?A qu¨¦ golpe se refiere?
Cuando el cine norteamericano de alta producci¨®n parece estar encasillado en repetir sus viejos ¨¦xitos (Psicosis II Viernes 13 III, En busca del arca perdida II, Superman III, Porkys II Tibur¨®n III, saga de las galaxias III, El corcel negro II Damien III ... ) parece raro que una pel¨ªcula que nada tiene que ver con su precedente herede el mismo t¨ªtulo. El golpe II no se relaciona con la excelente pel¨ªcula de George Roy Hill que interpretaron Paul Newman y Robert Redford. Ninguno de esos nombres se repite ahora, ni los personajes responden a las caracter¨ªsticas de los anteriores.Se trata, s¨ª, como la otra, de la historia de un timo ambientada en los a?os treinta y en la que el pescador resulta pescado. Salvo esa m¨ªnima coincidencia, com¨²n tambi¨¦n a muchas otras pel¨ªculas tanto o m¨¢s conocidas que El golpe, se trata de un filme nuevo y distinto. Y peor.
El golpe II
Director: Jeremy Paul Kagan. Gui¨®n: David S. Ward. M¨²sica: Lalo Schifrin. Productor: Jennings Lang. Director: Jeremy Paul Kagan. Int¨¦rpretes: Jackie Gleason, Mack Davis, Karl Malden, Oliver Reed.Locales de estreno: Conde Duque y Fantasio.
Hay una correcta ambientaci¨®n y un excelente trabaj¨® de todo el reparto, en el que especialmente destacan Jackie Gleason y Karl Malden, pero esa impecabilidad mata en este caso las posibles burbujas que la pel¨ªcula ten¨ªa. El filme es chato, sin inventos, sin gracia, aunque durante m¨¢s de hora y mediasie pretenda una historia de humor. La peque?a banda de delincuentes que, perseguidos por un mat¨®n, tratan a su vez de enga?ar a un potentado, asegur¨¢ndole que un boxeador inepto es genial, est¨¢ descrita sin relieve, colocando ante ella una c¨¢mara de corcho que ahorra cualquier sonido, cualquier s¨ªntoma de vida.
No hay, sin embargo, otros grandes reproches que hacer a este Golpe II que est¨¢ discretamente realizado y cumple su misi¨®n de ofrecer entretenimiento sin abusar de la amabilidad del espectador, salvo en lo que se refiere a la picard¨ªa del t¨ªtulo. Puede incluso divertir a algunos, pero dificilmente apasionarles.
Esa esterilidad creativa del actual cine de Hollywood o Nueva York no se refiere s¨®lo a la creaci¨®n de nuevas pel¨ªculas, sino que se prolonga a la reproducci¨®n de las viejas. Aquellos tiempos en que la industria del cine norteamericano superaba en su tono medio, la de cualquier otro pa¨ªs han pasado a mejor vida. Una racha de mediocridad parece dominar a los j¨®venes directores de aquel pa¨ªs.
Babelia
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