El 'halc¨®n malt¨¦s'

Evarist Saliba, el halc¨®n malt¨¦s de la Conferencia de Madrid, no se parece fisicamente en nada al c¨¦lebre protagonista de la pel¨ªcula de ese nombre. Es simp¨¢tico y peque?o como el pa¨ªs al que representa, pero se ha convertido en una especie de halc¨®n al estropear las vacaciones de los representantes de las dos superpotencias y toda Europa, del Este y del Oeste, con su negativa a respaldar el acuerdo alcanzado por los otros 34 pa¨ªses de la CSCE.Cuando Saliba asoma t¨ªmidamente su cabeza por la tribuna de la gran sala de conferencias para repetir que "tenemos que hablar de la seguridad en el Mediterr¨¢neo", sus colegas se estremecen y en sus labios se dibuja la frase "?otra vez no!". El tema es demasiado importante para que pueda ser abordado, y la CSCE est¨¢ pensada para una diplomacia de pasos lentos. Malta actu¨® de la misma manera en 1975 en Helsinki y en 1978 en Belgrado. Otros diplom¨¢ticos se resisten a creer que esta diminuta rep¨²blica, por s¨ª sola, sea capaz de obligarles a pasar el agosto en Madrid, y atribuyen esa responsabil¨ªdad a alguna superpotencia que actuar¨ªa en la sombra. En cualquier caso, Malta tiene que convivir con vecinos mediterr¨¢neos, a algunos de los cuales, Libia por ejemplo, le debe sonar muy bien la lecci¨®n de neutralidad que Saliba est¨¢ dando en Madrid.

Saliba, que tambi¨¦n es representante de su pa¨ªs en la ONU, se limita a decir que cumple instrucciones de su Gobierno y a reconocer que todos los dem¨¢s pa¨ªses le est¨¢n presionando para que cambie de posici¨®n.