El Fondo de Garant¨ªa de Dep¨®sitos administrar¨¢ la practica totalidad de empresas del grupo Banca Catalana
El Fondo de Garant¨ªa de Dep¨®sitos en Establecimientos Bancarios (FGD) administrar¨¢ la pr¨¢ctica totalidad de las empresas hasta ahora dependientes del grupo Banca Catalana. A esta decisi¨®n se lleg¨® el pasado 20 de agosto, en aplicaci¨®n del protocolo firmado por el FGD con el pool bancario propietario de Catalana en fecha 20 de junio. Banca Catalana, cuya gesti¨®n fue encomendada por el grupo de bancos al Banco de Vizcaya, mantiene en su seno un reducido n¨²mero de empresas o participaciones de empresas de tipo financiero. El principal problema que deber¨¢n afrontar bastantes de las sociedades que fueron del grupo estriba, a partir de ahora, en la diversificaci¨®n de sus fuentes de financiaci¨®n.
La empresa que permanece bajo entera propiedad del grupo bancario es Catalana de Cobros y Factoring. Las otras participaciones que Catalana retiene son las de la sociedadd mediadora en el mercado del dinero Saitori, la aseguradora CESCE, la sociedad de garant¨ªas rec¨ªprocas Centro de Avales de la Metalurgia Catalana, Transportes Blindados, Corporaci¨®n T¨¦cnica Bancaria, Sindicato de Banqueros, Visa, y Corporaci¨®n Bancaria. Banca Catalana ha optado as¨ª por conservar ¨²nicamente aquellas firmas que puedan serle de utilidad como complemento de su actividad bancaria t¨ªpica, desechando el grueso de participaciones industriales que constitu¨ªa hist¨®ricamente el grueso de la cartera de valores del grupo. Seg¨²n el protocolo del 20 de junio pasado, por el que el Fondo de Garant¨ªa de Dep¨®sitos formaliz¨® la venta de Banca Catalana y sus filiales al pool formado por la gran banca espa?ola y el grupo de los bancos medianos, el Fondo se compromet¨ªa a adquirir todos los activos industriales del grupo, por un importe de 8.575 millones de pesetas. Los nuevos propietarios de Banca Catalana conservaban, sin embargo, durante dos meses, la opci¨®n de mantener en su cartera las acciones de aquellas sociedades que consideraran oportuno.La decisi¨®n de Catalana de conservar solamente aquellas compa?¨ªas o participaciones que desarrollan actividades financieras implica, pues, que el FGD aumenta su cartera de activos, lo que hace m¨¢s compleja la gesti¨®n de los mismos. Desde un punto de vista operativo, los directivos del Fondo han dividido las empresas que estaban en la ¨®rbita del grupo Catalana en cuatro tipos, seg¨²n las exigencias de seguimiento y control que requieren cada una de ellas.
Cuatro grupos
Un primer grupo de empresas es aquel que, por su participaci¨®n mayoritaria, por su implantaci¨®n geogr¨¢fica o por sus especiales condicionamientos financieros, requieren una atenci¨®n y control desde Barcelona. Se incluye en este grupo las textiles Brilen y Nurel (sobre las que meses atr¨¢s se plane¨® un proceso de fusi¨®n) y Montefibre (con f¨¢brica radicada en Burgos), en la que el Fondo ostenta una participaci¨®n minoritaria junto a la multinacional italiana del mismo nombre. Otras empresas, como la cadena de almacenes Europrix, tambi¨¦n forman parte de esta remesa.
Un segundo grupo queda constituido por aquel tipo de empresas en el que generalmente Banca Catalana -y ahora su sucesor, el Fondo- ostentaba una particicipaci¨®n accionarial importante si bien minoritaria, responsabilidad generalmente acompa?ada de un significativo apoyo crediticio. Se trata de grandes empresas como el grupo sider¨²rgico Torras Herrer¨ªa; el grupo de electrodom¨¦sticos de la l¨ªnea blanca Corber¨®; la empresa de maquinaria Pignone; La Farga Casanova; Aiscondel y la naviera Marasia. El ejercicio del poder accionarial que sobre ellas ostenta definitivamente el Fondo se desarrollar¨¢ desde Madrid, bajo la responsabilidad de Enrique Garc¨ªa Rumeu -antiguo subsecretario del Ministerio de Econom¨ªa, bajo el mandato del ministro Juan Antonio Garc¨ªa D¨ªez-, por considerarse que su elevado volumen de facturaci¨®n, su dimensi¨®n o su implicaci¨®n en planes de reconversi¨®n generales son factores que priman sobre el hecho de que la mayor parte de sus centros productivos se hallen en el ¨¢rea barcelonesa.
Un tercer grupo de empresas est¨¢ compuesto por aquellas firmas que no tienen otra salida que su liquidaci¨®n ordenada o el inicio de un dif¨ªcil proceso de r¨¦conversi¨®n bajo la f¨®rmula de cooperativas o sociedades an¨®nimas laborales. Y finalmente, el ¨²ltimo grupo de compa?¨ªas vinculadas est¨¢ constituido por las participaciones muy minoritarias en empresas que tienen una direccion y una propiedad mayoritaria bien definida, como pueda ser el caso de Roca Radiadores o Laboratorios Ferrer. La estrategia del FGD respecto a ellas es venderlas (lo que ha hecho ya con Segfisa y con Rivi¨¦re) bien a grupos externos o a los socios mayoritarios. Este grupo, que contabiliza una treintena de participadas, se prev¨¦ enajenarlo en una tercera parte antes de final de a?o. Otra tecera parte ser¨ªa vendida a lo largo del pr¨®ximo ejercicio, y el resto posiblemente resulte invendible.
El apoyo financiero
Un aspecto muy importante para el futuro de bastantes de las empresas hist¨®ricamente vinculadas al grupo Catalana y ahora dependientes (como m¨¢ximo en una parte minoritaria de su capital) del Fondo de Garant¨ªa de Dep¨®sitos, radica en sus perspectivas de financiaci¨®n, Seg¨²n el pacto sellado en su d¨ªa por el Fondo y el pool bancario, Banca Catalana y en su defecto el Fondo se compromet¨ªan a culminar los compromisos vigentes de financiaci¨®n.
En algunos casos, sin embargo, estos compromisos est¨¢n llegando a su vencimiento. Dado que el Fondo no tiene por objeto ni por talante devenir en una suerte de hospital de empresas, y s¨ª por el contrario gerenciar sus activos con criterios estrictamente empresariales, cabe suponer que sus directivos compelan a sus participadas a diversificar sus fuentes de financiaci¨®n. Esto no ser¨¢ problema en el caso de algunas grandes firmas, cuyo endeudamiento estaba repartido entre diversas entidades, pero s¨ª para aquellas que estaban aquejadas de un monocultivo crediticio y que a partir de ahora podr¨ªan afrontar nuevos problemas en este ¨¢mbito.
El caso es que la actitud del Fondo es la de cumplir a rajatabla sus compromisos actuales de financiaci¨®n, pero no los de ampliaci¨®n de esta financiaci¨®n de forma indiscriminada (es decir, sin que se comprometan en la parte al¨ªcuota correspondiente los otros socios), actitud que si bien puede desembocar en alg¨²n caso en situaciones litigiosas, deber¨ªa contribuir a una m¨¢s coherente estructura financiera de las empresas en cuesti¨®n.
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