Movimientos pacifistas
Desde hace ya algunos meses innumerables art¨ªculos, editoriales y columnas de su diario nos hablan insistentemente sobre los movimientos pacifistas. Son muchos los movimientos y organizaciones que surgen con pretensiones subversivas (esto es, trastocar en la medida en que ello sea posible el establecimiento y reparto actuales del poder, prestigio, influencias... ) y terminan manteniendo una relaci¨®n funcional con el poder. No es este el caso de los movimientos pacifistas europeos -occidentales que hoy conocemos: desde su origen estos movimientos no han hecho sino ocultar -reafirm¨¢ndolos- los diversos sistemas de opresi¨®n.Nunca se pens¨® que la simulaci¨®n de la guerra nuclear fuera a tener tan beneficiosas consecuencias y a tan corto plazo: mientras se dirigen las atenciones a la probabilidad de esa guerra, las torturas a ni?os, los golpes a mujeres, las matanzas de palestinos, el desprecio y vejaciones de ancianos, negros, locos e inmigrantes, es decir, el sistema de poder internacional, queda bajo el m¨¢s siniestro silencio. Porque, en efecto, estos movimientos se limitan a luchar por cierta paz occidental. A nadie importa lo que ocurra en el Tercer Mundo, como a nadie importa lo que ocurra en la tercera edad. El caso de Centroam¨¦rica es muy claro: a nadie ha importado lo que all¨ª ha ocurrido hasta hoy. Hoy que se teme la posibilidad de que ese conflicto involucre, por la intervenci¨®n de un tercero (?o un primero?), a las gentes pac¨ªficas occidentales.
Los movimientos espa?oles no se diferencian en nada: protestan en las costas gallegas por los bidones, mientras a muy pocos metros las matanzas de ballenas ti?en de rojo pat¨¦tico las aguas del mar. /
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