Innovaci¨®n y empresa
?ste es un hecho de la m¨¢xima importancia, porque la soluci¨®n a una buena parte de los problemas de la crisis pasa, necesariamente, por la innovaci¨®n, sea tecnol¨®gica, organizativa, o en el campo del marketing.Si esta premisa no se cumple, es decir, si las empresas no reajustan con cierta rapidez sus productos, componentes, procesos y l¨ªneas de financiaci¨®n y venta a las nuevas necesidades y exigencias del mercado, la respuesta que daremos a la crisis ser¨¢ limitada, a destiempo e ineficaz.
Nadie puede estar tan ciego que no vea la germinaci¨®n de grandes cambios tecnol¨®gicos, ll¨¢mense inform¨¢tica, rob¨®tica, biotecnolog¨ªa, etc¨¦tera. Sectores y productos que ayer eran demandados, no lo son en el mundo de hoy, y no lo van a ser en el de ma?ana.
En consecuencia, debemos ser conscientes, y el empresario el primero, de que la empresa debe cambiar, debe adaptarse o anticiparse a estas mutaciones tecnol¨®gicas y organizativas, que de un modo u otro nos vienen impuestas. Pero para que la empresa cambie, es necesario que ¨¦sta tenga la flexibilidad de la que hoy carece, y que, a su vez, est¨¦ rodeada de un clima estimulante que le permita hacer frente a algunos de los dos grandes retos o problemas que, a nivel de pa¨ªs, tenemos planteados; importaciones, por un lado, y exportaciones, por otro.
El tema de la innovaci¨®n no es, pues, un tema que est¨¦ de moda; hay que interpretarlo como una exigencia que nos vierte impuesta por la aparici¨®n de los nuevos componentes que caracterizan la crisis en el per¨ªodo actual, es decir, por la competitividad internacional y por la aparici¨®n de nuevas tecnolog¨ªas y de nuevos pa¨ªses industrializados.
El taller de Europa
Tenemos que ser conscientes de que nuestras posibilidades de ser el taller de Europa, o de cualquier otro continente, se agotan o se hacen cada vez m¨¢s dif¨ªciles, v¨ªa a los llamados costes comparativos.
Es, pues, ¨¦ste, un per¨ªodo en donde los empresarios, la Administraci¨®n p¨²blica, los investigadores y la sociedad en general tienen que hacer un esfuerzo de sensibilizaci¨®n, de receptividad, de organizaci¨®n, coordinaci¨®n y de sinergia, a fin de que nuestra econom¨ªa real, es decir, la que se refiere al mundo de nuestras empresas, marche de una forma m¨¢s enderezada y tonificante de lo que marcha hasta ahora.
Y aquellos pa¨ªses que han emprendido el proceso innovador, no solamente tecnol¨®gico, sino organizativo y en el campo del marketing, y lo han hecho a tiempo, y de una forma adecuada, est¨¢n en una situaci¨®n m¨¢s ventajosa y competitiva en materia de calidad precios y dise?o que el nuestro.
La indiferencia
No nos puede ser indiferente que Espa?a sea el pa¨ªs que a nuestro nivel de desarrollo menos invierte en investigaci¨®n y desarrollo, y el que m¨¢s gaste en la compra de nuevas tecnolog¨ªas; como tampoco puede sernos indiferente que el d¨¦ficit por asistencia tecnol¨®gica y royalties, que es el ¨ªndice que mejor revela nuestro grado de dependencia del exterior, haya sido, en el ¨²ltimo semestre del presente, a?o, superior en 16.000 millones de pesetas con respecto al mismo per¨ªodo del a?o, anterior.
?sta es una batalla que entendemos debe ser emprendida entre todos, y que exige un esfuerzo de imaginaci¨®n, de solidaridad y de coordinaci¨®n por parte de todos: de la Administraci¨®n p¨²blica, v¨ªa su pol¨ªtica de compras p¨²blicas, transferencias tecnol¨®gicas, fiscal (tratamiento de los gastos de I+D).
Por parte del sistema. financiero, ¨¦ste debe ser m¨¢s receptivo, ante los proyectos concretos, en materia de innovaci¨®n. Las empresas, por su lado, deben utilizar los medios existentes para llegar L pactos de colaboraci¨®n tecnol¨®gica y financiera, v¨ªa a las instituciones existentes (CDTI, CAICYT). Es necesario promover un sistema de informaci¨®n que proporcione la documentaci¨®n adecuada a nuestras peque?as y medianas empresas, tanto en lo que se refiere al mercado tecnol¨®gico, posibilidades de colocaci¨®n de nuevos productos, etc¨¦tera.
Y, en fin, es necesario crear en nuestro pa¨ªs un clima favorable, una cultura tecnol¨®gica que haga m¨¢s receptivos a todos y cada uno de estos elementos, ya que si uno de estos mencionados elementos falla en su prop¨®sito, el proceso innovador no se realizar¨¢ en nuestro pa¨ªs de una forma extensiva y no tendr¨¢ la fuerza que, de hecho, tiene en otros pa¨ªses.
El realismo
Estos temas y otros muchos son los que se van a tratar en el marco de este foro, que tengo el honor de copresidir, junto con Carlos Ferrer Salat, presidente de la Confederaci¨®n Espa?ola de Organizaciones Empresariales, y creo que el enfoque que se ha dado al mismo es extraordinariamente realista; ya que lo que se va a analizar en el mencionado foro va a ser expuesto y tratado por empresarios, directivos e investigadores espa?oles; a la vez que queremos poner de manifiesto que en nuestro pa¨ªs, a pesar de los pesares, hay muchas empresas espa?olas que han sabido hacer de la innovaci¨®n un negocio rentable o un medio de subsistir en medio de la crisis.
Creemos que este valor testimonial que el foro tiene debe ser subrayado, tanto m¨¢s cuanto que la actitud de todo hombre innovador, y ¨¦ste no puede ser m¨¢s que un empresario, es la de estar al tanto y en forma de lo que los dem¨¢s hacen, c¨®mo lo hacen y por qu¨¦ lo hacen.
Detectar, pues, qu¨¦ es lo que podemos y debemos hacer en nuestro pa¨ªs, en materia de innovaci¨®n, y qu¨¦ es lo que estamos en realidad haciendo, constituye uno de los objetivos inmediatos de este encuentro.
Encuentro que constituye en s¨ª mismo una innovaci¨®n, en cuanto que ha sido planeado y organizado por la Confederaci¨®n Espa?ola de Organizaciones Empresariales y la Asociaci¨®n para el Progreso de la Direcci¨®n en colaboraci¨®n con el Ministerio de Industria y Energ¨ªa, y no cabe duda que el balance que en el mismo se haga ser¨¢ presentado en forma de conclusiones en el acto de clausura ante el ministro de Industria.
Entendemos, pues, que el citado foro debe ser el punto de partida y de arranque de toda una serie de actividades y medidas a posteriori, encaminadas a sensibilizar a nuestro pa¨ªs en general, y a la Administraci¨®n p¨²blica y empresarios en particular, sobre los temas que se refieren a la empresa y las respuestas que la misma puede y debe dar, en un momento de crisis tan aguda como la que estamos atravesando. Y no cabe duda que la innovaci¨®n es, a la vez, un reto y una respuesta frente a la crisis.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.