Problemas en el aire
LOS REPRESENTANTEs de las compa?¨ªas que integran la Asociaci¨®n Internacional de Transporte A¨¦reo (conocida por sus siglas en ingl¨¦s, IATA) se re¨²nen estos d¨ªas en Nueva Delhi para pasar revista a los problemas que aquejan a las l¨ªneas a¨¦reas de todo el mundo. Del esplendor de los a?os de prosperidad y de los planes de expansi¨®n se ha pasado a una situaci¨®n de n¨²meros rojos y a un redimensionamiento de las empresas. El informe presentado por el director general de IATA refleja una p¨¦rdida, en 1982, de 1.800 millones de d¨®lares y preNr¨¦ una p¨¦rdida de 1.200 millones de d¨®lares en 1983. Para los contribuyentes espa?oles resultar¨¢ esc¨¢ndaloso saber que Iberia, con unas p¨¦rdidas de 24.000 millones de pesetas en 1983, ocupa un porcentaje de esas p¨¦rdidas globales que noguarda proporci¨®n con el papel de nuestras l¨ªneas a¨¦reas en el conjunto del tr¨¢fico a¨¦reo mundial.La mala situaci¨®n de las compa?¨ªas a¨¦reas internacioriales se deriva de una continuada ca¨ªda en los ingresos producidos por el transporte de mercanc¨ªas y viajeros, a la que acompa?a una r¨ªgida estructura de costes, incapaz de acomodarse a la nueva situaci¨®n de ¨¦stancamiento en los tr¨¢ficos. El descontrol del mercado de divisas, el precio de los carburantes, las sobreinversiones pendientes de amortizaci¨®n y el encarecimiento de los pr¨¦stamos terminan de ennegrecer el panorama. Sin embargo, los recortes aplicados y los reajustes emprendidos en casi todas las compa?¨ªas occidentales han comenzado a hacer efecto, tal y como demuestra el descenso de las p¨¦rdidas. Un factor que tambi¨¦n ayuda a explicar esa innejor¨ªa es el hecho de que la recuperaci¨®n de la actividad econ¨®mica a lo largo de los ¨²ltimos meses est¨¢ siendo mayor que la prevista a comienzos de a?o.
En Estados Unidos la flexibilizaci¨®n de las reglas de tr¨¢fico a¨¦reo ha asestado un terrible golpe a la seguridad de las compa?¨ªas y ha provocado una tremenda lucha por hacerse con el mercado interior. Los gigantes del aire norte americano s comienzan a verse amenazados por nuevas compa?¨ªas que, con salarios m¨¢s bajos, aviones alquilados y una tremendaagresividad comercial, conquistan cotas de tr¨¢fico cada vez m¨¢s creciente. Ni que decir tiene que estas manifestaciones de capitalismo salvaje no son exportables a Europa, y mucho menos a Espa?a, entre otras razones, porque el mercado interior del viejo continente no tiene la misma dimensi¨®n que el norteamericano. No obstante, muchas de las compa?¨ªas oficiales europeas han recortado plantillas, vendido aviones, congelado los salarios e incluso intentado privatizar una parte nada despreciable de sus actividades.
Iberia tiene una plantilla numerosa y, en general, bien pagada. Pero no es su ¨²nico problema de gesti¨®n, con ser uno de ellos. Mientras las compa?¨ªas internacionales de aviaci¨®n tratan de ajustar sus estructuras de costes a un mercado de transporte m¨¢s exigente, los n¨²meros rojos de Iberia son una demostraci¨®n de la ineficiencia de nuestras compa?¨ªas p¨²blicas, un lastire que el despilfarro, el clientelismo, la irracionalidad y la megaloman¨ªa del r¨¦gimen anterior han legado a la econom¨ªa espa?ola. En su tarea de sanear las empresas estatales, el Gobierno socialista no s¨®lo tendr¨¢ que enfrentarse con el gremialismo de los sindicatos de clase y con el corporativismo de los cuerpos de elite, sino que tambi¨¦n tropezar¨¢ con las eventuales falt,as de competencia de los altos cargos directivos que se han sucedido a s¨ª mismos en las sociedades del INI, pese a los cambios producidos en otras esferas de la Administraci¨®n. En el caso de Iberia contar¨¢, sin embargo, el Gobierno, a la hora de aplicar la terapia necesaria, con el apoyo de unos contribuyentes y usuarios, largamente irritados con las deficiencias de un servicio -en tierra y en aire- cuya baja calidad es comentario corriente desde hace muchos a?os.
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