Juanita Reina vive su gran noche en el Festival de Cine de Sevilla
El certamen dedic¨® un ciclo a la cantante y actriz andaluza
Bajita y redonda, con el pelo muy tirante recogido en mo?o, Juanita Reina aguardaba a la entrada de la sala del teatro Lope de Vega; esperaba a que Paco Lobat¨®n acabara de anunciar el homenaje que esa noche el Festival de Cine de Sevilla iba a ofrecerle anteayer, recogiendo el sentir de la ciudad. Gentes de la organizaci¨®n permanec¨ªan a su lado, y una muchacha, en el momento justo, le dio una palmadita en el hombro y le dijo: "Ahora". Entonces Juanita mir¨® a su marido, Caracolillo, con esa mezcla de devoci¨®n y temor con que le mira siempre, clav¨® luego la vista en el escenario, se ajust¨® la faja con disimulo y empez¨® a caminar lentamente por el pasillo central, como si entrara en el mar Rojo y el agua se partiera en dos y se pusiera a aplaudirla.
ENVIADA ESPECIAL, Juanita Reina, esta mujer de a?os largos -posiblemente ronda la sesentena, aunque es dificil calcularlo, porque sus exegetas se limitan a repetir que naci¨® "un 25 de agosto"- posee una fuerza impresionante cuando se pone a cantar. Crece y se alarga hasta asumir proporciones giraldescas, lo cual no est¨¢ nada mal, ya que naci¨® en el sevillano barrio de La Macarena y, para m¨¢s se?as, la Virgen de este nombre lleva pelo natural gracias a que Reina guardaba una cola de cuando ten¨ªa 15 a?os en un caj¨®n de su c¨®moda.Por todo ello, el homenaje -momento culminante de un ciclo con sus pel¨ªculas que se est¨¢ proyectando en el ¨¢mbito del festival- tuvo caracter¨ªsticas especiales y supersevillanas. Hubo de todo: presencia de las otras -Carmen Sevilla, Gracia Montes, Luc¨ªa-, de una actriz de comedia de pelo corto y estilo moderno como Lola Herrera, de un gran se?or del ruedo y de la vida como Manolo V¨¢zquez, m¨¢s entrega de bandejas, placas y estatuillas, m¨¢s palabras de gratitud y palabras de admiraci¨®n, y hasta un poema que el vate local, Daniel Pineda, ley¨® con tr¨¦mulos y heroicos acentos.
De principio a fin, la vida de Juanita Reina ha sido lo que se dice ejemplar, porque reun¨ªa en su persona no s¨®lo el arte de la tonadillera que sufre ejemplarmente las embestidas del amor en su faceta m¨¢s masoquista, sino tambi¨¦n las m¨¢s acrisoladas virtudes de la mujer espa?ola, entre las que destacan la pureza y la decencia. A Juanita Reina, su padre, que la llev¨® siempre por el camino art¨ªstico -como ahora la lleva Caracolillo-, le pon¨ªa las joyas, que acababa de comprarle, en el escenario, para que supieran que su ni?a no las hab¨ªa ganado de mala manera. As¨ª fue y as¨ª es Juanita Reina, y as¨ª qued¨® claro anteanoche en el Lope de Vega. Como qued¨® claro que el p¨²blico la adora, que lo tiene a sus pies y que gran parte de Sevilla se estremece cuando la oye cantar las inolvidables tonadillas de Quintero, Le¨®n y Quiroga. Este ¨²ltimo, ¨²nico superviviente del famoso tr¨ªo, compositor y descubridor de tantas celebridades, estuvo tambi¨¦n en el festival.
Pero lo del Lope de Vega, con ser importante, no es totalmente representativo del entusiamo que despierta la Reina. Lo del Lope de Vega, con su platea sembrada de invitaciones, con s¨®lo el tercer piso destinado a la venta, palidece ante la marimorena que se organiza todos los d¨ªas en el cine Path¨¨, en donde se est¨¢n pasando todas las pel¨ªculas que protagoniz¨® Juanita Reina.
Al Path¨¦ va el p¨²blico real, las mar¨ªas sevillanas que crecieron, amaron y frieron huevos oyendo por la radio Francisco Alegre, Madrina, Cincofarolas y tantas otras canciones de sentimiento. Y van los mariquitas -"que tienen una ¨¢ensibilidad especial y por eso les gusto tanto", dice Juanita-, armados con sus recuerdos, compartidos al son de Te quiero m¨¢s que a mi vida, te lo juro, compa?ero, sus gritos de jalear cada canci¨®n y sus grabadoras a punto para obtener untestimonio pirata de la proyecci¨®n.
All¨ª, en el Path¨¦, hubiera tenido que estar Juanita Reina, y es de presumir que van a llevarla una noche de ¨¦stas. Porque si, dentro del bell¨ªsimo casino en donde est¨¢ la sala Lope de Vega, Juanita, vestida de mantilla espa?ola de cabeza a pies, tuvo la muestra de un afecto imparable, pero oficial, en el Patli¨¦ la van a sacar a hombros.
Babelia
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