EE UU disputa a la URSS su hegemon¨ªa en el Este
Las recientes declaraciones del vicepresidente de EE UU, George Bush, en Viena, anunciando una nueva pol¨ªtica norteamericana hacia los pa¨ªses aliados de la Uni¨®n Sovi¨¦tica en Europa del Este, han levantado una oleada de reacciones en los pa¨ªses aludidos y en otros que, como Austria, tienen un inter¨¦s vital en la reducci¨®n de la tensi¨®n en Centroeuropa. Las afirmaciones de Bush suponen que Estados Unidos disputar¨¢ a la URSS la influencia sobre los pa¨ªses del ¨¢rea socialista.
La nueva actitud norteamericana en la zona diferencia entre pa¨ªses socialistas buenos y malos, entre los que adoptan una pol¨ªtica exterior m¨¢s independiente de Mosc¨², medidas econ¨®micas liberalizadoras y un mayor respeto a los derechos humanos, y los que siguen una l¨ªnea fiel en todos los ¨®rdenes al modelo sovi¨¦tico.El pronunciamiento de Bush supone un desaf¨ªo sin precedentes a la URSS, ya que se trata de un anuncio formal de que EE UU pasar¨¢ a disputarle al Kremlin los favores de los pa¨ªses de su ¨¢rea de influencia. Tambi¨¦n significa que EE UU ha decidido enterrar los acuerdos de Yalta, o su interpretaci¨®n tradicional, que divide Europa en ¨¢reas de influencia de las superpotencias. Seg¨²n medios diplom¨¢ticos en Viena, por mucho que ahora la Administraci¨®n Reagan trate de restar vigencia a esta interpretaci¨®n, hasta ahora, EE UU la hab¨ªa aceptado, como se demostr¨® en el caso de la invasi¨®n sovi¨¦tica en Hungr¨ªa en 1956.
A partir de ahora, Estados Unidos considera que Yalta, no establec¨ªa divisi¨®n de ¨®rbitas, sino una responsabilidad com¨²n de los tres aliados firmantes (EE UU, URSS y el Reino Unido) sobre los territorios liberados del nazismo. Bush se?al¨® que "nosotros (por el Gobierno norteamericano) no reconocemos ninguna divisi¨®n legal de Europa". Tampoco el Acta de Helsinki establece, seg¨²n Bush, la divisi¨®n territorial europea, "sino que es un compromiso para con los derechos humanos y la apertura", con lo que pone en duda toda la Ostpolitik defendida por el Gabinete federal alem¨¢n.
Si bien Bush neg¨® que EE UU pretenda desestabilizar estos pa¨ªses del Este, tambi¨¦n anunci¨¦ ayuda americana "para todos aquellos grupos que quieran reavivar en estos pa¨ªses la cultura europea del pluralismo y la democracia". Las reacciones no se han hecho esperar. Muchos de los diplom¨¢ticos que escucharon el discurso criticaron sus simplificaciones. Bush equipar¨® los sistemas pol¨ªticos de Austria y Yugoslavia, y destac¨® a Ruman¨ªa como un pa¨ªs que registra avances en su respeto de los derechos humanos. Como dijo el ex canciller austriaco Bruno Kreisky posteriormente, todo informador o diplom¨¢tico instalado en Viena y con contactos en Ruman¨ªa sabe que el r¨¦gimen de Nicolae Ceaucescu es, probablemente, el m¨¢s represivo de todos los pa¨ªses del Pacto de Varsovia.
Falsificaci¨®n hist¨®rica
Adem¨¢s, Bush incurri¨® en el error de identificar a los rusos con los sovi¨¦ticos. El negar, como hizo, toda identidad europea a los rusos es una falsificaci¨®n hist¨®rica que, ante un auditorio con gran tradici¨®n en contactos con el Este, caus¨® estupefacci¨®n. Las reacciones de los pa¨ªses aludidos han sido de muy diverso signo. Para la URSS, los sus aliados europeos no son s¨®lo pa¨ªses sat¨¦lites con una ideolog¨ªa com¨²n, sino tambi¨¦n la franja de seguridad que requiere su sensibilidad hist¨®rica, causada por las dos grandes agresiones que asolaron Rusia, la napole¨®nica y la hitleriaria.Bulgaria, calificada por Bush como "muy represiva" y "que arma y entrena terroristas", respondi¨® con tranquilidad y cierto tono despectivo. Los b¨²lgaros han se?alado que "es triste que el discurso de Bush sea tina muestra del nivel actual del pensamiento pol¨ªtico norteamericano". Acusan a Bush de "odio patol¨®gico hacia el socialismo" y se defienden de las acusaciones sobre su vinculaci¨®n al terrorismo internacional.
Checoslovaquia, que con Bulgaria y Alemania Oriental forma la lista negra expuesta por Bush, reaccion¨® m¨¢s en contra de Austria, que "a pesar de su neutralidad permiti¨® a Bush lanzar burdas diatribas injuriosas contra los pa¨ªses socialistas". Los pa¨ªses de la lista negra de Bush respondieron, por tanto, muy tranquilos a las acusaciones de Washington.
Caso contrario fue el de Hungr¨ªa, puesta como ejemplo por sus avances en cuanto al respeto de los derechos humanos y su liberalizaci¨®n econ¨®mica y pol¨ªtica. Aunque no ha habido reacci¨®n oficial, medios diplom¨¢ticos en Viena se mostraron abiertamente consternados por las palabras de Bush. Hungr¨ªa tiene mucho m¨¢s que perder que otros en el caso de un aumento de tensi¨®n en la zona. El r¨¦gimen de Janos Kadar ha logrado realizar grandes reformas en la econom¨ªa, con un relanzamiento de la iniciativa privada que cada vez alcanza a mayores sectores de la producci¨®n. Gracias a ello, los h¨²ngaros disfrutan actualmente de una prosperidad relativa y una oferta de productos que no conoce ning¨²n pa¨ªs del Este. Tambi¨¦n su libertad de movimientos es mucho mayor que la de sus vecinos. Todo ello ha sido posible gracias a un alineamiento total a la pol¨ªtica exterior sovi¨¦tica y todo tipo de garant¨ªas de que, pese al experimento aut¨®nomo econ¨®mico, la fidelidad a la comunidad socialista est¨¢ fuera de dudas. De ah¨ª que las alabanzas de Bush s¨®lo puedan causarle perjuicios.
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