Un pintor y cal¨ªgrafo, principal sospechoso de la falsificaci¨®n de los diarios de Hitler
Las sospechas en torno a la falsificaci¨®n de los diarios de Adolfo Hitler se centran sobre el vendedor de recuerdos nazis Konrad Fischer, quien ha desaparecido de su domicilio en Stuttgart y telefone¨® al periodista despedido de Setern Gerd Heidemann para decirle que se encuentra en Checoslovaquia, "en busca de los que me enga?aron".
En el domicilio de Fischer, en Stutgart, se encuentran las persianas bajadas y nadie responde a las llamadas del timbre, que est¨¢ al lado de la inscripci¨®n "Militaria", referencia al negocio que se realiza all¨ª, venta de objetos militares y recuerdos.Fischer, que tambi¨¦n se llama o hacer llamar Kujau, ha desaparecido. El pasado martes por la noche, en la redacci¨®n de Stern en Bonn, se celebr¨® una fiesta para presentar a la nueva directora, que trabajar¨¢ para la revista en la capital federal.
El ambiente era entre festivo y funerario, una extra?a mezcla. Algunos se alegraban visiblemente del fracaso de Stern, una revista inc¨®moda en la RFA, y los redactores ocultaban a duras penas su rabia e impotencia.
En el ambiente period¨ªstico de la RFA reina una cierta satisfacci¨®n por lo que se considera un fracaso del "periodismo del cheque", que practican muchas revistas en busca de exclusivas. A esto se une el turbio estilo del reportero Heidemann, con sus conexiones con viejos nazis.
Un colega de Heidemann relat¨® a este peri¨®dico que "fue tan lejos que lleg¨® a hacer testigo de su boda al general de las SS Karl Wolff". Este antiguo asistente de Heinrich Himmler fue condenado a 15 a?os de c¨¢rcel como criminal de guerra, responsable del asesinato de 300.000 jud¨ªos, y era hu¨¦sped habitual en el yate Carin II, que pertenedi¨® al mariscal Goering y luego fue comprado por el periodista Heidemann.
En la fiesta de Stern en Bonn estuvo presente el editor Henri Nannen, que, con una fuerte dosis de sano cinismo, afront¨® la situacion. Nannen explic¨® que todav¨ªa aquel d¨ªa Heidemann hab¨ªa hablado telef¨®nicamente con su proveedor Fischer, quien asegur¨® que llamaba desde Checoslovaquia, adonde hab¨ªa ido en busca de los que le enga?aron con los diarios falsos. Todas las sospechas se concentran sobre el propio Fischer, que se invent¨® un hermano general del Ej¨¦rcito de la Rep¨²blica Democr¨¢tica Alemana como la persona que consigui¨® los diarios del avi¨®n derribado en Boernesdorf. El Ministerio de Asuntos Exteriores de la RDA declar¨® que no existe tal general. En Bonn, uno de los expertos del archivo federal dijo en una conferencia que la falsificaci¨®n es tan chapucera que parece incre¨ªble que la hubiesen hecho en la RDA, donde los trabajos de los falsificadores son de mejor calidad.
Pintor y cal¨ªgrafo
En Stuttgart se sabe que el desparecido Fischer ten¨ªa como profesi¨®n pintor art¨ªstico y cal¨ªgrafo, lo que le dar¨ªa la calificaci¨®n necesaria para el trabajo de falsificar los diarios. Expertos en falsificaci¨®n calculan que para los 60 diarios se necesita un a?o y medio aproximadamente. Los diarios fueron entregados poco a poco por Fischer a Heidemann y por el periodista a Stern. Al mismo tiempo se pagaban m¨¢s de 500 millones de pesetas, que, tambi¨¦n han desaparecido. Nannen, sir Henri, comentaba la otra noche en la fiesta de Stern en Bonn, con gesto suficiente, que el dinero no interesa". "Ahora se trata de conocer la verdad de la falsificaci¨®n".Al lado de Nannen, el recientemente dimitido portavoz del Gobierno de Bonn, Diether Stoltze, preguntaba, sarc¨¢stico: "Henri, ?cu¨¢l va a ser la tirada de Stern el d¨ªa que anunci¨¦is la historia de la falsificaci¨®n?".
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