Garaikoetxea: "Creo que en este momento, no existen condiciones para negociar con ETA
Pregunta. Todav¨ªa no queda muy clara la explicaci¨®n que da el Gobierno vasco a esa relaci¨®n que pueda existir entre las cr¨ªticas que formula al desarrollo estatutario y su participaci¨®n en la lucha contra la violencia.Respuesta. Probablemente. Creo que es fruto de un gran malentendido, que a veces se fomenta deliberadamente. Tengo que decir que en este pa¨ªs hemos sido nosotros, los nacionalistas, los que hemos hecho m¨¢s contra la violencia, porque hemos movilizado a los sectores m¨¢s amplios de la sociedad; lo que ocurre es que tenemos un diagn¨®stico diferente sobre la manera de combatirla, aqu¨ª y ahora, respecto del que pueda tener el Gobierno central.
P. Sin embargo, los malentendidos han sido a veces tan importantes que se ha interpretado que el PNV y el Gobierno vasco condicionaban su pleno apoyo a la lucha contra ETA a un amplio desarrollo estatutario. ?Puede decir si realmente existen condiciones para combatir contra la violencia?
R. No existen condiciones, igual que no las hay para combatir la crisis econ¨®mica o el paro, cuando a la vez se habla de ETA o del autogobierno. Son problemas simult¨¢neos. Pero' adem¨¢s, cuando ejercemos nuestro leg¨ªtimo derecho y nuestra obligaci¨®n de reclamar el autogobierno, creemos que estamos contribuyendo de una forma important¨ªsima, si tenemos ¨¦xito en nuestras reivindicaciones, a atacar en sus ra¨ªces y en su apoyo social la violencia. No pretendemos ingenuamente convertir a los etarras ni convencer a los n¨²cleos irreductibles. Queremos disuadir a amplios sectores de la sociedad vasca que est¨¢n convencidos de que el autogobierno de Euskadi no se puede conseguir por v¨ªas institucionales y pac¨ªficas. No se puede olvidar que Herri Batasuna tiene una, representaci¨®n electoral del 10% al 17%,, seg¨²n las zonas, y eso da una idea de qu¨¦ tipo de infraestructura pueden llegar a tener algunos grupos en algunas bolsas de Euskadi aut¨¦nticamente impenetrables. Hay gentes en sectores sinceramente nacionalistas que est¨¢n equivocadas y, en muchos casos, manipuladas quienes se aprovechan de la energ¨ªa de ese movimiento nacionalista en beneficio de otros intereses. Hay que convencerlas, con resultados pol¨ªticos, de que el autogobierno vasco es posible por v¨ªas pac¨ªficas.
P. Hace tan s¨®lo un a?o que el Gobierno vasco se ha mostrado claramente partidario de la aplicaci¨®n de las medidas policiales, adem¨¢s de las pol¨ªticas. Aqu¨ª se ha producido un cambio, ?no?
R. A veces omit¨ªamos la menci¨®n de las medidas policiales. De todas formas, guste o no guste, hay que decir que existe una refractariedad entre la poblaci¨®n frente a determinadas actuaciones policiales que se han dado en este pa¨ªs en un pasado reciente. Pero siempre hemos pensado que la acci¨®n policial, enmarcada en el cumplimiento estricto deja legalidad, debe estar presente. ?C¨®mo vamos a concebir una sociedad en la que no haya una: actuaci¨®n policial? Ser¨ªa la selva esta y cualquier otra sociedad. De todas formas, insistimos en que ¨¦ste no es el quicio fundamental en tomo al cual tiene que girar la pretendida soluci¨®n al problema de la violencia en el Pa¨ªs Vasco.
P. ?Para qu¨¦ quiere el Gobierno vasco el mando de la actuaci¨®n policial? ?Qu¨¦ orientaci¨®n le dar¨ªa a la lucha contra la violencia?
R. Se nos pide con frecuencia cooperaci¨®n, coordinaci¨®n de los cuerpos policiales, y nosotros estamos de acuerdo. Queremos que se desarrolle cuanto antes la polic¨ªa vasca, y adem¨¢s decimos que estamos dispuestos, entre otras cosas, a asumir la responsabilidad del mando efectivo de una coordinaci¨®n policial, teniendo en cuenta la legitimidad que poseemos ante nuestro pueblo, porque ¨¦l nos ha elegido. Esta petici¨®n no es nueva.
P. ?Habr¨ªa cambios de orientaci¨®n si el Gobierno vasco asumiera esa tarea de coordinaci¨®n?
R. Es dif¨ªcil saberlo de antemano; s¨®lo puedo contestar que tratar¨ªamos de que fueran unos cuerpos que actuaran coordinadamente, con sujeci¨®n estricta a la ley. En las recientes cat¨¢strofes de las inundaciones de Eulkadi se me invit¨® a dirigir y coordinar los diferentes efectivos. Creo que la experiencia no fue mala.
P. ?Qu¨¦ medidas policiales cree que se podr¨ªan aplicar en Francia, encaminadas a combatir a ETA?
R. En primer lugar, las medidas policiales en Francia las tienen que aplicar los franceses. En segundo lugar, creo que cualquier actuaci¨®n que se realice en el pa¨ªs vecino tiene que enmarcarse en el m¨¢s estricto respeto a la legalidad. Creo que ¨¦se es el camino, porque no podemos pensar en guerras sucias ni caer en situaciones de violencia institucional.
P. ?Puede enumerar los puntos pol¨ªticos que comprende la oferta global que el Gobierno vasco dio a conocer la pasada semana?
R. Se trata de algo que estamos diciendo en numerosas ocasiones. Los t¨¦rminos b¨¢sicos, sin perjuicios, coordinaciones del estatuto exig¨ªan un desarrollo que ten¨ªa que efectuarse dentro de un esp¨ªritu de compromiso. El mayor problema que tenemos, adem¨¢s del lento traspaso de competencias, es que todos esos conceptos indeterminados, especialmente el de bases, y las leyes que pretenden ser de bases hechas por el Gobierno del Estado, est¨¢n estrujando el estatuto. Para que esto no ocurra es preciso negociar previamente. No nos basta que nos digan que una de terminada ley no es anticonstitucional. El Gobierno central puede hacer leyes que no sean rechazadas por ¨¦ste motivo, pero nosotros podr¨ªamos presentar siempre una alternativa mucho m¨¢s amplia que tambi¨¦n ser¨ªa constitucional. Pedimos entonces que se acepte una negociaci¨®n en la que nuestros planteamientos, si no pueden ser tachados de inconstitucionales, sean aceptados.
P. ?Est¨¢ pidiendo que el Gobierno vasco tenga la ¨²ltima palabra, siempre que sus interpretaciones sean constitucionales?
R. Pedirnos, desde luego una negociaci¨®n sobre las leyes de bases con la prueba de la inconstitucionalidad a cargo de nuestros interlocutores, y no siempre a la inversa. El Gobierno vasco presenta esta tesis, que coincide con las afirmaciones que ha hecho el presidente del Gobierno espa?ol y algunos de sus colaboradores en el sentido de que se puede aceptar todo lo que cabe en la Constituci¨®n. Si nuestra interpretaci¨®n sobre una ley de bases difiere de la del Gobierno central, pero no roza la constitucionalidad creo que estamos en pleno derecho de exigir que se acepten nuestras propuestas en base a ese compromiso.
P. ?Las relaciones entre los Gobiernos central y vasco son tan malas y fr¨ªas como parece? ?Existen dificultades reales para dialogar con el presidente Felipe Gonz¨¢lez?
R. No son malas ni fr¨ªas; est¨¢n refrigeradas, semiparalizadas. No existen problemas personales con Felipe Gonz¨¢lez, ya que nuestras conversaciones, las pocas que hemos tenido, se han producido en un clima de cordialidad. Creo que ¨¦l no podr¨¢ decir que soy un cactus como interlocutor, pero tengo la grave preocupaci¨®n de que tanto el Gobierno socialista como su partido han decidido, usando una expresi¨®n coloquial, tirar por la calle del medio. No parecen tener intenci¨®n de esforzarse en esta lata que supongo que es para ellos el desarrollo estatutario, y han centrado su atenci¨®n en el programa de actuaci¨®n policial. Eso es tremendamente preocupante para nosotros, y eso lo sabe el Gobierno espa?ol.
P. ?Cu¨¢ntas veces ha hablado con Felipe Gonz¨¢lez desde que es presidente del Gobierno?
R. No me acuerdo exactamente. Ha habido encuentros espor¨¢dicos, dos entrevistas dilatadas y conversaciones telef¨®nicas; la ¨²ltima, hace algunos d¨ªas.
P. Adem¨¢s de las medidas pol¨ªticas, ?contin¨²a creyendo que es viable una negociaci¨®n, directa o indirecta, con ETA?
R. Creo sinceramente que en este momento no hay condiciones objetivas para negociar con ETA. El proyecto que se llam¨® mesa para la paz, que en su d¨ªa yo se?al¨¦ que alguien la a?orar¨ªa m¨¢s adelante, sigo pensando que no debe descartarse, pero ahora no existen condiciones para ello. Mientras se cometan las barbaridades que se cometen es evidente la falta total de voluntad negociadora en los medios de ETA.
P. ?Qu¨¦ opini¨®n le merece el llamamiento de los empresarios vascos a que todos los partidos se pongan de acuerdo en la lucha contra el terrorismo? ?Se ha dado usted por aludido como presidente del Gobierno vasco?
R. Claro que me siento aludido por ese grito, que comparto. Comprendo la angustia y la exasperaci¨®n de los empresarios. El problema es c¨®mo luchar contra la violencia, y ah¨ª no est¨¢n, todos los partidos de acuerdo. Cuando en un pa¨ªs hay diversidad de criterios, lo m¨¢s l¨®gico es que prevalezca la opini¨®n de la mayor¨ªa, y en Euskadi, el Parlamento, como expresi¨®n de la voluntad mayoritaria, ha marcado unas pautas que coinciden con las que el Gobierno vasco ha reiterado: medidas pol¨ªticas y policiales.
P. ?El Gobierno vasco tiene alguna estrategia planificada frente a Herri Batasuna?
R. No tenemos otro plan frente a ese tejido social que intentar convencerle de su error. ?sa es nuestra estrategia. No podemos inventarnos cosas nuevas. En ese sentido, algunas de las medidas antiterroristas, como el traslado de los presos a la c¨¢rcel de Herrera de la Mancha, es una enorme equivocaci¨®n, un tremendo error.
P. Si hubiera que enumerar, por orden de importancia, los problemas del Pa¨ªs Vasco, ?en qu¨¦ lugar situar¨ªa el conflicto de los s¨ªmbolos?
R. Con todo el respeto a los s¨ªmbolos y a quienes son especialmente sensibles a ellos, ¨¦ste es un problema secundario en relaci¨®n con las grandes preocupaciones de este pa¨ªs, como la violencia, el paro, el problema hist¨®rico de las aspiraciones incumplidas de. este pueblo. Otra cosa es que una serie de actuaciones y provocaciones que, se han producido recientemente hayan podido herir a sensibilidades de una forma m¨¢s lacerante que otros problemas de m¨¢s peso.
P. ?Cree que Herri Batasuna est¨¢ empleando la reivindicaci¨®n de los s¨ªmbolos en sus ¨²ltimas actuaciones?
Garaikoetxea: "Creo que en este momento no existen condiciones para negociar con ETA"
R. Creo que la ha utilizado. No s¨¦ si continuar¨¢ haci¨¦ndolo; pero, de cualquier forma, pienso que el .pueblo es m¨¢s sabio de lo que parece y acabar¨¢ discerniendo lo que hay de oportunismo y provocaci¨®n en determinadas actuaciones.P. ?Qu¨¦ impedimentos reales existen para que la bandera espa?ola ondee en Ajuria Enea?
R. Ante todo, quiero aclarar que la bandera espa?ola ha ondeado con ocasi¨®n de determinadas soiemnidades. Con ello hemos cumplido la ley, que dice que cuando ondee una ense?a de una comunidad aut¨®noma debe ondear tambi¨¦n la ense?a constitucional. Sin embargo, creo que se deben analizar problemas de esta ¨ªndole con serenidad. Cuando se vive una realidad como la del Pa¨ªs Vasco, quienes tenemos responsabilidades pol¨ªticas en este pa¨ªs tenemos que preocuparnos de conciliar el respeto a la legalidad y la obligaci¨®n de inculcar a todos el respeto a los s¨ªmbolos, evitando cualquier ofensa a los mismos, y la consideraci¨®n realista de las ideas y sentimientos que en gran parte de los ciudadanos vascos suscitan.
P. El anuncio de algunos consejeros de su Gabinete de no querer repetir la experiencia en otra legislatura se ha interpretado como fruto del cansancio, de un desgaste pol¨ªtico.
R. Efectivamente, ¨¦ste no es un oficio c¨®modo y existe cansancio, en parte porque quienes hacemos pol¨ªtica en este pa¨ªs somos un poco amateurs, y es natural que, al cumplir con el objetivo del primer mandato de un Gobierno aut¨®nomo, algunos quieran volver a su vida habitual. Este es el caso de algunos consejeros, pero a¨²n tengo la esperanza de que reconsideren sus intenciones.
P. En el caso de que, despu¨¦s de las pr¨®ximas elecciones auton¨®micas, el PNV no alcanzara la mayor¨ªa absoluta y se viera forzado a pactar con AP o el PSOE para formar Gobierno, ?usted por cu¨¢l de la dos opciones se inclinar¨ªa?
R. Personalmente optar¨ªa, si fuera posible, por la fuerza progresista que ofreciera m¨¢s garant¨ªas para desarrollar el autogobierno.
P. ?Qu¨¦ le dir¨ªa al pueblo espa?ol el presidente de una comunidad en la que, adem¨¢s de los problemas comunes a todo el Estado, tiene el de la violencia?
R. Que comprendan que la violencia nos azota a nosotros muy especialmente, m¨¢s que a nadie, por todas sus consecuencias, y que, consiguientemente, ese sentimiento de animadversi¨®n hacia el pueblo vasco que pueda surgir instintivamente no es justo generalizarlo contra todo el pueblo de la comunidad aut¨®noma. A la vez, les pedir¨ªa que comprendan que el sentimiento nacional y la voluntad de autogobierno del Pa¨ªs Vasco es algo que est¨¢ muy enraizado entre nosotros, pero que de ning¨²n modo implica una actitud de hostilidad o de insolidaridad con todos los pueblos de Espa?a.
P. Si el Gobierno central le pidiera al lendakari un gesto tranquilizador, ?cu¨¢l realizar¨ªa?
R. M¨¢s que un gesto, le dirigir¨ªa al Gobierno central un mensaje: nuestra solidaridad e identificaci¨®n con los problemas comunes del Estado. Tanto como nuestros problemas, nos preocupan los problemas de todos, la consolidaci¨®n del proceso democr¨¢tico, la superaci¨®n de la crisis econ¨®mica. El hecho de que, por nuestra responsabilidad espec¨ªfica, hablemos con frecuencia de los problemas que afectan a Euskadi no quiere decir que nos olvidemos de las preocupaciones de los dem¨¢s.
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