El p¨²blico de Palma se entreg¨® a Ella Fitzgerald
En un concierto apote¨®sico, Ella Fitzgerald, cerr¨® el lunes este III Festival de jazz de Palma de Mallorca. La reina lleg¨® agotada de su reciente actuaci¨®n en Viena y ayer mismo sali¨® hacia Vitoria para cantar en el certamen de la capital alavesa. Detr¨¢s ha quedado un llenazo del Auditorium, con 800 sillas en el escenario, adem¨¢s de las 1.500 butacas ocupadas por un p¨²blico que se entreg¨® a la Fitzgerald, que lleva con muchas ganas sus 65 a?os y su Mack the Knife.Con un retraso puntual de un cuarto de hora, como en los cinco anteriores conciertos del festival, apareci¨® en el escenario Ella Fitzgerald, vestida de rosa hasta los pies, con gafas de vista cansada y un pa?uelo para enjugar el calor de justicia, para recibir el primer aplauso fren¨¦tico antes de abrir la boca.
Su tr¨ªo acompa?ante, con categor¨ªa de solistas, Paul Smith (piano), Ketter Betts (bajo) y Bobby Duraham (bater¨ªa), la hab¨ªa precedido para iniciar juntos el Night and day y luego, cincuenta minutos, sobre todo de bossa-nova. La chica de Ipanema, Agua de beber, Corcovado, etc, todas juntadas en una sola pieza con m¨¢s ganas que posibilidades. Hasta entonces, la cosa iba suave, sin esfuerzos de una voz que no es la misma que hace treinta a?os, l¨®gicamente.
A las 23.45, en el descanso, solo hab¨ªa 28 grados de temperatura en el Paseo Mar¨ªtimo, y medio recital de la Fitzgerald por delante. A¨²n as¨ª, hubo gente que se march¨® a casa. La que hab¨ªa ido sin saber por qu¨¦. En este III Festival, las sorpresas han venido, generalmente, en la segunda parte.
Dulces melod¨ªas
El lunes ocurri¨® lo mismo, con tres solos: un n¨²mero cl¨¢sico del pianista Paul Smith, el ¨²nico blanco del tr¨ªo y experto en polonesas; una versi¨®n de Granada de Isaac Alb¨¦niz, al contrabajo de Ketter Betts, quiz¨¢s siguiendo el precedente de la Malague?a que hizo Chick Corea el d¨ªa de la inaguraci¨®n; y 20 minutos de c¨®mo Bobby Duraham sabe darle a los timbales.Cambiada de vestido -ahora dorado, con flores amarillas- volvi¨® a salir Ella Fitzgerald y repiti¨® la Chica de Ipanema, aunque ahora derrochando corros de voz de graves y agudos, que hicieron estremecerse a la audiencia. Dos dulces melod¨ªas, una "dedicada para todos vosotros" y el irrenunciable Look at me iban a ser el final, pero los m¨¢s espectaculares aplausos, desde que el a?o pasado estuviese aqu¨ª B.B. King nos la devolvieron al escenario, por dos veces, terminando por Mack the Knife.
El festival de Palma comenz¨® el 25 de junio con el concierto de Chick Corea y Gary Burton (vibr¨¢fono), y junto con el de clausura fue uno de los dos llenos que se han registrado en las seis sesiones. Luego, el trompetista Chet Baker har¨ªa bostezar a la media entrada del Auditorium, para volver a alcanzar aires de fiesta con Panam¨¢ Francis y sus Savoys Sultans, que hab¨ªan dejado contentos a los madrile?os en la ¨²ltima feria de San Isidro.
Los Gigantes del Jazz formaci¨®n experimental de cinco m¨²sicos, entre ellos Tete Montoliu, la bater¨ªa de Billy Higgins y el vibr¨¢fono de Bobby Hutcherson, fueron, para algunos, el jazz m¨¢s puro de todo el certamen. El concierto que har¨ªa Hank Jones en la iglesia de Santa Eulalia, el pasado s¨¢bado, demostr¨® que con un piano, un contrabajo y una bater¨ªa, cualquiera puede estar horas sentado en una silla, escuch¨¢ndoles. Ella Fitzgerald echar¨ªa en falta al propio Hank Jones, cuyo piano la ha acompa?ado tantas veces, cuando se reuni¨® brevemente con los informadores locales el lunes.
Paralelo al de Palma, el I Festival de Jazz de Mah¨®n llev¨® a Menorca tres sesiones con Panam¨¢ Francis, Carrie Smith y la orquesta Trasatlantic, como prueba de que un certamen balear har¨ªa bailar a las islas cada a?o, a principios de verano, si todos los dineros municipales se juntasen en la misma iniciativa. El Pobre de m¨ª sanferminero cerraba en el hall del Auditorium la despedida de este tercer festival de jazz de Palma y las posibilidades inmediatas de o¨ªr m¨²sica del g¨¦nero hasta que a Miguel Jaume se le ocurra montar otras cosas. Si no lo hace ¨¦l, aqu¨ª no lo hace casi nadie.
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