Una sesi¨®n doble con sorpresas
El Festival de Vitoria clausuraba su s¨¦ptima edici¨®n con un concierto expl¨ªcitamente doble. En teor¨ªa, y dado el programa, parec¨ªa caber dentro de lo m¨¢s probable una aceptaci¨®n popular igual o superior a la de las sesiones precedentes. De hecho no fue as¨ª.Aunque se tratase de sublenguajes jazzisticos m¨¢s directos y masivamente asequibles, el blues de Kansas bien entreverado de boogie-boogie y el inconfundible sonido de Jimmy Smith y su ¨®rgano atrajeron a un n¨²mero de espectadores sensiblemente inferior al que en d¨ªas anteriores hab¨ªa acudido a Mendizorroza.
La primera parte del concierto era la reservada al cuarteto de Jay McShann como banda de soporte a la voz de Jimmy Whiterspoon. Sin embargo, la realidad se mostr¨® bastante m¨¢s compleja. Whitersponn no quiso el escenario m¨¢s all¨¢ de 20 minutos, y esa banda de envergadura -el propio McShann, Buddy Tate, Oliver Jackson y Major Holley junior- se limit¨® a exponer, eso s¨ª con cierto humor, un repertorio de habilidades bien sabidas aunque muy poco cre¨ªbles.
Jimmy Whiterspoon & Jay McShann Kansas City Quartet
Jimmy Smith Trio.VII Festival Internacional de Jazz. Polideportivo de Mendizorroza. Vitoria, 20 de julio.
Canto de manos
Oliver Jackson hizo su habitual solo para recordarnos que adem¨¢s del dominio del escobilleo tambi¨¦n se cuentan entre sus poderes el control percutivo del canto de las manos, el codazo y alg¨²n que otro aditamento. Holley junior tambi¨¦n tuvo inter¨¦s en que quedara clara su aportaci¨®n al invento de Slam Stewart de doblar con su voz el bajo tocado con arco; lo hizo con Willow Weep for me, un cl¨¢sico en esa onda. Tate llegaba de Broadway con un brillante atuendo rojizo, pero parec¨ªa disgustado con el sonido y poco dispuesto a esforzarse lo m¨¢s m¨ªnimo.Jay McShann, jovial, daba sus pinceladas aqu¨ª y all¨¢ para que quedara visible su liderazgo y preocupaci¨®n por salvar el conjunto. Whiterspoon poco hizo. Quiz¨¢ lo de m¨¢s m¨¦rito, entrar en acci¨®n con el Stormy Monday de T-Bone Walker y traerse consigo para que le arropara a un s¨®lido trompetista franc¨¦s, Fran?ois Biensan.
Tras una larga espera para sustituir instrumental, y cuando el respetable ya comenzaba a sentirse audiblemente desasosegado con tanto intermedio, afinaci¨®n y ajuste de sonido, Jimmy Smith se lanz¨® al ataque en tr¨ªo. Se hab¨ªa anunciado por doquier el cuarteto de Smith, pero Illinois Jacquet, si bien presente en Mendizorroza, jam¨¢s lleg¨® a materializarse en escena. ?Por qu¨¦? Pues parece que no le gust¨® nada no constar en ninguna parte, que quienes actuaban era el tr¨ªo de Jimmy con ¨¦l como estrella invitada.
Pasotismo
Complicado y poco oportuno ser¨ªa desmenuzar aqu¨ª el caso, la raz¨®n y las razones que atienden a cada una de las partes, m¨²sico y organizaci¨®n. Sin embargo, lo que s¨ª resulta sorprendente e insoslayable es registrar la total ausencia de explicaciones y el integral pasotismo manifestado por el p¨²blico ante la irregularidad. Fue como si all¨ª nadie supiera que estaba anunciada la actuaci¨®n de Illinois Jacquet, y aunque s¨®lo sea por eso parece que al gran saxofonista -sobrio, tranquilo y muy seguro de s¨ª mismo- le asiste una respetabil¨ªsima dosis de raz¨®n.Smith ha dejado su Hammond B3 por un ¨®rgano de dise?o especial al que se le ha bautizado no sin cierta pompa Jimmy Smith Saturn. Sin embargo, el sonido y la concepci¨®n de su m¨²sica no han variado un ¨¢pice. Agradecerle su entrega, tal vez espoleada por el contencioso en vestuarios, y que se trajera un buen par de sidemen.
Las filigranas puntuales que gotearon el concierto salieron un poco de Tony Campbell. y un mucho del guitarrista Phil Upchurch, cuyo uso del pedal para sacar sones aviolinados, de steel drums trinitarias o del j¨²j¨² que pretende imponer en el gran mercado occidental el soleado Ad¨¦ eran sin duda estimulantes. No consigui¨® concentrar la atenci¨®n del foquista, pero lo suyo fue realmente de m¨¦rito.
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