Reagan amenaza a la Uni¨®n Sovi¨¦tica con poner toda la potencia industrial de Occidente al servicio del rearme
Ronald Reagan concluy¨® su estancia de cuatro d¨ªas en Jap¨®n advirtiendo a la Uni¨®n Sovi¨¦tica que Occidente pondr¨¢ toda su potencia industrial al servicio del rearme si no hay acuerdo para la reducci¨®n de los arsenales nucleares. Para resumir la visita del presidente norteamericano a Jap¨®n vale decir que ha quedado de manifiesto la importancia de la alianza norteamericano-nipona para la seguridad y la econom¨ªa mundiales, aunque poco se haya adelantado en la resoluci¨®n de los pronunciados diferendos comerciales entre ambas potencias.
ENVIADO ESPECIAL, Reagan llega hoy a Corea del Sur, donde se entrevistar¨¢ con el presidente Chun Doo Wan y visitar¨¢ la zona desmilitarizada entre las dos Coreas.En una entrevista concedida a la televisi¨®n japonesa, Reagan amenaz¨® con conseguir una superioridad nuclear occidental para disuadir a la URSS de cualquier agresi¨®n. "Para negociar reducciones de armamento, los sovi¨¦ticos deben enfrentarse a una alternativa: o se suman a la negociaci¨®n o utilizaremos nuestra potencia industrial para construir la fuerza necesaria que les disuada de comenzar la guerra".
Una tarde de descanso en la residencia de campo del primer ministro Japon¨¦s, Yasuhiro Nakasone, cerr¨® la estancia de Reagan y su esposa, Nancy, en Jap¨®n. Ataviados al estilo japon¨¦s, con dificultades para sentarse en el suelo y controlar los palillos, los Reagan degustaron un men¨² t¨ªpico de tempura, conversando en privado con Nakasone, en su residencia de Hiriode, a unos 50 kil¨®metros de Tokio.
Entretanto llegaban las primeras reacciones a su discurso en el Parlamento japon¨¦s, donde fue interrumpido por aplausos en 25 ocasiones y fue boicoteado por los diputados del Partido Comunista. Para el l¨ªder del Partido Socialista japon¨¦s, Masashi Ishibashi, el discurso de Reagan -que no aporta nada nuevo en la escena de la pol¨ªtica internacional- supone "un refuerzo al Partido Liberal y al Gobierno de Nakasone".
Reagan manifest¨® que su sue?o ser¨ªa eliminar todas las armas nucleares de la faz de la tierra, como pretenden las propuestas norteamericanas en las negociaciones sovi¨¦tico-estadounidenses sobre control y reducci¨®n de armamento nuclear, "que nunca ir¨¢n en perjuicio de la regi¨®n asi¨¢tica". "Continuamos esperando una respuesta positiva" por parte sovi¨¦tica en esas negociaciones, "de cuya mesa Estados Unidos nunca se retirar¨¢".
Adem¨¢s de las repetidas referencias a la cooperaci¨®n entre EE UU y Jap¨®n en el plano de la defensa -principal objetivo de la visita de Reagan a Tokio-, el presidente norteamericano lanz¨® una advertencia ante el Parlamento japon¨¦s, pidiendo que Jap¨®n liberalice sus importaciones para demostrar al pueblo norteamericano que la cooperaci¨®n comercial entre EE UU y Jap¨®n es una realidad.
Silencio
Este punto no suscit¨®, l¨®gicamente, ning¨²n aplauso en el auditorio. Reagan record¨® que tanto EE UU como Jap¨®n deben dar el ejemplo en materia de recuperaci¨®n econ¨®mica, y destac¨® el apoyo de Washington para dar un mayor papel internacional al yen japon¨¦s, "que, como divisa de la segunda potencia econ¨®mica de libre mercado, debe reflejar la fortaleza econ¨®mica y la estabilidad pol¨ªtica de Jap¨®n".En resumen, la visita de Reagan a Tokio termin¨® abriendo una v¨ªa para el refuerzo de la defensa en Jap¨®n, objetivo corroborado por el actual primer ministro, Nakasone, cuyo margen de mayor¨ªa en el Parlamento le da grandes probabilidades de continuidad, a pesar de la crisis pol¨ªtica abierta por el affaire Tanaka. Sin embargo, en lo comercial, EE UU y Jap¨®n contin¨²an enfrentados debido al fuerte desequilibrio comercial (unos 20.000 millones de d¨®lares de d¨¦ficit para EE UU) que Reagan pretendi¨® corregir en Tokio al solicitar un fortalecimiento del yen, la liberalizaci¨®n del sistema comercial y financiero japon¨¦s (para promover las ventas y la inversi¨®n norteamericanas en Jap¨®n) y la posibilidad de un acuerdo de venta de gas y petr¨®leo.
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