Alicia Hern¨¢ndez
La carrera contra reloj de la nueva directora de la c¨¢rcel de mujeres de Barcelona
Cada d¨ªa, a las ocho y media en punto, un R-5 rojo aparca ante la prisi¨®n de mujeres de Barcelona. De ¨¦l desciende una muchacha de pelo rubio y ondulado, con reflejos que se esconden al moverse, vestida siempre con un impecable conjunto. Los guardias de la puerta le franquean el paso. Es la nueva directora, Alicia Hern¨¢ndez Garc¨ªa, 27 a?os, salmantina. Traspasado el umbral, las pesadas puertas de hierro vuelven a cerrarse. No es una prisi¨®n alegre La Trinidad. El despacho de la directora tampoco. De una sobriedad tan apagada como el gris plomizo de la fachada, no es, ni mucho menos, el marco que m¨¢s le favorece. Y sin embargo, est¨¢ hermosa. Tiene una voluntad de hierro, se define como una "nerviosa controlada", y es perfectamente consciente de que lo que tiene entre manos no es un juego de naipes.
Lleva una semana y dos d¨ªas en el cargo, pero conoce al detalle cada rinc¨®n de la c¨¢rcel. Conoce tambi¨¦n a las presas, a algunas de ellas bastante a fondo, porque ya lleva tres a?os trabajando como funcionaria en La Trinidad y siempre ha considerado que "detr¨¢s de una ficha hay una historia, en todo caso humana y a veces incluso extraordinaria". Su antecesora, Soledad Garnica, fue destituida y procesada bajo la acusaci¨®n de "rigor innecesario en la aplicaci¨®n de penas", por haber separado a una interna de su hijo peque?o. El nombramiento de Alicia Hern¨¢ndez hab¨ªa sido decidido antes del cese, cuando Soledad Garnica pidi¨® el traslado a Alcal¨¢ de Henares.Aunque la hab¨ªan tanteado varias veces, la propuesta formal se la hizo el propio director general de Prisiones, Juan Jos¨¦ Mart¨ªnez Zato, en una cena en la que coincidieron cuando ella se encontraba en Madrid, preparando sus segundas oposiciones, esta vez al Cuerpo T¨¦cnico de Prisiones. "En Espa?a s¨®lo hay tres c¨¢rceles de mujeres, la de Yeser¨ªas, en Madrid, la de Valencia, y ¨¦sta, de modo que no dud¨¦ ni un momento". Termin¨® las oposiciones, en las que sacrific¨® diez kilos, muchas horas de sue?o y la oportunidad de ver una pel¨ªcula como Las hermanas alemanas, y se encar¨® al reto de luchar desde un puesto de direcci¨®n por aquello que le inculc¨®, sin quererlo, el ex director general de Prisiones, Garc¨ªa Vald¨¦s, en varias conferencias que pronunci¨® en Salamanca cuando ella estaba acabando Derecho: "La prisi¨®n no debe tener un car¨¢cter m¨¢s aflictivo que la pena que dicta el juez".
Terminada la carrera, sin necesidad acuciante de trabajar porque su padre, un militar retirado, pod¨ªa pagarle un a?o m¨¢s de estudios, Alicia Hern¨¢ndez se fue a Madrid, a especializarse en el Instituto de Criminolog¨ªa y preparar sus primeras oposiciones, al Cuerpo Especial de Prisiones. En Cespedosa de Tormes, donde naci¨®, donde sigue viviendo su familia y donde piensa retirarse alg¨²n d¨ªa, alguien vaticin¨®: "Esta chica vale; esta chica har¨¢ carrera".
La verdad es que cuando entr¨® en La Trinidad para ocupar su plaza de encargada de cocina, de teor¨ªa sab¨ªa mucho, pero de prisiones poco. S¨®lo hab¨ªa pisado una vez Yeser¨ªas, y de visita, con un grupo de alumnos del Instituto de Criminolog¨ªa. "Me deprimi¨® bastante. Yo cre¨ªa que, hab¨ªa m¨¢s luz", recuerda. Al frente de la cocina de La Trinidad estuvo s¨®lo un mes. La vida de la c¨¢rcel no le gust¨®. Le recordaba demasiado a un colegio de monjas, al de las Teresianas, por ejemplo, en el que estuvo intema varios a?os.
Alicia Hern¨¢ndez no piensa introducir cambios espectaculares en la prisi¨®n: "Basta con aplicar a fondo la Ley General Penitenciaria y espero contar para ello con los medios necesarios". La precariedad de recursos no es, en este caso, la obligada excusa de todo nuevo cargo. Una sola cifra explica todas las dem¨¢s: "Hemos de dar comida a cada interna tres veces al d¨ªa con 138 pesetas. Si est¨¢ enferma, con 178". Las instalaciones tambi¨¦n dejan que desear, por eso espera con impaciencia el traslado al edificio de Wad-Ras. All¨ª habr¨¢ m¨¢s espacio. Y m¨¢s luz.
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