Paul Breitner, futbolista
Las lesiones obligan a retirarse al 'cerebro' del Bayern Munich
Breitner era un futbolista que no s¨®lo ten¨ªa piernas, sino tambi¨¦n cabeza y consegu¨ªa que sus extremidades inferiores respondiesen a las ¨®rdenes que part¨ªan de sus neuronas, uno de esos raros cerebros futbol¨ªsticos. Hubo un tiempo, cuando no se hab¨ªan acabado los ecos del 68 estudiantil, cuando todav¨ªa resonaba el grito de "hoho-ho-chi-minh" por las calles alemanas, Breitner iba de mao¨ªsta por la vida y se retrataba ante el p¨®ster del Ch¨¦ y tras el Libro rojo de citas del presidente Mao.A los 22 a?os ya fue campe¨®n mundial, con la selecci¨®n de la Rep¨²blica Federal de Alemania. El d¨ªa de la final contra Holanda cuando la RFA perd¨ªa por 0-1, el ¨¢rbitro pit¨® un penalty y Breitner, que no estaba previsto para lanzarlo, agarr¨® el bal¨®n y sin pensar lo dos veces lo col¨® en la porter¨ªa holandesa.
Aquella misma noche, Breitner dimiti¨® por primera vez de la selecci¨®n nacional, porque los federativos estaban todos en el banquete y las mujeres de los campeones mundiales no pudieron entrar.
Breitner jugaba entonces de lateral izquierdo y era puro nervio y electaricidad. D¨ªas despu¨¦s del Mundial de 1974, estall¨® la bomba: el mao¨ªsta Breitner fichaba por el Madrid y se iba a ganar pesetas a la Espa?a de Franco, al equipo que simbolizaba el franquismo futbol¨ªstico.
En Madrid, Breitner pas¨® al centro del campo y no jug¨® bien. Se dec¨ªa que de un buen defensa lateral hab¨ªan hecho un mal centrocampista. Un d¨ªa, unos obreros en huelga se presentaron en su casa para pedirle una aportaci¨®n para la lucha. El ex maoista se acord¨® del Libro rojo y les extendi¨® un cheque de medio mill¨®n de pesetas.
Con la misma desfachatez con que desafiaba a los federativos alemanes, reaccionarios hasta la m¨¦dula, y se declaraba mao¨ªsta, BreItner se enfrentaba al ag¨®nico franquismo con su donativo a los metal¨²rgicos madrile?os.
Al cumplir su contrato, el Madrid lo traspas¨® de nuevo y en la Bundesliga alemana termin¨® por volver a las fuentes y recal¨® en el Bayern Munich, que hab¨ªa perdido a Beckenbauer y necesitaba un l¨ªder. El defensa puronervio se hab¨ªa convertido, con el paso de los a?os, en centrocampista. En el Bayern, Breitner fue el amo, el domador implacable que hac¨ªa y deshac¨ªa a su antojo cuando el presidente del club quiso fichar al entrenador Max Merkel, Breitner amontin¨® al equipo. Al final, se fue el presidente y no vino MerkeI.
De la selecci¨®n nacional de la RFA dimiti¨®, definitivamente, tres veces, y s¨®lo la tercera fue la de verdad. Estas dimisiones hicieron que s¨®lo jugase 48 partidos. El ¨²ltimo fue la final del Mundial de Espa?a. Aquel d¨ªa, Breitner meti¨® el ¨²nico gol de la RFA, pero perdi¨®.
Breitner fue blanco de las cr¨ªticas por el mal estilo, dentro y fuera del campo, de la selecci¨®n. No parec¨ªa importarle mucho, porque ¨¦l siempre fue un individualista, acostumbrado a nadar contra la corriente.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.