Julio Iglesias

Por si sirven de algo, estas l¨ªneas son para pedir a Julio Iglesias que una vez hecho el agosto en nuestras tierras no se nos vuelva a Miami a hacer las Am¨¦ricas, sumi¨¦ndonos de nuevo en el dolor de la ausencia. Muchos sabemos de su espa?olidad, de c¨®mo hace patria allende mares y fronteras, transforma d¨®lares en pesetas, invierte en su pa¨ªs y paga religiosamente a su hacienda p¨²blica. Tambi¨¦n recordamos con alivio el feliz desenlace del secuestro de su se?or padre, gracias a las Fuerzas de Seguridad espa?olas, aunque ya con filial obligaci¨®n hab¨ªa dispuesto el pago de no pocos cientos de millones de pelas. Libre el doctor sin pagar un duro y muda la familia, se les abri¨® la boca all¨¢, en Miami, ante micr¨®fonos y c¨¢maras que llenan la andorga en d¨®lares y proporcionan una publicidad m¨¢s amplia. Y por entonces creemos recordar la promesa de una fundaci¨®n, pensando en los huerfanos de esos hombres que pierden la vida en defender la libertad. ciudadana (doctores incluidos). Sabemos de su buen coraz¨®n., como bien demostr¨®, destinando a instituciones p¨ªas los 10 milloncejos de su primera gala por estos andurriales. El ¨²nico temor que albergo es que salga a su pap¨¢ en lo olvidadizo (no reconoci¨® recientemente a sus secuestradores) y no recuerde promesas que van quedando en la herrumbre del tiempo. Propalan las malas lenguas que no es amnesia, sino canguelo (?qu¨¦ tonter¨ªa en un valiente patriota como ¨¦l!). ?l que guarda la vi?a y los millones... /