El Gobierno de Managua desmiente que tenga intenci¨®n de ilegalizar al Partido Conservador Dem¨®crata
El comandante sandinista Carlos N¨²?ez, presidente del Consejo de Estado nicarag¨¹ense, ha desmentido que el Gobierno tenga planes para ilegalizar al Partido Conservador Dem¨®crata (PCD). El origen de la noticia fueron unas confusas declaraciones suyas, en las que se refiri¨® a los v¨ªnculos existentes entre determinados l¨ªderes de esta formaci¨®n pol¨ªtica y los grupos contrarrevolucionarios que combaten en la frontera con Honduras.
El titular del Consejo de Estado ha precisado que en ning¨²n momento dijo que el Partido Conservador estuviera involucrado en la lucha armada como tal organizaci¨®n, aunque exist¨ªan pruebas de que algunos de sus dirigentes participaban de forma activa en planes desestabilizadores.Seg¨²n la versi¨®n corregida de sus declaraciones, Carlos N¨²?ez se?al¨® que el hecho de que un partido como el Conservador Dem¨®crata pueda actuar legalmente en Nicaragua, a pesar de que varios de sus l¨ªderes est¨¦n implicados en actividades contrarrevolucionarias, es un ejemplo del respeto que practica el Gobierno sandinista con respecto al pluralismo pol¨ªtico.
Plan de desinformaci¨®n
Un portavoz de la Embajada nicarag¨¹ense en M¨¦xico culp¨® de la difusi¨®n de esta noticia a las agencias internacionales, que, a su juicio, est¨¢n poniendo en pr¨¢ctica un plan deliberado de desinformaci¨®n sobre lo que ocurre en el interior de Nicaragua.La supuesta ilegalizaci¨®n del PCD estar¨ªa contribuyendo a fabricar la imagen de un r¨¦gimen totalitario que pueda servir a la Administraci¨®n Reagan para justificar una guerra en defensa de la democracia.
En Managua existe el convencimiento de que Estados Unidos est¨¢ acelerando los planes para desatar una guerra abierta, que en su primera fase utilizar¨ªa a las fuerzas armadas hondure?as. La demostraci¨®n de que existe un r¨¦gimen totalitario en Nicaragua busca acallar las cr¨ªticas que pudieran producirse en los pa¨ªses occidentales ante la eventualidad de una invasi¨®n. El embajador norteamericano, Anthony Quainton, ha afirmado, por su parte, ante un grupo de religiosos de su pa¨ªs, que la Administraci¨®n Reagan no piensa por el momento enviar tropas a Centroam¨¦rica, aunque precis¨® que "no se debe utilizar nunca la palabra nunca".
Frente a la amenaza de una guerra el Gobierno sandinista contempla con escepticismo la misi¨®n diplom¨¢tica emprendida por el embajador extraordinario de Reagan, Richard Stone. Sergio Ram¨ªrez, miembro de la Junta de Reconstrucci¨®n Nacional, ha calificado este segundo viaje de Stone a la regi¨®n como una sesi¨®n de maquillaje de la pol¨ªtica de Reagan destinada a mitigar las cr¨ªticas de la opini¨®n estadounidense.
El verdadero cambio en la pol¨ªtica norteamericana, a?adi¨®, ocurrir¨¢ cuando la guardia somocista sea desmantelada en la frontera con Honduras. Mientras esto suceda, el nombramiento de embajadores especiales no resolver¨¢ la crisis regional.
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