Falleci¨® el dibujante franc¨¦s Reiser, un cr¨ªtico humorista de la sociedad actual
Jean-Marc Reiser, fallecido el s¨¢bado pasado en Par¨ªs, era uno de los grandes dibujantes c¨®micos contempor¨¢neos de este pa¨ªs. Ten¨ªa 42 a?os y muri¨® de c¨¢ncer de huesos. Sus amigos ¨ªntimos, dibujantes como ¨¦l, lloraron anteayer en p¨²blico al conocer la noticia. Para los franceses fue como una bofetada. A todos, o a la mayor¨ªa por lo menos, les hab¨ªa hecho re¨ªr, y pensar.
La desaparici¨®n estremecedora de Reiser fue sentida como una canallada. Su colega, Wolinski, y el escritor y periodista Fran?ois Cavanna, con quienes hab¨ªa trabajado, fueron incapaces de pronunciar algunas palabras siquiera al saber que el humorista hab¨ªa muerto.Desde la d¨¦cada de los a?os sesenta no hab¨ªa dejado de hacer re¨ªr en este pa¨ªs. En la revista Hara-kiri y en. la que se llam¨® Charlie Hebdo, comparti¨® los espacios con el referido Wolinski y con Geb¨¦; estos tres; nombres constituyen una referencia insuperable, de lo que ha sido, y es, el dibujo de humor en Francia de un cuarto de siglo a esta parte. Cada semana, hasta el d¨ªa justo de su muerte, Reiser colabor¨® en el semanario progresista Le Vouvel Observateur, en el que contaba historias que pod¨ªan provocar la risa, las l¨¢grimas, una carcajada y el espanto al mismo tiempo. Mi pap¨¢ y los otros, Vivan las mujeres, Vivan las vacaciones, La vida de las bestias, son algunos de los t¨ªtulos de los numerosos libros que dej¨® escritos, algunos de ellos publicados en Espa?a, donde colaboraba en varias publicaciones.
Un amigo suyo dijo de ¨¦l ayer que "siempre fue un ni?o muy dulce e inteligente. Le interesaba todo: las ciencias, la filosofia o la pol¨ªtica. No era s¨®lo un c¨®mico, sino un libre pensador que no se reconoc¨ªa en ninguna de las pol¨ªticas tradicionales. S¨®lo ¨¦l pod¨ªa permitirse tanta violencia, porque era el m¨¢s grande". La contestaci¨®n permanente de Reiser fue la constante de su trabajo.
De la sociedad francesa ofreci¨® un retrato intencionadamente extremado. Sus personajes a imagen y semejanza del franc¨¦s medio t¨ªpico, se manifestaban enmbarazados de fantasminas sexuales y l¨²bricos, como hijos de padres borrachos y de madres dudosas. Se quejaba de los fallos de la sociedad de consumo.
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