Mar¨ªa 'la Borrico' y Juana 'la de Revuelo', en las ra¨ªces del 'jondo'
Cuando a un espect¨¢culo flamenco van flamencos, aficionados o profesionales, a ver a quienes act¨²an, es por algo. Es que hay un inter¨¦s fuera de lo corriente por ver a alguien no frecuente, quiz¨¢ depositario de alguna rara maravilla de este arte fascinante. Esto est¨¢ ocurriendo en Los Canasteros, de Madrid, con T¨ªa Mar¨ªa la Borrico o la Burra, gitana de 54 a?os, y Juana la de Revuelo, gitana de Triana.
La noche que acudimos a Los Canasteros vimos a Rosa Dur¨¢n, Paco Valdepe?as, Vicente Soto, Jos¨¦ Le¨®n, El Ecijano.. . donde estos d¨ªas lo normal viene siendo un p¨²blico at¨ªpico, sembrado de gitanos respetuosos y entendidos, payos que afinan mucho en esto del cante y del baile, artistas conscientes de que ver oficiar el rito de lo jondo en toda su pureza original. Y no falta el p¨²blico habitual en los tablaos, los turistas de turno, los aficionados al flamenco facil¨®n de la rumbita y el fandanguillo.
T¨ªa Mar¨ªa, la Borrico, o la Burra, es una gitana de 54 a?os, tres veces abuela. El nombre art¨ªstico le viene de su padre, T¨ªo Gregorio, el Borrico, de Jerez, uno de los cantaores m¨ªticos del ¨²ltimo medio? siglo. Pero este hombre ya no puede cantar, est¨¢ gravemente enfermo, es dif¨ªcil que alg¨²n d¨ªa vuelva a dejar o¨ªr su estremecedor quej¨ªo. T¨ªa Mar¨ªa queda as¨ª como el ¨²ltimo rescoldo, quiz¨¢ sin continuaci¨®n, de una dinast¨ªa flamenca verdaderamente gloriosa. Precisamente si hoy est¨¢ en Madrid esta mujer, que no es profesional, que raramente sale de su casa de Sevilla, es para que se conozca esa clase de cante que hac¨ªa su familia, que ya casi no se oye y que, desgraciadamente, se est¨¢ perdiendo.
Lo dice ella: "El flamenco puro se est¨¢ perdiendo. Es muy dif¨ªcil ya que haya flamenco puro. Eso ya pas¨®. Hay que conformarse. Como una enfermedad que no tiene remedio".
Una familia 'cantaora'
Si queremos hacer la historia de esta familia cantaora, habr¨¢ que remontarse a Paco, la Luz, un m¨ªtico siguiriyero jerezano de mediados del siglo pasado. Su hermano Jos¨¦ fue bisabuelo de Mar¨ªa. Despu¨¦s, el siguiente escal¨®n lo ocupan T¨ªo Juanicho, el Manijero, y su hermano Fernando, el Manijero, tambi¨¦n conocido como El Tati, abuelo de Mar¨ªa; manijero era algo as¨ª como el encargado de personal de una finca, en este caso la Casarejo de Trebujena. Y despu¨¦s ya est¨¢ T¨ªo Gregorio, el Borrico. Pero hab¨ªa otras ramas: la de Sernita, fabuloso cantaor prematuramente desaparecido, primo de El Borrico -quien le debe el apodo pues cuando aqu¨¦l le preguntaba: ?Has ganado dinero hoy?", si la respuesta era afirmativa Gregorio le respond¨ªa: "El borrico est¨¢ en las coles"-; la rama de los Parrillas, tocaores indiscutiblemente geniales; el viejo primo tambi¨¦n de T¨ªo Borrico; y la de Fernando Terremoto y los suyos... Un clan que forma parte de la historia de siglo y medio del arte jondo de Jerez.Una familia de casta, en palabras de la cantaora, que en definitiva es lo m¨¢s importante para hacer este arte que ellos hacen. Porque la T¨ªa Mar¨ªa tiene muy poquita voz, casi nada, pero yo creo que aunque fuera muda cantar¨ªa igual con el rajo y el duende propios de su raza. Cuando le pregunto qu¨¦ es lo m¨¢s importante la voz?, ?la cabeza?, ?el coraz¨®n?-, responde: "Todo, pero lo m¨¢s importante es que te guste, traer eso dentro de tu cuerpo de una familia de casta, que hayan cantao tus abuelos, tus padres, y t¨² lo puedas sacar y heredarlo, pues como el que hereda un clal¨¦ aqu¨ª en la calle de Alcal¨¢... O que se hereda o que sale de dentro, porque yo tengo tres hijos y no saben cantar...".
Otra artista fuera de lo corriente es Juana, la de Revuelo, gitana de Triana, muy popular en Sevilla. Lo suyo no viene de tan lejos, porque es casi todo de ella y algo que aprendi¨® de su padre, que era un buen aficionado. Pero hace un cante y un baile por fiesta muy propio y aut¨¦ntico. Es un arte alegre, jocundo, fresco, en que por una vez la quejumbre no se echa de menos para nada.
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