Un Chaikovski rescatado de la mediocridad
Orquesta Mundial de Juventudes Musicales Obras de Bemola, Falla y Chaikovski.Solista: Lluis Avenda?o. Director. Antoni Ros-Marb¨¢.
Teatro Campos El¨ªseos. Bilbao. 6 de agosto.
Con un estreno en Bilbao, coincidiendo con la celebraci¨®n en esta ciudad de la Asamblea Internacional de Juventudes Musicales, se abri¨® el concierto que pon¨ªa fin al ciclo de actuaciones que su orquesta ha venido ofreciendo por Catalu?a y el Pa¨ªs Vasco.
La sinfon¨ªa n¨²mero 2 de Carmelo Bernaola se ha interpretado as¨ª en presencia de su autor tres a?os despu¨¦s de que fuera estrenada con car¨¢cter absoluto en Madrid por la orquesta de RTVE. Obra de plena madurez, m¨¢s atenta al logro formal que a la b¨²squeda t¨ªmbrica, fue expuesta por Ros-Marb¨¢ con cuidadosa atenci¨®n al matiz y al acabado, algo que para muchos parece no existir cuando se trata de m¨²sica contempor¨¢nea. A ello hay que a?adir una respuesta fiel y precisa de la orquesta, de la que resulta imposible de olvidar la admirable ejecuci¨®n por parte de las violas, grupo instrumental sobre el que se sustentan el medular repetitivo, que constituye el tercer tiempo de la composici¨®n.
Un cebo f¨¢cil
Por no guardar excesiva dificultad, la Quinta sinfon¨ªa de Chaikovski se ha convertido en cebo f¨¢cil del que la mediocridad se sirve con frecuencia. Ser¨ªa interminable el recuento de las veces que hemos sido literalmente castigados con ella. Por eso cobra especial valor una versi¨®n como la ofrecida el s¨¢bado por Ros Marb¨¢: escrupulosa en el fraseo, de m¨¢xima amplitud en la din¨¢mica, entendida en profundidad y dominada en todos los sentidos. Capaz de revelar a¨²n novedades, consigui¨® con toda justicia enardecer al p¨²blico. Sobresalieron unos metales poderosos pero bien controlados, estent¨®reos cuando deb¨ªan, pero sin asomo de estridencia.El joven barcelon¨¦s Lluis Avenda?o fue int¨¦rprete seguro en el papel reservado al piano en las Noches en los jardines de Espa?a, que completaban el programa en la primera parte.
En suma, un notable ejemplo de una orquesta juvenil que suena asombrosamente bien, pese a lo peculiar de sus condiciones de funcionamiento y a lo fugaz de su duraci¨®n, y una lecci¨®n m¨¢s del valioso director catal¨¢n, incomprensiblemente ausente, por cierto, de las temporadas de conciertos bilba¨ªnas.
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