John Travolta, fiebre y brillantina
Es simple como un queso y tiene los ojos azules m¨¢s bonitos que una ha visto nunca. Con la dentadura equina, como en las pel¨ªculas, pero infinitamente m¨¢s sinp¨¢tica, John Travolta, que lleg¨® ayer al Festival, es, desde luego, un muchacho que cae bien. No puede decirse que a la hora de la entrevista resulte alentador. Responde con monos¨ªlabos o con frases muy cortas, el cuerpo suelto, de gimnasta callejero, y la cabeza en otro sitio.Si le preguntas cu¨¢les son sus aficiones, te dir¨¢ que conducir su avioneta y disfrutar de la. familia. A este chico de Hillsdale, Nueva Jersey, el cine le ha dado popularidad y dinero, la posibilidad de creer en esa Am¨¦rica de los americanos que convierte los sue?os en realidad. Dicen que es sexy. No s¨¦. Es tierno. Y quiz¨¢ si consigues permanecer con ¨¦l duranite varios d¨ªas resulte hasta interesante. Pero as¨ª, entrevistado -mejor dicho, telegrafiado-, en una habitaci¨®n de hotel, John Travolta es alguien que te cae simp¨¢tico.
Como dato, resulta que le encarg¨® a Silvester Stallone esta continuaci¨®n de Fiebre del s¨¢bado noche titulada Staying Alive, porque le encant¨® Rocky III. No es, precisamente, un amante de la introspecci¨®n psicol¨®gica. Y est¨¢ loco por Tony Manero, su personaje en las dos pel¨ªcylas, el muchacho del Bronx que consigue triunfar, en el primer filme a trav¨¦s de su ¨¦xito en las discotecas de barrio, y en este segundo en la comedia musical moderna.
Dice que Stallone le ha dirigido bien porque, siendo actor, consigue establecer una relaci¨®n simp¨¢tica con sus protagonistas. De Brian de Palma con quien ha trabajado en Carrie e Impacto, afirma que es un hombre estupendo y que va a trabajar con ¨¦l en una nueva producci¨®n en la que har¨¢ de cantante de rock. De su propia vida poca cosa m¨¢s a?ade: que se siente feliz por ser un s¨ªmbolo generacional, la mascota de quienes creen que se puede destacar en una sociedad masificada a trav¨¦s del triunfo personal, que no le importa el fracaso porque ha aprendido -y esto es verdad, puesto que despu¨¦s de Grease las cosas empezaron a irle mal- que forma parte de las reglas del juego, que es algo sin lo que no puede existir el triunfo.
John Travolta, que empez¨® trabajando en Broadway, luego en la televisi¨®n y finalmente en el cine, que con Fiebre del s¨¢bado noche gan¨® millones, es ahora un fen¨®meno relativamente discreto. Las fans le acosan, pero no hasta el desmayo. Quiz¨¢ por eso te dice que, aunque piensa seguir trabajando como actor, tiene tambi¨¦n proyectos para dirigir pel¨ªculas como las que hace: sencillas, sin complicaciones, comerciales como ¨¦l mismo. ?Quiz¨¢ acabar¨¢ dirigiendo al propio Stallone?, le pregunto. Se echa a re¨ªr: ?No creo que se deje. Aunque una vez ¨¦l me lo coment¨®, y yo le respond¨ª que s¨ª, si soy lo bastante bueno. Tambi¨¦n le pregunto qu¨¦ har¨¢ cuando Tony Manero envejezca: "Detenerme detener al personaje". En cuanto a ¨¦l, dice que piensa seguir en esta historia sea como sea.
Babelia
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