El primado de Polonia, Jozef Glemp, endurece su postura frente a las autoridades comunistas
El serm¨®n del primado polaco, cardenal Jozef Glemp, el pasado domingo en Czestochowa, con ocasi¨®n de la fiesta de acci¨®n de gracias por la cosecha, supone la confirmaci¨®n de una l¨ªnea de mayor dureza ante las autoridades polacas, que ya se hab¨ªa manifestado en la declaraci¨®n de la Conferencia Episcopal del pasado 26 de agosto.
Glemp disip¨® las dudas sobre la posici¨®n de la Iglesia polaca ante el r¨¦gimen despu¨¦s de la visita del Papa. La convalecencia del primado, tras su operaci¨®n de ves¨ªcula, le hab¨ªa impedido estar presente en la 195 Conferencia Episcopal, el pasado 25 de agosto en Jasna Gora. Se dijo entonces que la declaraci¨®n del Episcopado hab¨ªa sido posible por la ausencia de Glemp, que siempre se hab¨ªa manifestado partidario de una l¨ªnea conciliadora con el r¨¦gimen.La reaparici¨®n de Glemp y el tono de sus palabras en, la misa del pasado domingo demuestra que la l¨ªnea de dureza, marcada por la Conferencia Episcopal, es unitaria y apoyada por el primado y probablemente viene marcada desde Roma por el Papa polaco. El primado no nombr¨® al sindicato prohibido Solidaridad y a su dirigente, Lech Walesa, pero las palabras de Glemp fueron absolutamente claras y hasta entr¨® en una valoraci¨®n cr¨ªtica de la reuni¨®n del astillero en Gdansk con el viceprimer ministro, Mieczyslaw Rakowski.
Glemp habl¨® en Czestochowa sobre los acuerdos de agosto de 1980 y dijo que "el principio primordial fue que no hab¨ªa vencedores ni vencidos. Despu¨¦s de tres a?os, s¨®lo se oye la voz de los vencedores, y a los vencidos se les concede s¨®lo la defensa propia".
El primado a?adi¨® -una clara referencia al encuentro con Rakowski en Gdansk- que "si dicen algo, se les pone en rid¨ªculo. ?C¨®mo puede un obrero competir con un polemista profesional?", y dijo que ¨¦ste era el motivo de las reacciones desagradables y de los silbidos. Glemp se refiri¨® as¨ª a los abucheos con que los obreros del astillero Lenin acompa?aron la intervenci¨®n de Rakowski.
En las palabras de Glemp se advierte la constataci¨®n de la derrota sufrida por los obreros polacos y sale en defensa de Walesa en un tono paternalista -el obrero ante el polemista-, que probablemente no har¨¢ completamente feliz ni a Walesa ni a los sectores m¨¢s combativos de Solidaridad. Glemp, sin embargo, se enfrenta abiertamente con el r¨¦gimen, algo que se hab¨ªa echado de menos en sus intervenciones durante los meses de vigencia de la ley. marcial. Los obispos polacos y Glemp no hacen m¨¢s que seguir la l¨ªnea marcada por Carol Wojtyla en su visita a Polonia el pasado mes de junio: compromiso t¨¢ctico con el poder para salvaguardar el orden, pero enfrentamiento ideol¨®gico.
La Iglesia se anticipa ante una posible ofensiva del r¨¦gimen como si hubiese advertido el peligro contenido en las cr¨ªticas lanza das desde Mosc¨² por el portavo del Kremlin, Le¨®nidas Zamiatin.
En algunas publicaciones de partido comunista polaco se hab¨ªa escrito recientemente contra "los comunistas apegados a la sotana y los ojos dirigidos hacia el altar". Hay sectores del poder que consi deran la visita del Papa una derro ta ideol¨®gica. Glemp y los obispos se anticipan a los que intentan enfrentarse con la Iglesia y ense?an al r¨¦gimen su propia musculatura.
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