Una s¨®lida pel¨ªcula
Casi 40 a?os despu¨¦s de su estreno, y considerada desde entonces como obra maestra, la m¨ªtica Pasi¨®n de los fuertes, de John Ford, tiene que despertar hoy opiniones diversas, precisamente por la exigencia que tal fama conlleva. No creo que en ning¨²n caso se tra te de demostrar que los m¨¦ritos de la pel¨ªcula o de su director hayan sido inventados por cin¨¦filos incondicionales, m¨¢s atentos a sus lejanas emociones de infancia que a la contundencia de la pantalla.Pasi¨®n de los fuertes sigue siendo una s¨®lida pel¨ªcula en la que el g¨¦nero del oeste adquiere la curiosa perspectiva de la cotidianidad. Al no hacer excesivo hincapi¨¦ en la an¨¦cdota que narra, es el ambiente en que ¨¦sta se sit¨²a lo que adquiere protagonismo. La peque?a ciudad en que se mueven los personajes, y estos mismos, que cubren la gama habitual del g¨¦nero, fueron contemplados por Ford penetrando en el t¨®pico, humaniz¨¢ndolo, entendiendo aquella forma de vida, aquel pa¨ªs. Lo que puede discutirse es si tal profundizaci¨®n es hoy suficiente. Ya se?alaba Angel Fern¨¢ndez Santos en un documentado art¨ªculo (ver EL PA?S de 18 de junio) que John Ford no hab¨ªa querido respetar escrupulosamente la aut¨¦ntica historia de Wyatt Earp y Doc Holiday cuando se enfrentaron a la familia Clanton en O.K. Corral, en octubre de 1881. Ocultando la sordidez de los protagonistas, su vida dif¨ªcil en un medio hostil, Ford dimnific¨® su trayectoria convirti¨¦ndola incluso en mito o prolongando el mito arrastrado antes por la leyenda. El resultado de su Pasi¨®n de los fuertes re¨²ne as¨ª los motivos formales del western, enriqueci¨¦ndolos con una sabia y sensible planificaci¨®n, y bien ayudado por un excelente grupo de actores, entre los que destaca de forma admirable el entonces joven Henry Fonda.
'Pasi¨®n de los fuertes'
Director: John Ford. Gui¨®n: Engel, Winston Miller, sobre el libro de Stuart Lake. Fotograf¨ªa: Joseph MacDonald. M¨²sica: Cyril. Mockridge. Int¨¦rpretes: Henry Fonda, Linda Darnell, Victor Matul, Walter Brennan, Tim Holt. Oeste. Norteamericana, 1946. Local de estreno: Luchana 3.
Pero hoy, al menos yo, hubiera preferido que la pel¨ªcula de Ford se remitiera antes a la historia real que a las exigencias del g¨¦nero cinematogr¨¢fico al que pertenece. Es probable que cierta elementalidad que se cuela por entre las situaciones del filme (el esquem¨¢tico pasado de Doc Holiday, los feos rostros de los malos frente a la ordenada elegancia de los buenos, por ejemplo) hubieran dado paso a un mundo m¨¢s imaginativo y sin duda m¨¢s real de no forzar el juego dram¨¢tico que mantiene la pel¨ªcula en el ¨¢mbito id¨ªlico de los h¨¦roes literarios.
Claro que un mayor respeto por lo aut¨¦nticamente sucedido en O. K. Corral no conduce obligatoriamente a realizar una buena pel¨ªcula. Otras versiones cinematogr¨¢ficas se han inspirado en el mismo suceso e incluso alguna, como Duelo de titanes (1957), de John Sturges, con un planteamiento serio y plausible; mientras otras, como Duelo a muerte en O.K. Corral (1971), de Frank Perry, fracasaron a pesar de sus pretensiones o precisamente por el exceso de ¨¦stas. Es la po¨¦tica de John Ford la ¨²nica capaz de imprimir al relato el aire m¨ªtico y tierno de quien am¨® a aquellos h¨¦roes incluso en su distorsi¨®n.
Queda viva la pl¨¢stica de todo el filme, la composici¨®n de personajes y actores, la din¨¢mica del gui¨®n, la hermosa canci¨®n que da t¨ªtulo original al filme (My darling Clementine) y alg¨²n fragmento raro en el western como el del actor que recita a Shakespeare de poblado en poblado. Todo ello, con capacidad para seguir manteniendo el inter¨¦s de este cl¨¢sico, aunque s¨®lo sea un inter¨¦s hist¨®rico. Los m¨¢s devotos de la propia historia del cine encontrar¨¢n, seguramente, mayores valores y atractivos.
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