Un nuevo 'papa negro' para suceder a Arrupe
Juan Pablo II, que impidi¨®' la celebraci¨®n de la congregaci¨®n general de los jesuitas hace dos a?os, presidir¨¢ el pr¨®ximo viernes su apertura
La Casa Generalicia de los jesuitas, donde los m¨¢s de 200 delegados de todo el mundo se reunir¨¢n para elegir con voto secreto al nuevo sucesor de san Ignacio, est¨¢ a dos pasos del Vaticano. Desde las terrazas se pueden ver los jardines colgantes hechos para el papa Pablo IV, que amaba mucho su intimidad. Y dicen que precisamente porque el Papa se dio cuenta que le pod¨ªan observar los hijos de san Ignacio, nunca los utiliz¨®.Esta congregaci¨®n general, convocada para buscar un sucesor al enfermo Pedro Arrupe, ¨²ltimo prop¨®sito general de la compa?¨ªa, es la 33? desde los or¨ªgenes de la fundaci¨®n jesu¨ªtica. Y en torno a ella existe mucha expectaci¨®n, incluso en la opini¨®n p¨²blica mundial, y eso por dos razones:
1. Porque los jesuitas siguen siendo, a pesar de haber disminuido en 10.000 sus miembros en los ¨²ltimos a?os, la fuerza religiosa con m¨¢s influjo en la Iglesia cat¨®lica, sobre todo en el campo intelectual. Actualmente, en el mundo, los hijos de san Ignacio son 26.398, mientras en 1965 eran 36.038. El baj¨®n se ha debido no s¨®lo a las defecciones que se produjeron despu¨¦s del vendaval de secularizaci¨®n del Concilio, sino tambi¨¦n al hecho de que las defunciones no han sido colmadas con nuevas vocaciones.
2. Porque es conocido que existe una fuerte tensi¨®n entre el Vaticano (y concretamente el papa Karol Wojtyla) y la Compa?¨ªa d¨¦ Jes¨²s (y concretamente el padre Arrupe). La tensi¨®n lleg¨® al colmo en 1980, hasta el punto de que el prep¨®sito general hab¨ªa anunciado su deseo de convocar la, congregaci¨®n general para presentar su dimisi¨®n.
Elegido hasta la muerte
En realidad, el prep¨®sito general de los jesuitas es el ¨²nico superior general que, como el Papa, es elegido hasta su muerte. Por eso se le llama el papa negro. Pero en la ¨²ltima congregaci¨®n general que puso al vasco Arrupe al frente de la compa?¨ªa se hab¨ªa decidido que en el futuro, en caso de grave necesidad, el prep¨®sito podr¨ªa presentar su dimisi¨®n.
Pero la iniciativa de Arrupe fue bloqueada por el mismo Vaticano. Se tem¨ªa, seg¨²n muchos observadores, que en aquel momento los jesuitas que hubieran sido los electores del sucesor de Arrupe habr¨ªan sido masivamente de su cuerda y que, sabiendo los motivos por los que se retiraba Arrupe, con mayor raz¨®n habr¨ªan elegido otro superior general poco grato al Vaticano.
As¨ª, en 1981, estando el Papa hospitalizado en el policl¨ªnico Gemelli de Roma, tras la operaci¨®n sufrida como consecuencia del atentado en la plaza de San Pedro, la Santa Sede, con una carta personal de Juan Pablo II, retir¨® pr¨¢cticamente a Arrupe de la circulaci¨®n, cuando se encontraba v¨ªctima de una trombosis cerebral que le imped¨ªa seguir al frente de la compa?¨ªa.
Pero mientras el consejo general, seg¨²n los reglamentos jesu¨ªticos, hab¨ªa nombrado, para sustituir temporalmente a Arrupe, al consejero general, el norteamericano Vincent O'Keefe, con fama de progresista, el Papa tom¨® una decisi¨®n muy grave y personal, nombrando ¨¦l mismo un delegado apost¨®lico para regir la compa?¨ªa y prepararla para la sucesi¨®n de Arrupe. Se trat¨® del anciano profesor de la Gregoriana, el italiano Paolo Dezza, a quien por su edad avanzada, le nombr¨® como vicario a otro italiano, m¨¢s joven, el sardo Giuseppe Pittau, ambos con fama de haber sido adversarios ideol¨®gicos del enfermo Arrupe.
Pero en estos dos a?os parece ser que las cosas han cambiado no poco. Y que se ha llegado a la elecci¨®n del nuevo general en un clima que m¨¢s bien irrita a los ultraconservadores, que se encuentran en neta minor¨ªa.
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