Grave deterioro de la econom¨ªa brit¨¢nica desde 1979
El Reino Unido ha atravesado desde 1979 los peores a?os de su historia econ¨®mica reciente. La producci¨®n industrial ha bajado casi en un 10%, el paro ha crecido en un 141%, la libra esterlina se ha depreciado con respecto al d¨®lar en m¨¢s de un 10% y los impuestos sobre rendimiento personal no s¨®lo no han disminuido en t¨¦rminos reales, sino que han aumentado en una media del 7%. ?nico dato positivo: la inflaci¨®n est¨¢ bajando notablemente y en este mes de mayo va a alcanzar su nivel m¨¢s bajo desde hace 15 a?os: el 4%. Nada, tiene de extra?o que la econom¨ªa se haya convertido en el gran tema de las elecciones generales que se celebran en el Reino Unida el pr¨®ximo d¨ªa 9 de junio.
El pol¨ªtico que ha estado al frente del pa¨ªs durante estos cuatro duros a?os, la primera ministra Margaret Thatcher, conservadora, asegura que gracias al tratamiento de choque a que ha sometido a la econom¨ªa, el Reino Unido est¨¢ ahora en condiciones de subirse al carro de la recuperaci¨®n econ¨®mica, La oposici¨®n afirma que el Gobierno echa las campanas al vuelo con demasiada facilidad y que, sin una intervenci¨®n dr¨¢stica del Estado, la econom¨ªa brit¨¢nica no s¨®lo, no podr¨¢ absorber a los parados sino que, bien al contrario, generar¨¢ nuevos cierres industriales y m¨¢s desempleo.Cuando Margaret Thatcher lleg¨® al n¨²mero 10 de Downing Street, en mayo de 1979, la situaci¨®n econ¨®mica era mala, y el pa¨ªs, bajo un Gobierno laborista, hab¨ªa atravesado un invierno agitado por huelgas y conflictos sociales. El desempleo alcanzaba a 1.300.000 personas y el ¨ªndice de inflaci¨®n hab¨ªa subido a una media del 15%. Thatcher, firme partidaria de la escuela de Milton Friedman, aplic¨® con mano dura una pol¨ªtica monetarista encaminada a lograr un objetivo prioritario: disminuir la infiaci¨®n. Cuatro a?os m¨¢s tarde, y seg¨²n datos del servicio econ¨®mico del Financial Times, los precios hab¨ªan subido, por com paraci¨®n con 1979 en un 51% que supone una media de inflaci¨®n para el per¨ªodo, comprendido entre 1979 y 1983 de algo m¨¢s del 11%.
Sin embargo, los ¨²ltimos informes conservadores indican que la pol¨ªtica antiinflaccionaria est¨¢ dando ahora sus mejores resultados y que este, a?o el ¨ªndice no superar¨¢ el 5% lo qu¨¦ constituye una cifra muy buena, dentro de las recomendaciones de la OCDE aunque superior todav¨ªa a la de la Rep¨²blica Federal de Alemania (3,3%), Estados Unidos (3,6%) o Jap¨®n (2,4%).
Un alto coste social
El principal problema con el que tropez¨® el Gobierno conservador fue que su pol¨ªtica antiinflacionaria dispar¨® el desempleo en el Reino Unido hasta l¨ªmites no conocidos en este pa¨ªs desde antes de la segunda guerra mundial y, en cualquier caso, muy por encima de la media de la OCDE. De un 5,2% de la poblaci¨®n activa sin empleo en 1.979 se ha pasado en 1983 a algo m¨¢s del 13% (m¨¢s de tres millones de parados). Cada punto menos en la inflaci¨®n habr¨¢ costado la p¨¦rdida de entre 200.000 y 300.000 puestos de trabajo. La oposici¨®n afirma que el coste es excesivo e injustificado. Pa¨ªses como Estados Unidos o la Rep¨²blica Federal de Alemania han logrado controlar la inflaci¨®n con niveles de desempleo menos dram¨¢ticos. Un pa¨ªs como Francia, que los conservadores brit¨¢nicos presentan como el ejemplo del desastre socialista, tiene un ¨ªndice de inflacion superior al brit¨¢nico, en m¨¢s de tres puntos, pero mantiene el desempleo, por debajo del 9%."La pol¨ªtica conservadora de Margaret Thatcher ha hecho m¨¢s da?o a la industria del Reino Unido que todas las bombas de Hitler juntas durante la segunda guerra mundial", acusa Michael Foot, l¨ªder del Partido Laborista. "La primera ministra presenta como grandes victorias de su Gobierno devolvemos una parte de lo que nos quit¨® en los a?os 80 y 81, se quejan los portavoces de la alianza SDP-liberales.
Los datos escuetos indican que la producci¨®n industrial brit¨¢nica ha disminuido desde 1979 en un 9,9% y que la productividad, presentada como otro de los grandes ¨¦xitos del Gobierno conservador, se sit¨²a ahora ligeramente por encima de las cifras del 79, despu¨¦s de experimentar una seria ca¨ªda. en el 80-81, cuando Margaret, Thatcher ya estaba en el poder.
Las estad¨ªsticas pueden ser crueles, y los laboristas ingleses no pierden ocasi¨®n de lanzarlas a la cara de la primera ministra. Thatcher, partidiaria de una cruzada contra el gasto p¨²blico y de aligerar las cargas impositivas de los ciudadanos, no ha conseguido hasta ahora disminuir ni lo uno, ni lo otro, aseguran. Lo cierto es que, descontada la inflaci¨®n, el gasto p¨²blico s¨®lo ha subido en un 1% anual, aunque el cap¨ªtulo de gastos merecer¨ªa un an¨¢lisis m¨¢s detallado, para resaltar, por ejemplo, que el Gobierno conservador ha incrementado en un 23% el presupuesto de defensa mientras que disminu¨ªa los de educaci¨®n (-6%) y los de vivienda (-55%).
El petr¨®leo del mar del Norte
El Reino Unido -afirman los laboristas- dispone desde 1979 de un arma nueva: los ingresos por la venta de petr¨®leo del mar del Norte, y estos fabulosos recursos deben emplearse a fondo, no para pagar el seguro de desempleo a varios millones de personas, sino para crear nuevos puestos de trabajo. Su manifiesto electoral, promete 2,5 millones de nuevos empleos en los pr¨®ximos cinco a?os.A¨²n aceptando como buena la hip¨®tesis de que la recuperaci¨®n econ¨®mica est¨¢ a la vuelta de la esquina, algunos expertos, estiman que la pol¨ªtica conservadora tendr¨ªa que cambiar mucho para sacar al pa¨ªs del marasmo en el que se encuentra. El St.James's Group, formado por economistas e industriales independientes, af¨ªrmaba en un reciente art¨ªculo publicado por The Economist que aun suponiendo que el crec¨ªmiento de los salarios sea s¨®lo del 3,7% en 1985 y que la inflaci¨®n no supere tampoco esa cifra, el crecimiento de la econom¨ªa brit¨¢nica no superar¨¢ el 3% en 1984 y el 2% en 1985. Los de sempleados seguir¨ªan siendo de 2,9 millones. "Nadie puede encontrar incentivos para votar este programa", afirman.
En cualquier caso, si Margaret Thatcher gana las pr¨®ximas elecciones y pretende proseguir con su actual pol¨ªtica econonuca sin escuchar el consejo de los wets (moderados de su partido), que piden mayor flexibilidad, lo pnimero que tendr¨¢ que hacer es doblegar a¨²n m¨¢s a los sindicatos. Las Trade Unions han sufrido duros golpes en los cuatro ¨²ltimos a?os, pero siguen siendo poderosas y han anunciado que no permitir¨¢n cinco a?os m¨¢s de thatcherismo. Por ello, tal vez, en el manifiesto electoral conservador se incluye, como punto prioritario, la modificaci¨®n de la ley para impedir que, los sindicatos puedan convocar huelgas s¨ª previamente no existe el consentimiento, en escrutinio secreto de los trabajadores afectados,
?Ha hecho Margaret Thatcher lo ¨²nico que pod¨ªa hacer, como mantiene ella, o, debido a su ciega determinaci¨®n de luchar contra la inflaci¨®n y a su probada fe en la filosoria antiintervenci¨®n del Estado, no le ha importado arrastrar al, pa¨ªs a una crisis sin precedentes? Los electores brit¨¢nicos tienen la ¨²ltima palabra el pr¨®ximo d¨ªa 9.
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