La negociaci¨®n colectiva de 1984, condicionada por el papel de los sindicatos en el programa econ¨®mico del Gobierno
Gobierno, patronal y sindicatos reanudan ma?ana los contactos de cara a discutir el Programa econ¨®mico del Gobierno a medio plazo (1984-1986). De los resultados de las negociaciones depender¨¢ que existan o no posibilidades de concertaci¨®n social en los pr¨®ximos a?os y, con car¨¢cter m¨¢s inmediato, el tipo de negociaci¨®n colectiva que se llevar¨¢ a cabo en 1984. En la reuni¨®n es previsible que se trate la incidencia que en este aspecto tendr¨¢n determinadas partidas de los Presupuestos del Estado que el Gobierno tiene previsto cerrar en su reuni¨®n del pr¨®ximo mi¨¦rcoles.
El anuncio realizado anteayer en Santander por el ministro de Trabajo, Joaqu¨ªn Almunia, de que el Gobierno no ten¨ªa intenci¨®n de negociar los Presupuestos del Estado para 1984 con los agentes sociales parece reducir las posibilidades de acuerdo. Si la voluntad del Ejecutivo, siguiendo la argumentaci¨®n del ministro, es aprobar en el Consejo de Ministros del pr¨®ximo mi¨¦rcoles los Presupuestos del Estado para 1984, los l¨ªmites se ven tambi¨¦n reducidos en el tiempo.Precisamente ayer se reuni¨® el Gobierno en el palacio de la Moncloa, presidido por Felipe Gonz¨¢lez, para ultimar los Presupuestos de 1984. La sesi¨®n, que no tuvo car¨¢cter oficial, fue similar a la celebrada el s¨¢bado de la pasada semana, y es la ¨²ltima que celebra el Gabinete antes del Consejo de Ministros del mi¨¦rcoles pr¨®ximo donde, previsiblemente, ser¨¢n aprobados los Presupuestos.
Los planteamientos de UGT de agotar todas las v¨ªas para la consecuci¨®n del pacto social chocan con la firmeza del Ejecutivo de dejar pr¨¢cticamente al margen los contenidos de su pol¨ªtica econ¨®mica para 1984, aun reconociendo que en determinados aspectos, como fomento de empleo, cobertura de paro y pensiones, las fuerzas sociales tienen mucho que decir.
La gravedad de la crisis ha llevado al Gobierno socialista a elaborar un programa a medio plazo para sanear la econom¨ªa espa?ola y adecuarla para auparse con prontitud al carro de la reactivaci¨®n que comienza a apuntarse en algunos pa¨ªses occidentales. El plan inicial, concebido para cuatro a?os, por imperativos de tiempo ha quedado reducido a tres (19134-86), y su denominaci¨®n ha tenido que adecuarse al la del programa por no haberse materializado a¨²n el Consejo Econ¨®mico y Social, organismo al que, seg¨²n. la Constituci¨®n, corresponde la planificaci¨®n en los campos de su competencia.
Escaso margen de maniobra
El escaso margen de maniobra que la delicada situaci¨®n de la econom¨ªa espa?ola impone se reduce a¨²n m¨¢s por la elaboraci¨®n de los Presupuestos Generales del Estado para 1984 fuera del ¨¢mbito del programa a medio plazo. Las centrales coinciden en que sus puntos de vista deben ser tenidos en cuenta, puesto que los pr¨®ximos Presupuestos van a regir las directrices econ¨®micas de uno de los tramos de la concertaci¨®n. Los sindicatos, en especial CC OO, se resisten a negociar un pacto social -y el correspondiente sacrificio salarial para los trabajadores- en el que no pueden negociar las medidas que se van a poner en pr¨¢ctica el primer a?o, el m¨¢s duro a la hora de convencer a sus bases de la necesidad de esa pol¨ªtica. Esta pretensi¨®n se contrapone a la postura del Ejecutivo, que no quiere ver hipotecado el dise?o de su actuaci¨®n para el pr¨®ximo a?o, m¨¢xime cuando est¨¢ condicionado por la necesidad de contener el d¨¦ficit p¨²blico y la falta de recursos para ampliar los gastos asistenciales en la medida de las exigencias sindicales.La concertaci¨®n social, sobre todo en lo que se refiere a 1984, se presenta en un contexto muy diferente al que permiti¨® el Acuerdo Nacional sobre Empleo -¨²nica y primera vez que en nuestro pa¨ªs se alcanzaba un compromiso de negociaci¨®n colectiva con la participaci¨®n directa del Gobierno-, y tambi¨¦n al que hizo posible el Acuerdo Interconfederal 1983. La normativa sobre la aplicaci¨®n de la jornada de 40 horas semanales ha enturbiado las relaciones entre el Gobierno y los sindicatos. Sin embargo, subyace en patronal y centrales la necesidad de llegar a un acuerdo, lo que les hace coincidir objetivamente con las aspiraciones del Gobierno.
Aunque las posibilidades de lograr una concertaci¨®n sobre el programa econ¨®mico del Gobierno a medio plazo contin¨²an abiertas, el acuerdo sobre la negociaci¨®n colectiva en 1984 se presenta mucho m¨¢s dif¨ªcil. CC OO ya ha anunciado una campa?a de movilizaciones para oponerse a las medidas anunciadas por el Ejecutivo en materia laboral (jornada, flexibilizaci¨®n del mercado de trabajo, pensiones, etc¨¦tera), calificadas como regresivas. Y UGT exige una amplia cobertura social que compense los sacrificios exigidos a los trabajadores.
Negociar con la CEOE cuando la mayor¨ªa de las contrapartidas sindicales no dependen de la patronal, supone ofrecerle unas ventajas a?adidas, justificadas en la cr¨ªtica situaci¨®n del sector empresarial, sin que est¨¦ obligada a grandes compensaciones. Fuentes de UGT se?alaron, sin embargo, que la patronal a¨²n puede presentar en la mesa ofertas atractivas, como reducci¨®n de jornada, compromisos de inversi¨®n y empleo, limitaci¨®n de las horas extraordinarias, garant¨ªas sindicales... El beneficio social es la principal compensaci¨®n que los sindicatos pueden obtener de la inevitable limitaci¨®n salarial.
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