'Jack Cuchilla' siembra el p¨¢nico entre las mujeres de un barrio romano
![Juan Arias](https://imagenes.elpais.com/resizer/v2/https%3A%2F%2Fs3.amazonaws.com%2Farc-authors%2Fprisa%2F5a86bcd5-e5fc-49ab-b292-f3043b0fbfd4.png?auth=2d48be4f56908c68f3c88d7da3c4bd83b9078e68267346b6bac73e371847252d&width=100&height=100&smart=true)
Le llaman Jack Cuchilla, y est¨¢ sembrando el p¨¢nico en uno de los barrios m¨¢s grandes de Roma, el Apio-Latino tuscolano, con m¨¢s de medio mill¨®n de habitantes. Se divierte rajando el rostro de las mujeres, a todas en el lado derecho. Lo ha hecho ya con ocho en siete d¨ªas. Empez¨® con ancianas, despu¨¦s m¨¢s j¨®venes y ahora arremete con las ni?as.
La t¨¢ctica es siempre la misma: un golpecito en la espalda de la v¨ªctima escogida, en plena calle, y cuando la mujer asustada vuelve la cabeza, la cuchilla de afeitar ataca con mano firme.
Y no hay quien descubra al loco o a los locos, porque seg¨²n las mujeres agredidas podr¨ªan ser varios, o bien uno que se disfraza.
Lo cierto es que la gente est¨¢ asustada. M¨¢s de 200 polic¨ªas, junto con carabineros y con muchos voluntarios del barrio, vigilan d¨ªa y noche para descubrir al man¨ªaco. Hay hasta guardias en los tejados de las casas, con la metralleta dispuesta.
Las mujeres no se atreven a salir solas a hacer la compra o a llevar a los ni?os al colegio. Muchos maridos tienen que asistir irregularmente al trabajo para acompa?ar a sus esposas, que tienen miedo. Y la psicosis lleva a detener o a sospechar de ciudadanos que nada tienen que ver con los hechos. Crece la paranoia. Ayer, el metro estuvo parado dos horas porque una llamada de tel¨¦fono indic¨® que Jack Cuchilla estaba all¨ª. Hasta el diario Rep¨²bblica dedica una p¨¢gina entera al caso.
Los expertos aseguran que se trata de un esquizofr¨¦nico que desea vengar a su madre.
Ni que decir tiene que en Roma no se habla de otra cosa en los autobuses, en los mercados y en los bares y oficinas. Dicen que los m¨¢s divertidos son los ni?os, a quienes el loco de la cuchilla les excita la fantas¨ªa, aunque por la calle se agarran fuerte a la mano del pap¨¢ o de la mam¨¢ y miran continuamente hacia atr¨¢s.
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