciones est¨¢n ancladas en el pasado, cerradas a cualquier renovaci¨®n, no es correcta. Es importante en ellas el peso de su tradici¨®n, y as¨ª debe serlo, porque ya dijo Eugenio d'Ors que lo que no es tradici¨®n es plagio. No deben detenerse en la tradici¨®n y, de hecho, no se detienen.La elecci¨®n de nuevos miembros, como es mi caso ahora, o lo han sido antes los de Pita Andrade, Garc¨ªa Ochoa, Ant¨®n Garc¨ªa o Crist¨®bal Halffter, que tienen a¨²n pendiente la lectura de su discurso, supone que existe una renovaci¨®n. Y tambi¨¦n hay gente dentro, mucha gente, que mantiene un pulso nuevo, que obtiene su apoyo de la propia instituci¨®n. En principio, se puede decir que un ¨¢mbito cultural en el que convivan distintas tendencias est¨¢ vivo. Es bueno que en una misma instituci¨®n est¨¦n hombres como Vasallo y Pablo Serrano, porque esa diversidad de orientaciones es un signo inequ¨ªvoco de vitalidad".
No hay tampoco, en su concepto, nuevos caminos a tomar, porque "los caminos est¨¢n todos inventados, no se trata de inventar nada, sino quiz¨¢ de reinventar, de retomar caminos olvidados", pero habla con inter¨¦s de la futura exposici¨®n de la colecci¨®n de pinturas de la Academia de Bellas Artes, que ser¨¢ posible cuando las reformas del palacio de la calle de Alcal¨¢ est¨¦n terminadas, y Madrid pueda lucir, junto al Museo del Prado, una segunda pinacoteca de gran importancia.
Material apasionante
Pero se apresura a recordar que no tendr¨¢ voto hasta que no haya le¨ªdo su discurso, y habla con verdadero placer del tema sobre el que versar¨¢: el palacio de Liria. "El palacio lo hizo construir el segundo duque de Liria, que durante la construcci¨®n se encontraba fuera de Espa?a, en tareas de embajador. Su hermano, el marqu¨¦s de San Leonardo, le escrib¨ªa para explicarle el curso de las obras, que comenz¨® un arquitecto franc¨¦s con el que hab¨ªa problemas, y remat¨® el espa?ol Ventura Rodr¨ªguez. La correspondencia entre los dos hermanos es un material apasionante, en el que estudiar tanto los avatares de la construcci¨®n y las tendencias art¨ªsticas de la ¨¦poca como el Madrid del siglo XVIII e, incluso, se producen momentos de tensi¨®n entre ambos hermanos"."Cuando me dediqu¨¦ a estudiar el inventario de los documentos de la Casa de Alba, la documentaci¨®n de este tema fue uno de los legajos que m¨¢s despertaron mi curiosidad. La investigaci¨®n y estudio de estos papeles llevar¨¢, adem¨¢s, inevitablemente, a otros estudios marginales. Me espera una tarea dif¨ªcil, pero estoy muy ilusionado. Mi proyecto es leer el discurso en febrero. Espero que ser¨¢ posible".
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