El Papa y Mitterrand ay entrevistan hoy cerca de Lourdes
ENVIADO ESPECIAL Juan Pablo II llega hoy por la tarde a Lourdes para iniciar una visita de 30 horas de duraci¨®n, que tanto el episcopado franc¨¦s como el propio Papa han calificado reiteradamente como religiosa y de peregrinaci¨®n. El ¨²nico momento que tendr¨¢ un cierto car¨¢cter pol¨ªtico ser¨¢ la entrevista con el presidente franc¨¦s, Fran?ois Mitterrand, poco despu¨¦s de su llegada al aeropuerto de Tarbes, que seg¨²n los observadores tiene m¨¢s bien un tono protocolario. En espera del Pont¨ªfice, las medidas de seguridad han sido reforzadas en efectivos y controles a ra¨ªz del atentado cometido en la madrugada del viernes.
Juan Pablo II llega hoy a Lourdes -es el primer Papa que lo hace- como peregrino, en el a?o en que se conmemora el 1252 aniversario del comienzo de las apariciones de la Virgen a Bemadette Soubirous y el 502 aniversario de la canonizaci¨®n de esta muchacha, hija de un molinero arruinado.
Como peregrino, el Papa cumplir¨¢ todo el ritual religioso tradicional de este santuario mariano. Quiso hacerlo en julio de 1981, pero se lo impidi¨® el grave atentado de que fue objeto el 13 de mayo en la plaza de San Pedro de Roma.
Tal atentado provoc¨® un reforzamiento de las medidas de seguridad en tomo a su persona en los viajes. Y Lourdes no ha sido una excepci¨®n. Los d¨ªas 14 y 15 se prohibir¨¢ la circulaci¨®n de veh¨ªculos privados en Lourdes, y entre esta ciudad y la de Tarbes donde se encuentra el aeropuerto. Los peregrinos, que por indicaci¨®n de los organizadores de la visita ante la duraci¨®n de los actos, deber¨¢n llevar paquetes con comida, paraguas para protegerse del sol o de la lluvia, ser¨¢n minuciosamente registrados.
Se quiere evitar sorpresas desagradables como la del viernes, cuando un rudimentario artefacto destroz¨® la estatua de Poncio Pilato, 500 kilos de bronce, disemin¨¢ndola en un radio de acci¨®n de 200 metros. Un desconocido grupo, se atribuy¨® la acci¨®n mediante un extravagante comunicado telef¨®nico en el que amenaza cometer "nuevas acciones antisotanas". Tres j¨®venes, presuntos auores del atentado, fueron detenidos ayer en el sur de Francia.
"Mire usted a su alrededor y apenas ver¨¢ sotanas, los curas ya no las llevan" manifest¨® ayer a este enviado uno de los comisarios que velan por la seguridad en el santuario durante la visita papal.
El polic¨ªa dijo que no hab¨ªa nada nuevo en la investigaci¨®n del caso, pero reconoci¨® que hab¨ªan sido reforzadas las medidas de seguridad y control (visibles ya ayer por la tarde en los accesos a Lourdes, 24 horas antes de la llegada de Juan Pablo II). "Esto es todo lo que puedo decirle", concluy¨®. A los 3.600 hombres se sumaron ayer otros 200 m¨¢s pertenecientes a las Compa?¨ªas Republicanas de Seguridad (CRS, antidisturbios).
El atentado contra la estatua de Poncio Pilato -"una significativa advertencia", se?alan algunos-, que forma parte del conjunto de la primera estaci¨®n del viacrucis, parece dar la raz¨®n a los responsables de la polic¨ªa encargados "de que el Papa, que adem¨¢s de peregrino es un jefe de Estado, vuelva a Roma tan sano como ha venido".
?stos, desde el principio consideraron que el despliegue policial pod¨ªa desalentar la llegada de peregrinos. Hace una semana barajaban cifras cercanas a las 400.000 personas en lo que se refiere a la asistencia a las grandes concentraciones ante el Papa. "Si hay menos de 250.000, esto supondr¨¢ un aut¨¦ntico atentado contra Juan Pablo II", dijo el 8 de agosto Joseph Bordes, rector del santuario.
Tras la explosi¨®n, es aventurado prever la asistencia. Algunas personas, han abandonado los hoteles y se han marchado de la zona. El padre Bordes ha querido atajar esa deserci¨®n y ha intentado alentar la asistencia de fieles: "Cualquier atentado es una cobard¨ªa, espero que ahora venga a¨²n m¨¢s gente, ya que ser¨ªa cobarde ceder ante talacto de disuasi¨®n".
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