El azar tr¨¢gico ensombrece la vida del minero
Desde 1968 la muerte se ha cebado en 297 v¨ªctimas, en su mayor parte a causa de desprendimientos o ca¨ªdas
La familia minera asturiana ha pasado por un mal verano. Durante los meses de julio y agosto, seis trabajadores de diversas empresas mineras perdieron la vida al quedar sepultados bajo el carb¨®n como consecuencia de derrumbamientos. Pero no s¨®lo el verano ha sido tr¨¢gico. La historia de la miner¨ªa ha estado siempre ligada en Asturias al accidente, al fatal desenlace en una galer¨ªa de un pozo de carb¨®n cualquiera. Desde que en 1968 gran parte de los pozos fueran absorbidos por el, Instituto Nacional de Industria (INI), cre¨¢ndose Hulleras del Norte, SA (Hunosa), se han registrado 297 muertos, en su mayor¨ªa a causa de desprendimientos, ca¨ªdas o choques.
S¨®lo en esta empresa, en lo que va de a?o, se han producido ocho accidentes mortales, nueve graves y 3.031 heridos que precisaron la baja. Ante esta situaci¨®n, empresa y sindicatos coinciden en afirmar que la seguridad y prevenci¨®n es prioritaria, aunque por el momento sus posturas al respecto est¨¢n lejos de unificarse. La direcci¨®n de Hunosa asegura que los ¨ªndices de accidentabilidad y prevenci¨®n de la silicosis disminuyen de forma considerable de a?o en a?o, "y es intenci¨®n del nuevo equipo potenciar la seguridad para alcanzar una mayor eficacia". Los sindicatos consideran urgente ir a una reestructuraci¨®n del sistema de trabajo a destajo, como aspecto fundamental para reducir el n¨²mero de accidentes.Seg¨²n datos facilitados por la direcci¨®n de Hunosa, el ¨ªndice de accidentes ha ido disminuyendo progresivamente desde 1968, a?o en el que se registraron 23 muertos, hasta 1982, en que se produjeron 12 v¨ªctimas mortales. Durante los siete primeros meses de este a?o se han producido seis muertos -a los que hay que a?adir dos m¨¢s en agosto-, nueve heridos graves y 3.031 de menor consideraci¨®n, pero que precisaron la baja. Ello ha representado una p¨¦rdida de 154.836 jornadas de trabajo por accidentes, 3.780 menos que en el mismo per¨ªodo del a?o anterior. Seg¨²n los mismos datos, los derrumbamientos y desprendimientos aparecen como las principales causas de los accidentes, seguidos de la ca¨ªda de objetos, choques o golpes, ca¨ªdas de los obreros y herramientas de mano. Contusiones, heridas y fracturas son las principales secuelas de los accidentes.
Pero no s¨®lo la accidentabilidad preocupa a empresarios y trabajadores del sector minero. La silicosis, enfermedad profesional, es otro de los cap¨ªtulos que preocupan a las diferentes partes. Pese a su progresivo descenso, de los 308 casos declarados en 1969 de silicosis en primer grado, se ha pasado a los ocho del pasado a?o; a finales de 1982 quedaban a¨²n 1.263 mineros afectados en primer grado por esta enfermedad de la mina. En opini¨®n de Jos¨¦ ?ngel Fern¨¢ndez Villa, secretario general del SOMA-UGT, "s¨®lo un 12% de los trabajadores de la miner¨ªa alcanza la jubilaci¨®n a los 65 a?os, seg¨²n un estudio sobre coeficientes reductores realizado en 1968".
Plan de reconversi¨®n
En el plan de reconversi¨®n de Hunosa para el per¨ªodo 1981-1983, recogido en el denominado Libro Azul, la cuesti¨®n de seguridad e higiene figura como un apartado importante a potenciar. En funci¨®n de esas normas se potenciaron los servicios m¨¦dicos, la colaboraci¨®n con la Seguridad Social y el Instituto Nacional de Silicosis; se crea ron los comit¨¦s de seguridad e higiene (en los que tienen participaci¨®n los trabajadores), y se puso en marcha la figura del delegado minero de seguridad, que se elige en cada pozo. ?ste tiene funciones informativas (sobre las visitas realizadas a lugares de trabajo), de investigaci¨®n (acerca de accidentes, tanto graves como leves) y de proposici¨®n de medidas de seguridad. "En cualquier caso", dice el Libro Azul, "dicha propuesta, que debe transmitir al director facultativo del pozo y comit¨¦s de seguridad, deber¨¢ ser estudiada y analizada en el pleno del comit¨¦, vinculando la resoluci¨®n que se tome a todos los miembros del mismo y pasando, en caso de ser aprobada, a formar parte de las normas espec¨ªficas del pozo en materia de seguridad, debiendo el delegado minero de seguridad controlar su implantaci¨®n y puesta en vigor, al igual que las restantes normas de prevenci¨®n que se puedan establecer por otros conductos previa informaci¨®n a ¨¦ste de las mismas". El nuevo equipo directivo de Hunosa, cuyo presidente es Juan Tesoro, considera v¨¢lidas por el mo mento las medidas contempladas en este libro, mientras que los sindicatos las consideran insuficientes.Empresa y sindicatos se muestran de acuerdo en se?alar que las peculiares caracter¨ªsticas de los yacimientos asturianos, explotaciones con capas verticales, esterilidades y fallas, que impiden una mayor mecanizaci¨®n y obligan a seguir un trabajo casi artesanal, hace que el accidente se produzca con mayor facilidad que en otras minas espa?olas. Tambi¨¦n se muestran de acuerdo al afirmar que la seguridad de la empresa p¨²blica Hunosa es mayor que en otras minas asturianas, "donde las medidas preventivas brillan por su ausencia", seg¨²n Lito Casucu y Diego Pe?a, representantes de CC OO en el comit¨¦ central de seguridad e higiene de Hunosa.
Jos¨¦ Antonio Garc¨ªa Alonso, director de seguridad, medicina y servicios de Hunosa, asegura que el alto n¨²mero de accidentes en la mina, frente a otras empresas, obedece a las circunstancias especiales del trabajo en estos yacimientos, las caracter¨ªsticas de las explotaciones asturianas y la numerosa mano de obra, que en estos momentos supera la cifra de los 20.000 empleados".
"La empresa", se?al¨®, "tiene una conciencia clara de que la seguridad y prevenci¨®n es prioritaria, y que por ello se volcar¨¢n todos los esfuerzos posibles para reducir las curvas de accidentabilidad. Producto de ello, se ha creado por primera vez la direcci¨®n de seguridad que yo ocupo. Desde la creaci¨®n de la empresa, la mejora de estos temas se ha abordado desde la modernizaci¨®n de las instalaciones y condiciones de trabajo hasta el control y an¨¢lisis de los accidentes, en orden a establecer cnclusiones que permitan la toma de medidas para prevenirlos en el futuro. Con la nueva etapa, los esfuerzos de la direcci¨®n van a seguir en esta misma l¨ªnea, potenciando al m¨¢ximo todos los mecanismos existentes y obteniendo eficacia de ellos".
Para Jos¨¦ Antonio Garc¨ªa, se impulsar¨¢ la seguridad a trav¨¦s de medidas de car¨¢cter t¨¦cnico, investigaci¨®n sobre t¨¦cnicas modernas, control de trabajo e instalaciones, estudio y abordamiento de problemas y participaci¨®n de los trabajadores en la elaboraci¨®n de los planes a seguir. "Actualmente no existe un problema de medios en relaci¨®n a la seguridad, sino de lograr la efectividad de lo que tenemos. La plantilla dedicada a este objetivo es bastante alta por pozo".
Prevenci¨®n y salud
El secretario general del SOMAUGT, Jos¨¦ ?ngel Fern¨¢ndez Villa, se?al¨®: "La seguridad no debe enfocarse ¨²nicamente desde el punto de vista de los accidentes mortales, sino tambi¨¦n desde la higiene y la salud en el trabajo. Hay 25.000 accidentes leves en toda Espa?a que provocan incapacidades laborales, y est¨¢ la gran lacra de la silicosis, aspectos que tambi¨¦n nos preocupan a los trabajadores y sobre los cu¨¢les es necesario volcarse".Para Fern¨¢ndez Villa, cuatro son las razones por las que se producen los accidentes en las minas: fallos de tipo t¨¦cnico, de tipo humano, las situaciones imprevisibles de los yacimientos y los propios sistemas de trabajo, principalmente en las categor¨ªas de arranque y el colectivo de transporte. "Creemos que hay que establecer mecanismos que eleven el nivel de formaci¨®n y cualificaci¨®n de los trabajadores. Resulta necesaria la participaci¨®n de los sindicatos en todos los organismos de la empresa que dise?e una pol¨ªtica de seguridad. En este sentido, una reivindicaci¨®n hist¨®rica de nuestro sindicato pasa por el hecho de que el futuro estatuto del minero recoja la participaci¨®n de los comit¨¦s de seguridad en el dise?o de aquella pol¨ªtica y tenga, al mismo tiempo, capacidad legal para paralizar un trabajo ante la existencia de un claro riesgo en la mina. En Hunosa se ha puesto en marcha la figura del delegado minero de seguridad, pero no tiene tampoco esta capacidad de paralizaci¨®n, cuesti¨®n esta a la que la empresa no accede, al considerar que es responsabilidad suya".
En opini¨®n del secretario general del SOMA-UGT, es necesario ir a una mayor mecanizaci¨®n -la dificultad de los yacimientos asturianos hace que los trabajos tengan que realizarse casi manualmente, lo que ha valido el reconocimiento internacional de la cualificaci¨®n del minero de esta regi¨®n-, "ir tambi¨¦n a una mayor racionalizaci¨®n de los sistemas de retribuci¨®n de colectivos muy determinados que corren mayores riesgos (destajista) y al desarrollo de una campa?a de concienciaci¨®n de obligaciones y responsabilidades en las partes implicadas".
Para CC OO, seg¨²n exponen Lito Casucu y Diego Pe?a, la seguridad es una preocupaci¨®n prioritaria, y culpan a la empresa de no llevar a cabo las medidas necesarias en este tema. "En las diversas reuniones, la direcci¨®n asegura que le preocupa la seguridad, pero la realidad es muy distinta. De hecho, del plan trazado en el Libro Azul no se ha hecho nada. El comit¨¦ central de seguridad e higiene no se ha reunido desde hace cuatro meses, pese a nuestra solicitud de convocatoria en dos ocasiones, y su misi¨®n ha sido relegada a un papel mer¨¢mente informativo".
Producci¨®n y destajo
"Creemos que los trabajos en la mina son duros y los m¨¦todos de los destajos generan situaciones que ocasionan los accidentes. En Hunosa, donde el jefe de seguridad es al mismo tiempo jefe de producci¨®n, se registra una constante: primero es la producci¨®n y luego la seguridad. Es necesario reformar el reglamento de polic¨ªa minera, ya obsoleto; para evitar que se cometan abusos. Prueba de esto es que la empresa dicta normas para destajar todo lo destajable, ocasionando evidentes situaciones de peligro. Se abandona la cuesti¨®n de la entibaci¨®n, como en el pozo Cand¨ªn, que por su falta se produjo un derrumbamiento que caus¨® heridas a un trabajador. Criticamos que hay un m¨ªnimo de seguridad por el intento de la empresa de acelerar los destajos".En relaci¨®n a la falta de entibaci¨®n que haga m¨¢s seguras las minas cuesti¨®n esta que desmiente el director del ¨¢rea de seguridad, CC OO asegura que, si se aplicara estrictamente el reglamento de polic¨ªa minera, m¨¢s de la mitad de los pozos habr¨ªa que cerrarlos, porque no cumplen las condiciones m¨ªnimas exigidas. Sobre el delegado minero de seguridad considera que debe tener potestad para paralizar la producci¨®n, que es positiva su existencia, pero no ha venido funcionando, en su opini¨®n, como el elemento que debiera ser.
Empresa y sindicatos difieren acerca del papel que viene prestando el Instituto Nacional de Silicosis, en orden a luchar en la prevenci¨®n de esta enfermedad profesional. Tanto el SOMA-UGT como CC OO consideran que el papel actual que desarrolla este organismo se aparta de sus fines iniciales, investigaci¨®n y prevenci¨®n. Los ugetistas defienden la participaci¨®n de los sindicatos en los ¨®rganos de gesti¨®n de aquel instituto. En este tema, CC OO cree que los mineros han retrocedido, "dado que el instituto no contempla la situaci¨®n de la mina y no hace un seguimiento real. Da la sensaci¨®n de que en la mina ya no quedan silicosos".
El director de seguridad de Hunosa discrepa con los sindicatos, al considerar positiva la labor realizada hasta ahora por este instituto: "De hecho, la enfermedad en los ¨²ltimos a?os se ha reducido en gran manera. Realiza una labor intensa en varios frentes, entre ellos en la mejora de las condiciones de la mina y en el reconocimiento m¨¦dico de los trabajadores".
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