La crisis y el pacto social

El ¨²ltimo pacto social, el Acuerdo Interconfederal, negociado entre patronal y sindicatos, vino a continuar una pol¨ªtica de concertaci¨®n iniciada en 1977 con los Pactos de la Moncloa. A diferencia del Acuerdo Nacional sobre Empleo (ANE), el Gobierno no quiso aparecer como garante del compromiso, a pesar de que su influencia estuvo pesando a lo largo de las negociaciones. El nuevo Gabinete mostr¨® un especial inter¨¦s por no interferir en un campo que en aquellos momentos juzgaba de exclusiva competencia de las fuerzas sociales.El ANE fue la culminaci¨®n de una pol¨ªtica, hasta entonces in¨¦dita en nuestro pa¨ªs, de concertaci¨®n entre las fuerzas sociales y el Gobierno, que en la ¨²ltima legislatura de UCD ven¨ªa a a?adirse, en materia laboral, a la promulgaci¨®n del Estatuto de los Trabajadores y la ley B¨¢sica de Empleo. ?l Acuerdo Marco Interconfederal (AMI), firmado por UGT y la Confederaci¨®n Espa?ola de Organizaciones Empresariales (CEOE), supuso la consolidaci¨®n del sindicato socialista, que consigui¨® imponer los criterios pactados en la negociaci¨®n colectiva durante dos a?os, en detrimento de CC OO, que eligi¨® quedarse al margen.

Con el ANE, suscrito el 5 de junio de 1981, CC OO y UGT consiguieron, a cambio de la moderaci¨®n salarial, su reconocimiento pleno como interlocutores v¨¢lidos, mayor consolidaci¨®n y un protagonismo institucional del que hasta entonces carec¨ªan. Por primera vez, los sindicatos plantearon como objetivo prioritario, por encima de las reivindicaciones puramente salariales, la pol¨ªtica de empleo y la solidaridad con los trabajadores en paro.

Con la instauraci¨®n de la democracia, los sindicatos recobraron su papel de interlocutores v¨¢lidos en los temas econ¨®micos y salariales. Desde entonces, y a lo largo de los ¨²ltimos seis a?os, la negociaci¨®n colectiva ha sido fruto de interlocuci¨®n y, casi siempre, del acuerdo. Los Pactos de la Moncloa, firmados el 25 do octubre de 1977, constituyeron un compromiso conjunto -en el que participaron las fuerzas pol¨ªticas- para dar una salida a la crisis.

El tope m¨¢ximo de la subida salarial fue fijado en el 22%. Este acuerdo amplio no tuvo continuidad y el Gobierno dict¨® para 1979 un decreto-ley que establec¨ªa una banda salarial del 11%-14%, dentro de unas previsiones de inflaci¨®n del 10%, aunque finalizado el a?o ¨¦sta se situ¨® en el 15,6%.

UGT y CEOE iniciaron el "abandono del intervencionismo de la Administraci¨®n" en materia de negociaci¨®n colectiva, en un intento de incorporarse a la pr¨¢ctica habitual en la mayor¨ªa de los pa¨ªses de Europa occidental. Fruto de este acuerdo fue la firma, el 5 de enero de 1980, del AMI, en el que se recog¨ªa una subida salarial entre un m¨ªnimo del 13% y un m¨¢ximno del 16%, aparte de incrementos de productividad y condiciones especiales en el caso de empresas en crisis. El pacto fue prorrogado para 1981, con una banda comprendida entre el 11% y el 15%. La inflaci¨®n fue en 1980 del 15,2% y del 14,4% en 1981.

El a?o pasado, ya con el ANE, el ¨ªndice de precios al consumo subi¨® un 14%, mientras la negociaci¨®n de las alzas salariales se movi¨® entre los l¨ªmites del 9% y el 11%. La t¨®nica de moderaci¨®n en los aumentos salariales como principal cauce para contener la inflaci¨®n volvi¨® a repetirse este a?o. Centrales y patronal suscribieron en el Acuerdo Interconfederal el compromiso de incrementar los salarios entre el 9,5% y el 12,5%, mientras que las previsiones de subida de precios son del 12%.