La guerra de la bandera
Cinco traineras reviven hoy en San Sebasti¨¢n la captura de una ballena en 1901
Un d¨ªa de 1901, a las nueve de la ma?ana, una ballena apareci¨® en la barra del pueblo de Orio, seg¨²n cantaba con un bertsolari an¨®nimo oriotarra. El bertsolari describ¨ªa, con admirable realismo, los desesperados giros que sobre s¨ª mismo daba el cet¨¢ceo para despojarse de los piojos que le atosigaban. Los marineros del lugar botaron cinco traineras, y rodearon arponearon a la ballena entre los aplausos y los vivas de los vecinos. Ni los terribles y formidables gritos de la ballena hab¨ªan sido capaces de amedrentar a aquellos pescadores, que iban dirigidos, seg¨²n nos refleja tambi¨¦n el an¨®nimo cantor, por Loidi, Uranga, Atxaga, Manterola y Manuel Olaizola, patr¨®n de patrones.Tambi¨¦n en 1901, el 1 de septiembre, el propio Manuel Olaizola, con otros 13 hombres seleccionados de entre aquellos balleneros, consigui¨® para Orio la primera de las 23 banderas en la regata de La Concha de San Sebasti¨¢n. Queda claro que antes de esa fecha hab¨ªa habido regatas de traineras y que ¨¦sta tampoco fue la ¨²ltima de las ballenas pescadas en las costas cant¨¢bricas; pero s¨ª que el a?o uno de? siglo XX marca el engarce entre la historia eterna y la contempor¨¢nea de las regatas de traineras.
GORKA REIZ?BAL, San Sebasti¨¢n
TRIVES,
Los dos primeros domingos de septiembre son, desde hace m¨¢s de un siglo y despu¨¦s de ciertos balbuceos, la cita cumbre para las traineras de todo el litoral cant¨¢brico. Es la olimpiada del remo de banco fijo, como se reconoce por todos, sean vizca¨ªnos, asturianos, c¨¢ntabros, gallegos o guipuzcoanos. Las 550.000 pesetas que acompa?an a la tripulaci¨®n vencedora es s¨®lo un detalle. Lo cuenta es la bandera, la bandera blanca con extremo azul, de San Sebasti¨¢n, s¨ªmbolo del mito de la ballena. Bandera que durante algunos largos a?os se visti¨® de rojo y gualda para que el dictador, asiduo a Donostia y sus regatas, la entregara desde la cubierta del yate Azor, o de rojo, gualda y violeta en los a?os de la Segunda Rep¨²blica (ganadas todas ellas por Pasajes de San Pedro).
Las embarcaciones de pesca del siglo XVI llevaban un n¨²mero de tripulantes aproximadamente igual al de las actuales traineras de competici¨®n. La trainera viene a ser una embarcaci¨®n veloz, incluso en detrimento de la seguridad, con las caracter¨ªsticas de la pesca que realizaba. La anchoa y la sardina se pescaban con unas redes llamadas trainas, de mano muy cerrada. Localizado el banco y lanzada la red por la borda, era preciso, para encerrar a los peces, dar una vuelta rapid¨ªsima para evitar que escaparan.
Una isla para el mejor
22 de julio de 1719. Las villas vizca¨ªnas de Bermeo y Mundalca sal¨ªan a pelea diaria para quedarse con la islita de ?zaro. Los dos pueblos decidieron acabar con sus reyertas y jugarse la isla a una regata de traineras. Gan¨® Bermeo y se qued¨® con la isla, hasta hoy. El rito se repite anualmente en la misma fecha, festividad de Santa Mar¨ªa Magdalena.
Pero el primer palmar¨¦s fiable de la bandera de San Sebasti¨¢n se inicia en 1890. En ese a?o, Luis Carril y otros trece donostiarras, la mayor¨ªa de los cuales perecieron dos a?os despu¨¦s en las mismas aguas cuando pescaban en una trainera, batieron en gran desaf¨ªo a Ond¨¢rroa. Los de Carril se entrenaban diariamente, durante dos meses, remando seis millas en mar abierto. Al terminar la cena que les ofrec¨ªa una sociedad popular, cada remero recib¨ªa un duro.
Conviene se?alar la diferencia entre la anacr¨®nica trainera y los outrigger ol¨ªmpicos de Oxford y Cambridge, por poner el ejemplo m¨¢s conocido. La primera, y fundamental, est¨¢ en la modalidad del asiento. La trainera tiene el banco fijo, y as¨ª se conoce gen¨¦ricamente la modalidad que recoge tambi¨¦n ab¨¢teles y trainerillas. El outrigger y todas las embarcaciones ol¨ªmpicas lo tiene m¨®vil (el asiento se desliza a trav¨¦s de unos rieles), lo que favorece la propulsi¨®n.
Banco fijo, banco m¨®vil
En la trainera van 13 remeros y un patr¨®n, cuyo papel es fundamental, ya que la prueba es en mar abierto y con ciaboga (la mitad c¨ªan, reman al rev¨¦s o sea hacia atr¨¢s, y la otra mitad bogan, reman hacia delante). El patr¨®n va atr¨¢s, y el aurreko, el contrapatr¨®n, frena la embarcaci¨®n. El patr¨®n dirige la maniobra, busca el trayecto m¨¢s apropiado, seg¨²n las corrientes, y aprovecha al m¨¢ximo el impulso de las olas, las empopadas.
Una rainera tiene 12 metros de eslora y debe pesar m¨¢s de 200 kilos, para que cumpla el reglamento. El ocho llega hasta los 17 o 19 metros y nunca pasa de 120 kilos. Las regatas ol¨ªmpicas se celebran en aguas tranquilas y en trayectos ectil¨ªneos. Las traineras, en aguas abiertas y con giros y ciabogas.
El resultado final es que los ocho remeros brit¨¢nicos apenas tardan 18 minutos para recorrer 4,5 millas y los catorce remeros del Cant¨¢brico precisan casi 21 minutos para cubrir tres millas. Sin embargo, banco fijo y m¨®vil no son incompatibles. La llegada del remo ol¨ªmpico se implant¨® con fuerza a finales de los sesenta, con Orio como uno de los pioneros. En esos a?os, una tripulaci¨®n del club de remo de Oxford lleg¨® hasta la r¨ªa de Orio para competir en un ocho contra los bogadores locales. En una ocasi¨®n ganaron los locales, en otra Oxford y en la tercera, en la r¨ªa del Nervi¨®n, se hundieron todos.
La llegada del remo ol¨ªmpico sirvi¨® para elevar el nivel del remo y para racionalizar las t¨¦cnicas de entrenamiento. Las irrupciones espectaculares de Santurce y Kaiku no ser¨ªan explicables de otra forma. Mientras en La Concha las regatas no llegaban a celebrarse el pasado domingo, varios remeros vascos del equipo espa?ol obten¨ªan oro en los mundiales de Duisburgo, aunque en los pesos ligeros, una competici¨®n B, que s¨®lo reparte, por ahora, t¨ªtulos mundiales oficiosos.
Altuna, de Fuenterrab¨ªa, obtuvo en Duisburgo medalla de oro en cuatro sin timonel; del ocho con timonel triunfador en el mundial alem¨¢n, Roj¨ª y Llorente remaron con Santurce, Crespo con Kaiku, Elizalde con Orio y G¨¦nova con Arraun-Lagunak de San Sebasti¨¢n. Lasurtegui y Oyarz¨¢bal de Pasajes de San Juan, ir¨¢n a los Juegos de Los ?ngeles, porque fueron sextos en dos sin timonel de la categor¨ªa absoluta.
La competici¨®n de pesos ligeros se ha inventado para los remeros de poco peso corporal, que puedan componer barcos con una media m¨¢xima de 70 kilos, es decir, que en un doble scull, por ejemplo, dos remeros con dos remos (o un outrigger, con o sin timonel, cada remero con un remo), uno puede pesar 73, pero el otro 67, necesariamente, como l¨ªmite. Es algo parecido a aquel Mundial de baloncesto para bajitos, jugadores de menos de 1,80 metros de estatura, que fracas¨® a los pocos a?os.
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